Bernardino Antonio Benítez, marido de Laudelina Peña, había cobrado notoriedad luego de que la Policía de Corrientes tomara una muestra de su pene luego de ser arrestado por el “abandono de persona” de su sobrino Loan Danilo, sin que trascendiera jamás por qué se tomó dicha muestra.
Hoy, un mes después, la situación de Benítez es mucho peor. Preso en la Unidad N°7 de Resistencia, Bernardino se convirtió en uno de los principales acusados de la Justicia federal, que lo imputa por la sustracción y posible ocultamiento del chico, que sigue sin ser encontrado. Las pruebas lo ubican en la llamada “zona cero” del caso, en el camino donde Loan desapareció, junto a Mónica Millapi y Daniel “Fierrito” Ramírez.
“En las presentes actuaciones, se investiga la desaparición de Loan Peña, que ocurriría el 13 de junio de 2024, luego de las 13:52 horas, horario en el que se registraría la última fotografía del niño, quien caminaría junto con los imputados Benítez, Laudelina Peña, Mónica Millapi, Daniel Ramírez y otros cinco niños que serían menores de edad hacia el naranjal”, asegura un documento de la causa.
Ayer, la jueza Cristina Pozzer Penzo lo indagó por la sustracción y ocultamiento de Loan, en la misma jornada que a Daniel “Fierrito” Ramírez y un día después que a Laudelina, presa en el penal de Ezeiza. “Ese día llevé a mi señora a cocinar el guiso”, aseguró en el comienzo de su declaración, donde se desentendió de la desaparición del chico y tampoco implicó a otros acusados.
“Creo que lo llevaron”, dijo, pero no indicó quién se lo llevó, o dónde está.
“Llega Ramírez con la señora y todos los chicos , en eso que estábamos suena el teléfono de Ramírez y él se aleja, habrá hablado un 15 minutos, cortó y le dije ‘vamos’, seguimos camino íbamos hablando, cuando llegamos a 150, 200 metros. Y ahí nos damos vuelta y dice “falta mi sobrino Loan”. En eso saco mi teléfono le llamo a mi señora y le dije si estaba Loan ahí, y dijo que no”, aseguró al principio de su relato.
Así, según dijo él mismo, Benítez entró a campos de la zona, le preguntó a vecinos, sin encontrar al chico. Comenzó luego la noche, buscó una linterna. Habló de un pozo que interesó supuestamente al comisario Walter Maciel, preso hoy en la misma cárcel que él.
En un momento de su testimonio, Benítez aseguró haber sufrido apremios policiales. “Después estuve en la casa de mi suegra, después me llevan hasta la escuela unos policías, y después me piden el teléfono, y les dije que estaba sin batería... Después me esposaron me pegaron, me dijeron que tienen el modo de hacer hablar”, aseveró.
Curiosamente, aseguró no conocer a Carlos Pérez y a María Victoria Caillava, a pesar que una de sus hijas y su mujer la tenían agendada en su teléfono como “tía Victoria” “En la comida fue la primera vez que los vi. No suelo ir a la casa de ellos, mi señora es la que va”, dijo. Sobre la versión del accidente que introdujo su mujer, aseguró que “se enteró por la tele”.
“Está mi teléfono a disposición, yo no tengo nada escondido”, finalizó.