Este domingo por la noche, en la previa de la final de la Copa América, un hombre de 29 años murió accidentalmente tras caer de los jardines verticales que forman las iniciales de la ciudad de Buenos Aires, en la plaza de la República, a metros del Obelisco.
La víctima, que saltaba sobre la letra A y perdió la vida en el acto al impactar contra el suelo, fue identificada como Alan Nahuel Frete, vecino de Claypole, en Florencio Florencio Varela, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae.
“Mediante uso del megáfono se le indicó en reiteradas oportunidades que descienda para así evitar que ponga en riesgo su vida, haciendo caso omiso”, explicaron los agentes que actuaron en la intersección de la avenida Corrientes y Presidente Roque Sáenz Peña, donde ocurrió el hecho.
Frete se desempeñaba como albañil y había trabajado para una constructora hasta mediados del año pasado. Al momento de su muerte se encontraba sin empleo en blanco desde mediados del año pasado.
A pesar de las advertencias tanto de los bomberos como del personal de la policía de la Ciudad de Buenos Aires, el hombre permaneció con su intento de flamear la bandera nacional desde más alto cuando perdió el equilibrio, la caída fue fatal y los servicios de emergencia no pudieron compensarlo.
El jardín vertical fue colocado por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño con el objetivo de concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. De acuerdo a la información del Gobierno de la Ciudad, el jardín con las formas de las letras BA de la Plaza de la República está compuesto por 6.300 plantas y mide unos 6,50 metros de altura.
El trágico final del joven que murió en las inmediaciones del Obelisco ocurrió mientras se mantenía la incertidumbre sobre el comienzo del partido de la Selección argentina frente a Colombia debido a los incidentes ocurridos en los alrededores del estadio Hard Rock de Miami.
Las imágenes de decenas de fanáticos colombianos intentando burlar a la seguridad para ingresar sin entrada a la cancha se fueron replicando conforme pasaron los minutos. Desde la Conmebol explicaron que esta fue la chispa que incendió todo y llevó a los encargados del operativo a blindar las compuertas. El hecho comenzó horas antes del encuentro y demoró su inicio por casi una hora y media.
Más allá de la muerte de este joven de 30 años, nada impidió que cada simpatizante vestido con algo celeste y blanco llegara a la intersección de la avenida Corrientes y Nueve de Julio a exteriorizar su alegría por el triunfo de Argentina ante Colombia.
A pesar del frío, los hinchas de la Selección festejaron hasta 5 de la mañana, horario en que fueron desalojados por la policía porteña. Sólo en Argentina puede darse semejante locura. Desde el final del partido, o incluso antes de la consagración, fue bajando la multitud inquieta hacia el punto de encuentro: por la avenida Corrientes, por Córdoba, por Rivadavia, por la 9 de Julio desde el sur y desde el norte, otra vez, como aquel verano de los cinco millones, a los gritos y a los bocinazos.
Un desfile que se hizo costumbre, afortunadamente, desde que en 2021 se rompió la mala racha y Argentina volvió a festejar títulos de la Selección, uno atrás del otro. Hoy, la Selección de Lionel Scaloni lidera la tabla de las selecciones del mundo, 23 títulos.