Comenzó este martes, al atardecer y terminó poco después de la medianoche. Así, Laudelina Peña declaró durante cinco horas en su segunda indagatoria en el caso Loan. Presa desde el penal de Ezeiza por la sustracción y posible ocultamiento de su sobrino, fue citada por la jueza federal Cristina Pozzer Penzo, a pedido de los fiscales. Como lo hizo la primera vez, dos semanas atrás, respondió vía Zoom las preguntas de la Justicia. En esta nueva indagatoria, lo hizo junto a su nueva abogada, Mónica Chirivín.
Infobae accedió a su declaración indagatoria de forma completa.
Así comienza, con una puesta en escena:
“Perdón, por mentir en la primera declaración, no fue mi intención, fue del abogado Codazzi”, su ex defensor. “Yo no tuve nada que ver con el accidente, fue tema del abogado que vino a mi casa. Nos amenazó a mí y a mi hija, fue el 27 a la mañana. El 28 a la mañana aparece de vuelta, diciendo que las dos debíamos ir a declarar. Volvió ese mismo día a la tarde, nos hizo un video donde nos enseñó como tenía que hacer la declaración, si no igual íbamos a quedar presas, después nos levantó en el coche que andaba con otro hombre barbudo, nos llevó a las dos que teníamos que declarar, en el camino nos dijo que nos llevaba a Corrientes”, dijo.
“Después cambió de auto, nos subió a la camioneta. En Corrientes se subió otro hombre gordo, que él iba a arreglar todo y nos prometió una casa, moto y hasta auto. Nos llevó a un alojamiento, custodiados con un personal de civil que dijo era policía y nos dejó ahí hasta las 2 de la mañana, de ahí nos llevó al Juzgado a declarar acompañado por los otros dos. Tenía que declarar lo que nos enseñó, yo tenía miedo por mi hija. De ahí declaré, nos llevaron al alojamiento, nos dieron cena, nos tuvieron ahí”, siguió. Poco después, la llevaron a la casa de otro hombre, donde le dieron 50 mil pesos.
Luego, desmintió la versión del accidente y de haber plantado el botín, así como las supuestas amenazas de María Victoria Caillava: “Todo eso que declaré de la señora Victoria y de la zapatilla fue mentira, enseñado por el abogado”, aseveró.
“El miedo que yo tengo es contra el abogado y contra los políticos, porque no sé qué va a pasar de ahora en adelante”, siguió. La amenaza que recibió “era del abogado y el otro que estaban en la camioneta, cadena perpetua por algo que salió mal de mi teléfono y el de mi hija”.
Luego, complicó a su marido cuando le consultaron por quién podría haberse llevado a Loan: “Para mí lo llevaron, no sé quién, pudo haber sido Ramírez, Benítez o Millapi, eran las tres personas mayores con las que estaba”, una desaparición que no vio, “yo me fui hasta el alambrado, por eso estoy segura de que estaba con ellos”, continuó Laudelina.
Luego, complicó al policía retirado Francisco Amado Méndez, que fue detenido horas después de su indagatoria por la PFA. Al ser preguntada por cuándo vio a Loan por última vez, contestó. “Cuando él pasó la tranquera con los otros chicos. No vi que le chocó la camioneta. Pero la camioneta pudo haberle levantado, si alguien lo llevó y lo entregó. Pudo haber sido Ramírez, o Méndez o cualquiera”.
Hay otro párrafo al menos oscuro, una escena que ocurre a pocas horas de la desaparición. Vale citarlo de forma entera:
”A eso de las cuatro y media llega la mamá de Loan. Se bajaron antes de llegar a la casa, cerca de la escuela, llegó con mi cuñada y atrás la camioneta de Pérez. Yo les pregunté a la señora si no lo habían encontrado y me dijeron que no. Ella se metió para adentro del alambrado, la señora dio que había que buscar por la costa del monte y la laguna. La camioneta se fue por el camino hasta la casa. Seguimos buscando toda la tarde, hasta que después buscaron solo los que tenían linterna. La señora siguió buscando, el marido no, dijo que no podía caminar, no sé que tenía y se quedó en la casa. A la noche me lleva el comisario a declarar, pero no me tomaron nada. Tipo las 1.30 suena el radio y le decían “jefe o encontramos al nene, estaba en una tapera, está asustado, pero está bien” era una alegría, salió el comisario y nos felicitó a todos, estaban ahí Ramírez y Millapi”.
Loan, desde ya, no estaba.