El frente de una panadería en Carlos Spegazzini, partido de Ezeiza, sufrió un violento ataque con bombas de estruendo mientras estaba con las persianas bajas y no quedaba nadie en su interior. ¿El motivo? Sus propios competidores vandalizaron el negocio porque vendía la mercadería barata.
Esta rivalidad, entre comerciantes del mismo rubro, no es nueva en la zona. Y ahora se sumaron ataques contra sus locales como el ocurrido el viernes pasado a la noche cuando el lugar ya había cerrado al público. Fue entonces cuando los vecinos de la zona oyeron un fuerte estruendo que los hizo salir a la vereda para ver qué había sucedido. Al hacerlo, se encontraron con un incendio en la fachada de uno de los comercios más antiguos del barrio.
Se trataba de la tienda “Virgen del cerro”, que funciona hace 50 años y está ubicada frente a la plaza central, en cuya entrada una persona habían lanzado una bomba que provocó el surgimiento de las llamas.
“Nos tiraron una bomba y no me avisaron. Gracias a los vecinos que no se prendió fuego todo, porque tengo todo adentro, la panadería es todo madera y, por suerte, los vecinos salieron a apagarlo. La gente de acá es muy buena, pero sacando a la competencia, ¿no? que quieren siempre ser ellos y ellos y no dejan crecer a la gente. Mi panadería es chiquita en comparación de las demás panaderías que hay”, contó Mariel, la propietaria del local, en diálogo con Radio Mitre.
Mariel sabe quién la atacó porque ya había sido amenazada por él previamente. Es otro panadero de la zona, que ya fue denunciado, y que llevaba tiempo insistiéndole de manera violenta para que aumentara sus precios. Según relató, “existe una diferencia de más de mil pesos entre la suya y las demás”.
“El kilo de pan en general está entre 2.800 o 2.600, depende. Yo lo vendo 1.600”, dijo al justificar los motivos por los que diariamente se acumula tanta gente en la puerta de su negocio, el hecho que más le molesta a la competencia.
Sobre las facturas, por su parte, señaló: “La vendo a 3.000 pesos a la docena. Más o menos 250 pesos cada una, más o menos. Y en otros lugares está 400 la unidad. La docena debe estar 5.000. Hay diferencias”.
En este sentido, Mariel admitió tener miedo por lo sucedido y contó los acercamientos previos que tuvo el agresor hacia ella, además de la amenaza que recibió incluso después de este hecho.
“Yo lo conozco, somos todos conocidos. Es un pueblo chico Carlos Spegazzini. Él es conocido y encima el hombre ese, que yo denuncié, que no voy a dar nombre por la denuncia, vino a amenazarme con su mujer, hacía dos semanas antes. Él me dijo en mi cara que me iba a mandar a los pibes para que yo suba el pan y, si no, me prendía fuego la panadería, y así lo hizo”, compartió la mujer.
Y concluyó con un pedido de ayuda a las autoridades: “Hice la denuncia en la comisaría y pedí una perimetral, porque me amenazaron que iban a volver a pegar tiros y a prender fuego otra vez la panadería. Y tengo mucho miedo por mi hijo, tiene cuatro años y estoy sola”, cerró atemorizada por las posibles represalias.