Habían pasado unos minutos de las 23 cuando en la parrilla “El Nuevo Miguelito”, famosa en el barrio porteño de Parque Chacabuco por ser frecuentada por hinchas de San Lorenzo, irrumpieron ocho delincuentes armados que, con mucha violencia, asaltaron a las 60 personas que había en el local, entre comensales y empleados: se llevaron billeteras, alhajas de oro y celulares en menos de 10 minutos.
El robo sucedió el viernes pasado, el Día del Amigo y en la previa del clásico entre San Lorenzo y Huracán, en el local gastronómico ubicado en Zañartu 486, en la zona que divide Parque Chacabuco del barrio de Boedo. Sin embargo, la noticia trascendió en las últimas horas al conocerse los videos de la cámara externa del restaurante, donde se puede ver parte de lo ocurrido.
También hay imágenes de cómo la banda irrumpió en la zona de delivery del restaurante, donde se habían escondido varios y de la huida, llevándose todo lo que robaron, incluso camperas.
“Me pegaron un culatazo en la nuca para apurarme, aun sin haberme resistido”, contó una de las víctimas a Infobae para graficar la violencia con la que actuaron los delincuentes, que son buscados en el marco de la causa que se investiga como “robo a mano armada”.
La llamada al 911 se ingresó a las 23.05, luego que los ladrones, que llegaron a bordo de una Ford EcoSport, primero sometieran a las personas que estaban en las mesas de la vereda. Fueron los que lograron evadir a los delincuentes los que dieron aviso a la Policía de la Ciudad.
“Se empezaron a escuchar los gritos que venían desde afuera y uno que entró corriendo, avisó que estaban robando. Los empleados pasaron corriendo, diciendo: ‘Corramos para el fondo’. Y la gente les preguntaba si tenían algún lugar donde esconderse. Algunos llegaron a hacerlo. La gran mayoría no”, relató la víctima que habló con este medio sobre lo sucedido.
Justamente, este cliente estaba más cerca de la puerta y, cuando quiso intentar huir hacia el fondo del local, no pudo. “Entonces, me quedé sentado donde estaba. Tengo amigos que se tiraron al piso y les apuntaron, una imagen horrible. Había nenes en el medio de todo eso”, recordó.
Y también narró que, apenas ingresaron al local, uno de los ladrones le dijo a su cómplice: ‘Agárralo a este que está lleno de oro’. Los asaltantes revisaron una por una a las personas que estaban en la parrilla, no menos de 60: “Les iban sacando teléfonos, anillos, cadenas, todo... Mínimo diez minutos para trabajar tuvieron. Los que lograron escapar llamaron a la Policía y, así y todo, llegaron cinco minutos después de que ya se habían ido”.
Primero apareció un patrullero, luego un par más y finalmente, pasadas las 23.30, una ambulancia. “Por suerte no, no pasó nada, porque si uno solo empezaba a disparar ahí adentro, era una masacre. Había ocho tipos con armas. Fueron violentos sin darle duro a nadie”, detalló el cliente asaltado al que le sustrajeron el celular.
Justamente a él, le dieron un culatazo en la nuca para que se apure a entregar su celular: “Lo único que hacía era mirar para abajo y decir que sí, porque no quería ver las armas. Y, de hecho, me pegó en la cabeza”.
Fueron varios los clientes que, tras el robo, comentaron que no fue normal la metodología de ataque. “No es ilógico pensar que el Día del Amigo podía estar lleno el lugar, pero es raro que se la jueguen así, siendo tantos. Incluso, había quienes sospechaban de barrabravas, porque al día siguiente jugaban el clásico San Lorenzo-Huracán”.
Hay que recordar que la parrilla queda a una cuadra de la sede de Avenida La Plata del equipo de Boedo. Incluso, la víctima que dialogó con este medio, que no es hincha de ninguno de esos dos equipos, recibió múltiples mensajes de simpatizantes de San Lorenzo que hacían alusión a la misma teoría.
“Fue picante”, concluyó.