Cuatro individuos, tres hombres y una mujer, fueron detenidos el martes por la noche en una concesionaria cooperativa situada en la avenida Pellegrini al 3100 de Rosario. La detención se produjo luego de múltiples denuncias de clientes que alegaron haber sido víctimas de estafas tras la venta de sus vehículos de buena fe.
Los detenidos fueron trasladados en vehículos policiales a la Comisaría 2da de la ciudad, en medio de la indignación de al menos seis clientes afectados, algunos de los cuales expresaron su furia con gritos y exigieron la devolución del dinero pagado.
Cada caso de estafa presenta particularidades, según se informó, y las autoridades policiales aconsejaron a las víctimas que se presenten en la comisaría para formalizar una denuncia detallada sobre su situación.
Según informó el portal Rosario3, uno de los afectados relató que recibió notificaciones de multas en el vehículo que había entregado a la concesionaria, indicando que había sido utilizado por alguien sin licencia y bajo la influencia del alcohol durante el pasado fin de semana. “Me hicieron firmar un contrato para vender mi auto. Se los dejé la semana pasada. Y ahora me llegaron multas que muestran que lo usaron, una persona sin licencia y alcoholizada”, dijo.
Otro afectado comentó: “Pagué dos mil dólares por la compra de un auto y me obligaron a sacar un crédito en el banco”.
Una mujer afectada por la situación declaró: “Hoy me entregaban el auto que compré. Llegué y no estaba, nadie me dio respuestas. El dueño no contesta el teléfono y está apagado”.
Y en otro caso similar con características y operatorias casi idénticas, otra concesionaria estafó a varios clientes. En este caso sucedido casi a fines del mes de mayo pasado, Fénix Group Cars, ubicada en la calle Brandsen en Virreyes, en el norte del conurbano bonaerense, tenía casi 10 mil seguidores en Instagram. Allí, presentaba sus fotos de supuestos compradores satisfechos que posaban junto a sus vehículos de alta gama cero kilómetro. Ofrecían, incluso, un contacto vía WhatsApp para comenzar cualquier negocio, se aceptaban autos usados en parte de pago.
Por caso, el 13 de octubre del año pasado, un hombre de la zona norte llegó al lugar para comprar un auto, entusiasmado con la propuesta. Pagó 5,9 millones de pesos en concepto de adelanto, pero el auto nunca apareció. Así, comenzó una causa a cargo del fiscal Martín Otero en San Fernando, que ordenó tareas a la DDI de San Isidro.
Los detectives descubrieron que Fenix Group se conectaba a otros negocios en Escobar, con un tendal de víctimas similares. En las últimas horas, la DDI detuvo a cuatro sospechosos por el delito de estafas reiteradas y secuestró varios autos con sus llaves y se sospecha un daño de $100 millones, con al menos 31 víctimas.
Los detenidos son Martín Oscar Ortiz, de 31 años, dedicado al rubro de los negocios financieros según su inscripción en la AFIP, con una oficina en un edificio de Escobar ubicado junto a la Panamericana. Figura como empleado de dos empresas dedicadas, al menos en los papeles, al negocio automotriz, entre ellas Selbabroker Cars, con aportes pagos al día. Ortiz tiene historia en el segmento: trabajó en otras cinco empresas similares a lo largo de su historia.
María Valeria Delia, de 43 años, también se encuentra detenida, otra empleada de Selbabroker con domicilio en Escobar, ex trabajadora de una de las concesionarias más prestigiosas del país. Nahuel Ibarra, de 22 años, ex beneficiario de un plan Progresar, también trabaja para Selbabroker y otra concesionaria en Pilar y Pablo Joaquín Murciano, de 28 años, es el cuarto trabajador de Selbabroker en la lista de arrestados.
La DDI obtuvo siete órdenes de allanamiento, donde se arrestaron a los sospechosos. También ingresaron por la fuerza en el showroom de Fenix Group. Se llevaron 19 autos, entre ellos una camioneta Renault Duster y un Citröen C4, todos patentados.
Otra de las víctimas relató: “Yo vine con mis ahorros. Decían que hacían cuotas fijas, 36 cuotas. Vinimos con mi novio. Nos ofrecieron un auto, el que está adentro”. Reclamaba por el vehículo que pagó y que jamás le entregaron, “un Renault Clío bordó”.
Y sobre la mecánica expresó: “Le dimos el adelanto y ellos me decían que me iban a ayudar con un crédito bancario, al final, las cuotas casi se iban al doble, de 300 mil a 500 mil. Ellos me iban a abrir cuentas en dos bancos, donde iba a sacar los préstamos”, continuó.