La defensa de Antonio Benítez solicitó este viernes un careo entre su cliente y Laudelina Peña, su pareja y tía de Loan, el niño de 5 años desaparecido en Corrientes el pasado 13 de junio.
Pasadas las 21, la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo, validó el pedido. Ahora, desde el lado de Laudelina deberán decidir si aceptan o no el cara a cara con su esposo.
Los puntos que se intentarán esclarecer, si finalmente se produce el encuentro, son dos:
- Con respecto a la desaparición de Loan, mientras que tanto Benítez como Daniel “Fierrito” Ramírez dijeron que el menor “desapareció”, la tía del niño afirmó que Benítez, Ramírez y/o Mónica Millapi se lo llevaron para entregarlo en la tapera de la escuela de 9 de Julio.
- Por un lado, Benítez aseguró que nunca trabajo para Carlos Pérez y María Victoria Caillava, mientras que Laudelina declaró lo contrario.
Bernardino Antonio Benítez, marido de Laudelina Peña, había cobrado notoriedad luego de que la Policía de Corrientes tomara una muestra de su pene luego de ser arrestado por el “abandono de persona” de su sobrino Loan Danilo, sin que trascendiera jamás por qué se tomó dicha muestra.
A más de un mes de iniciada la causa, la situación de Benítez es mucho peor. Preso en la Unidad N°7 de Resistencia, se convirtió en uno de los principales acusados de la Justicia federal, que lo imputa por la sustracción y posible ocultamiento del chico, que sigue sin ser encontrado. Las pruebas lo ubican en la llamada “zona cero” del caso, en el camino donde Loan desapareció, junto a Mónica Millapi y Daniel “Fierrito” Ramírez.
El miércoles, la jueza Cristina Pozzer Penzo lo indagó por la sustracción y ocultamiento de Loan, en la misma jornada que a Daniel “Fierrito” Ramírez y un día después que a Laudelina, presa en el penal de Ezeiza. “Ese día llevé a mi señora a cocinar el guiso”, aseguró en el comienzo de su declaración, donde se desentendió de la desaparición del chico y tampoco implicó a otros acusados.
“Creo que lo llevaron”, dijo, pero no indicó quién se lo llevó, o dónde está.
“Llega Ramírez con la señora y todos los chicos , en eso que estábamos suena el teléfono de Ramírez y él se aleja, habrá hablado un 15 minutos, cortó y le dije ‘vamos’, seguimos camino íbamos hablando, cuando llegamos a 150, 200 metros. Y ahí nos damos vuelta y dice “falta mi sobrino Loan”. En eso saco mi teléfono le llamo a mi señora y le dije si estaba Loan ahí, y dijo que no”, aseguró.
Laudelina Peña fue la séptima detenida en el marco de la investigación por la desaparición de Loan Danilo Peña, ocurrida el 13 de junio pasado en el paraje rural correntino Algarrobal. En el anochecer del último martes, la tía del niño buscado fue la primera en ser indagada por la jueza federal de Goya. La imputada ya conoció a la magistrada Pozzer Penzo: fue la que la mandó presa el 5 de julio pasado, luego de dar su versión de lo sucedido, de un encuentro en una escuela y de cómo actuó bajo amenaza.
Infobae accedió a la primera declaración ante la jueza, en la que la tía de Loan respondió más de 60 preguntas. “Me dijo que ella y su marido tenían mucho poder”, esbozó Laudelina en el juzgado federal de Goya, hoy detenida en el penal de Ezeiza e imputada por haber participado en la desaparición de su sobrino.
Lo mismo había dicho Laudelina ante un fiscal que no tenía competencia en la causa la madrugada del 29 de junio, y antes de que su sobrina Camila la desmintiera y que su hija Macarena testificara que su madre le pagaron para ofrecer esa versión del accidente.
La acusación ahora sugiere que Laudelina participó en la ocultación y posible sustracción del menor, lo que se encuadra en el delito previsto por el artículo 146 del Código Penal de la Nación, con una pena potencial de entre 5 y 15 años.
Según le endilgan los acusadores, Laudelina habría colocado un botín de fútbol de Loan en un lugar específico para que fuera encontrado, posteriormente, como parte de un esquema para manipular la escena del crimen.
Este acto, según los dichos de la detenida, fue -supuestamente- realizado bajo la dirección de María Victoria Caillava, quien junto con su esposo Carlos Pérez, habrían atropellado al menor en un incidente anterior el día de la desaparición.
Ese 13 de junio pasado, siempre según la versión de Laudelina, Pérez y Caillava embistieron a Loan en la curva de acceso a la vivienda de Catalina Peña, abuela del menor, mientras se retiraban del paraje Algarrobal a bordo de su camioneta Ford Ranger blanca. El accidente habría sido a las 14.30 y la tía del nene asegura que vio lo sucedido.
En su exposición ante la justicia federal, la acusada dijo que “Caillava le habría ordenado que no contara nada, amenazándola de muerte tanto a ella, como a su familia”.
Luego, contó que la habría citado en la escuela abandonada 830, ubicada a 400 metros aproximadamente de la vivienda de Catalina, para hacerle entrega del botín izquierdo que Loan llevaba puesto ese día. Le habría indicado que lo colocara en un lugar “donde lo iban a encontrar después”.
“(Caillava) Se metió en el campo y me dio la zapatilla. Yo estaba sola y era un botín de piso verde con negro. La señora me dijo que el comisario ya sabía, que vaya y la guarde en un lugar lejos, que la ponga en un lugar donde lo iban a encontrar después”, dijo en relación al detenido ex titular de la Comisaría de 9 de Julio, Walter Maciel.
“Yo le dije que le iba a obedecer porque me amenazaba, me dijo que era una señora funcionaria y su marido un funcionario, que tenían mucho poder y que le obedeciera, que haga caso a lo que ella me dice, que haga lo que ella quería, que me quedara callada, que no hiciera nada”, fue el textual de la tía de Loan ante la justicia, según pudo saber este medio.
Luego de ese presunto encuentro y amenaza, Laudelina relató que siguieron “buscando, disimulando”. Y que, cuando todos “se fueron para el fondo”, ella dejó el botín “lejos”. Cuando regresó a la casa de su abuela, Caillava la siguió coaccionando, según su declaración. Y luego el matrimonio se fue.
Al día siguiente, ella fue parte de la búsqueda y fue hasta el lugar donde hallaron las huellas y, luego, encontrarían el botín: “Cuando llegamos, estaba el comisario con su amigo (Méndez) y yo le pregunté si tenía alguna pista, algo. Me dijo que sí, que tenía la huella, que estaba ahí la zapatilla... Se quedó el comisario con la zapatilla ahí, dijo que iba a avisar a los peritos y... Se quedó en el lugar con su amigo”.