El edil de La Matanza por Unión por la Patria (UP) y también presidente de Deportivo Laferrere y del club Estrella Roja, Gabriel Aranda, habló este miércoles sobre la acusación por vínculos narcos en su contra y de su detención, ocurrida la semana pasada en medio de una sesión del Honorable Concejo Deliberante (HCD). La causa la investiga la justicia Federal, a cargo de la jueza de Morón Alicia Vence y del fiscal Sebastián Basso.
En una conferencia de prensa, Aranda dijo que hubo irregularidades durante el operativo policial y que en ningún momento se le aclaró cuál había sido el motivo que originó aquel despliegue, que también incluyó allanamientos en los que hallaron tarjetas del Plan Progresar. En ese sentido, consideró: “Entendemos que es una persecución política”.
“Acá, nadie tiene que esconder nada”, sostuvo Aranda en la rueda de prensa realizada en el Anexo del HCD, en la localidad de San Justo, en la que estuvo acompañado de la diputada bonaerense Patricia Cubría. Adelantaron que iniciarán acciones judiciales contra las autoridades que estuvieron al mando del procedimiento policial.
Luego de realizar una reconstrucción de los instantes previos a su detención, Aranda dijo que, en el transcurso de su traslado hacia el complejo policial en Puente 12, uno de los oficiales le pidió que le entregara el teléfono celular, ante lo cual se negó y comenzó un entredicho con él.
“En medio de esa discusión, levanto el teléfono, la llamo a mi esposa y le digo: ‘Mirá, Cinthia, poné esto en las redes oficiales’, porque la verdad que no sé si me sacan el celular y si me llevan a Puente 12 o a otro lado. En ese momento sentí miedo”, relató.
“Acaban de subirme a una camioneta. Temo por mi vida, por favor. Si me pasa algo, hago cargo a Matías López, de la policía de Alonso (NdR: Por Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense). Todo sin orden judicial”, había manifestado aquel día el edil en un posteo en Facebook.
En Puente 12 estuvo varias horas demorado. “Estaba tranquilo, de todos modos, porque no ando en nada malo. Pregunté a las 19, a las 21. Tipo 12.30 o una de la mañana me dicen: ‘Aranda, vamos’. Fui a una oficina de la UTOI, que queda a la vuelta, y me tomaron los datos. No me sacaron fotos ni me tomaron huellas; era una averiguación de antecedentes, nada más”, continuó y señaló que no entendió la magnitud del despliegue: “Fue un circo mediático”.
Además, señaló sobre la orden de detención: “Nunca me dejaron leer el papel que me mostraron”.
Por otra parte, contó que en el allanamiento a su casa le secuestraron el pasaporte y el DVR de la cámara de vigilancia. Dijo que en ese procedimiento también hubo irregularidades: “A mi nene le robaron los botines de baby. También se llevaron ollas Essen y copas de vidrio. Todo muy burdo”.
Por último, se refirió a las tarjetas del Plan Progresar que se hallaron en la otra institución que preside, Estrella Roja. “Son tres tarjetas del Ministerio de Desarrollo de la provincia, que las tenemos para comprar carne y pollo”, dijo.
“En Laferrere tampoco se llevaron nada, solamente manguearon camisetas. No van a encontrar nada porque no andamos en lo malo. Nosotros somos laburantes y trabajamos para la comunidad”, insistió.
Aranda está siendo investigado por el titular de la Fiscalía Federal N°1 de Morón, Sebastián Basso, por sus vínculos con la barra brava de Deportivo Laferrere y con su jefe, Federico Schorh, alias “Freddy” y/o “El Contador”, mano derecha del narco Chaki Chan: “Mantenía contacto con Freddy, incluso cuando estaba prófugo.
El jueves pasado, la Policía secuestró drogas a hinchas del club”, dijeron fuentes del caso. Así, Aranda quedó bajo la lupa de la justicia federal por infracción a la Ley 23.737 y acusado de pertenecer a la agrupación liderada por Freddy y Chaki Chan, ampliaron las fuentes consultadas por este medio.
Hay que recordar que Esteban Ariel Quiñones, vicepresidente de Deportivo Laferrere, está detenido desde hace un año, acusado de pertenecer a la banda de Chaki Chan. La Policía lo arrestó en un operativo en Villa Lugano, donde se le confiscó un Audi. Es señalado como facilitador de dinero para la barra del club, financiando viajes con supuestos fondos de la transferencia de un futbolista.