“Peso Pluma” se había quebrado en marzo pasado las dos piernas al intentar escapar de la Comisaría Vecinal 15 B del barrio porteño de Villa Crespo. Fue trasladado al Hospital Durand, ubicado a pocos metros de Parque Centenario, pero las lesiones no fueron obstáculo para que retomara la idea de fugarse y, en un descuido, dejó el centro de salud con los yesos en ambos miembros inferiores. Y se alejó sin que nadie lo detenga.
No se trata del cantante mexicano, sino de un dealer de drogas porteño que recibió el apodo por su parecido físico con la estrella de los corridos tumbados. Su verdadero nombre es Edgar Miguel Callupe Baquerizo, también conocido en el mundo del hampa como “Chino Huanca”, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Tras la exitosa huida del centro de salud en marzo, “Peso Pluma” fue localizado cinco meses más tarde en el barrio porteño de Constitución, tras haber sido reconocido por agentes de la División Investigaciones Antidrogas Zona III de la Policía de la Ciudad que realizaba tareas en la zona.
En el cruce de las calles Salta y Pavón, los policías notaron a un hombre con similares características a “Peso Pluma”, al criminal, no al cantante. Los tatuajes en sus brazos terminaron por convencerlos de que estaban frente al prófugo.
Al verse rodeado, el evadido intentó -una vez más- escapar, pero no lo logró, pese a que, al ser identificado, entregó un DNI a nombre de otra persona. No pudo engañar con ese truco a los detectives que ya lo conocían bien: lo habían investigado, en 2022, en una causa de drogas.
Además, “Peso Pluma” tenía dos pedidos de captura vigente: una a solicitud del Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°23 y la otra, con la intervención del Juzgado de Garantías de Villa Gesell, por comercialización de estupefacientes.
Al detenerlo, le encontraron un envoltorio de nailon con poco más de 10 gramos de cocaína, 2.560 pesos, un teléfono celular y tres tarjetas SUBE. Los policías consultaron, entonces, con el fiscal Carlos Caputto de la Unidad Flagrancia Este, quien dispuso la captura del prófugo.
Fuga en Nueva Pompeya
Mientras tanto, cuatro detenidos, dos ciudadanos chilenos y dos argentinos, se fugaron la semana pasada del anexo de la Alcaidía 4, ubicada en el barrio porteño de Nueva Pompeya, tras forzar los barrotes de las ventanas de sus celdas que daban al patio interno de la seccional.
La fuga se descubrió de madrugada, cuando los policías escucharon fuertes ruidos que venían de la zona de calabozos, más precisamente de las celdas 2 y 3.
Uno de los fugados fue identificado como Andrés Acuña Aquiles, un chileno de 21 años, considerado el más peligroso de los cuatro evadidos. Estaba preso en la Celda N°2 por “robo agravado, homicidio criminis causa y tenencia de arma de guerra”. Tenía prisión preventiva.
El otro evadido, también chileno, fue Fernando Andrés Osorio Parra, de 27 años. Preso en la Celda N°2, con preventiva, en una causa de 2023 por “abuso de arma de fuego” que tiene el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°12.
El tercer fugado fue Alejandro Jonathan Pérez, argentino, de 27 años. Estaba detenido en la Celda N°3 por un “robo agravado por el uso de arma”, en una causa de este año que investiga el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 41, a cargo de la jueza Laura Bruniard, secretaría N°112 de Matías Álvarez.
Mientras que el último evadido fue Leandro Gabriel Fernández (25), con una causa por robo de este año que tramita en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°27. También ocupaba la Celda N°3.