El Juzgado de Garantías N° 1 de Azul dispuso esta mañana el traslado de Germán Alejandro Olivare a una unidad del penal de Sierra Chica, en la ciudad bonaerense de Olavarría, luego de confirmar su detención por el femicidio de Rocío González, su ex pareja y madre de su hija de 5 años, indicaron fuentes judiciales a Infobae.
De esta manera, la jueza Fabiana San Román resolvió a favor de la detención de Olivare, solicitada por la fiscal Julia María Sebastián, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 15 de Bolívar. Lo imputó por el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio). Esa figura prevé una pena de prisión perpetua.
El presunto autor del crimen permanece internado en el Hospital “Dr. Pinto” de Azul, por las heridas corto punzantes que se autoinfligió, tras apuñalar a su ex, según pudo acreditar la investigación.
En un plazo de 24 horas, el SPB deberá recibirlo en la Unidad 2 o 38, bajo el sistema de alcaldías en unidades penitenciarias de la prisión.
Al mismo tiempo, Sebastián aguarda el informe de la pericia sobre la navaja de tres centímetros secuestrada en la escena del crimen -la casa de la víctima-, para confirmar si se trata del arma homicida. De acuerdo a las fuentes consultadas por este medio, el presunto autor del homicidio la habría lavado luego de darle 27 puñaladas a González.
La autopsia: 27 puñaladas y lesiones de defensa
Sebastián, la fiscal a cargo de la investigación del femicidio de la oficial de policía Rocío González, había recibido este lunes por tarde los resultados de la autopsia: las conclusiones fueron aún peores de lo que esperaban.
Los forenses contaron en el cuerpo de la policía de 32 años 27 puñaladas, concentradas en la zona del cuello y el tórax. “Los cortes, con perforación pulmonar, provocaron una hemorragia y hemotórax, ocasionaron el deceso por fallo respiratorio con hematoma asfixiante de cuello, y perforación de vía área”, detalló el informe médico al que tuvo acceso este medio.
Al mismo tiempo, los forenses encontraron “muchos cortes en sus antebrazos”, señal de que intentó defenderse del ataque. Sobre el detenido pesaba una orden de restricción de acercamiento desde el 9 de julio pasado.
La medida fue dictada por el Juzgado de Paz de Bolívar para proteger a la víctima de “actos de perturbación, molestia, hostigamiento e intimidación” llevados adelante por Olivare, debido a que no aceptó la decisión de González de terminar la relación.
El crimen y la confesión
Rocío González, que se desempeñaba en la Comisaría de la Mujer, fue asesinada en su casa de la calle Larregle, entre Pueyrredón y J.C. Báez. Según las primeras diligencias judiciales, el atacante ingresó a la vivienda mediante el uso de la fuerza. Un llamado alertó a la policía local, tras escuchar gritos y ruidos desde el interior de la vivienda.
Al llegar, los colegas de Rocío se encontraron con una cruenta escena. El cuerpo de la víctima estaba tendido boca arriba en el piso del comedor, ya sin signos vitales. Tenía varias heridas en el cuello y yacía semidesnuda. Estiman que Olivare, si es que la mató, la sorprendió cuando se preparaba para salir y la atacó con un arma blanca, presumiblemente, la navaja. Eran cerca de las 21.
Luego, “el asesino se autolesionó, se desvistió, trató de lavar la ropa y lavó el arma”. A las 23, es decir, dos horas más tarde y desde el celular de la víctima, llamó a su hermana. “Le dijo que se había mandado una cagada y que se estaba muriendo”, detallaron.