Goya, Corrientes (enviada especial).- Todos los jueves se hace en Corrientes la marcha para pedir justicia por Loan Danilo Peña. El día elegido no es aleatorio. El nene de 5 años desapareció justamente el jueves 13 de junio en el paraje rural Algarrobal, cuando salió a buscar naranjas y nunca volvió. Sin embargo, esta semana la movilización se hará este viernes: es que José, papá del chiquito del que nada se sabe, y uno de sus hijos viajarán a la ciudad de Goya para manifestarse junto a los vecinos. No está confirmada la presencia de la mamá.
La manifestación, como es usual en la ciudad que es el centro neurálgico de la investigación, comenzará a las 20 en la plaza Mitre, ubicada frente al juzgado a cargo de Cristina Pozzer Penzo, al mando del caso. Luego, caminarán las seis cuadras hasta la Fiscalía Federal de Goya, que dirige Mariano de Guzmán. Y, desde allí, retornarán al punto inicial.
Será especial la movilización con la presencia de José Peña y uno de sus hijos. La última vez que el hombre estuvo en Goya, fue el jueves pasado, cuando fue citado a declarar junto a su mujer y sus hijos a la fiscalía: ese día se hizo la marcha y los vecinos apoyaron a los papás de Loan.
“Los invitamos a una marcha pacífica, en familia, sin fines políticos partidarios. Pueden llevar banderas o carteles con mensajes para Loan, evitando el uso de vocabulario no apropiado o con cuestiones partidarias, ya que nuestro único objetivo es encontrar a Loan”, reza el flyer de la movilización que se ha difundido por redes sociales.
Convocan la Red Infancia Robada, el Instituto Santa Teresa de Jesús, entre otras.
En ese contexto, si bien en Goya las marchas han sido muy tranquilas y repletas de niños y familias; para las autoridades ha sido una señal de alerta lo que sucedió este miércoles sobre la ruta 123, en la localidad de 9 de Julio, cuando los vecinos cortaron la traza y quemaron neumáticos.
Las autoridades son conscientes de que los tiempos de la Justicia no son los de la gente y que la necesidad de respuestas ha ido incrementándose entre los vecinos con el paso de los días. Notan que el humor social ha cambiado.
“Ya no son más banderazos, han cortado la ruta y queman gomas. La gente siente que no les dan bola ante los aplausos y los carteles como manifestación de protesta y por eso ha escalado en el reclamo”, alerta un investigador consultado por Infobae.
En ese contexto, también recuerdan la pedrada ocurrida frente a una propiedad en la ciudad de Corrientes, cuando los vecinos descubrieron dónde estaba alojada Laudelina Peña. Hubo gases y debió intervenir la Policía de Corrientes, quien se llevó a la mujer del lugar con rumbo desconocido.
El ataque, que le valió a la tía de Loan custodia de la Policía Federal, ocurrió luego de ella denunciara ante la Justicia ordinaria por amenazas a la detenida María Victoria Caillava. En ese acto, básicamente, confesó haber plantado el botín del niño para desviar la investigación. Dijo que actuó coaccionada por la ex funcionaria y su esposo, el capitán de navío (RE) Carlos Pérez, y que ellos habrían atropellado al nene.
Luego de eso, Laudelina regresó a la localidad de 9 de Julio, donde estaban sus hijos. Allí tiene custodia de la Justicia Federal, ya que la jueza Pozzer Penzo habilitó el resguardo de la mujer con la Policía Federal para que pueda estar con sus chicos menores de edad.
Por ese motivo y mientras el fiscal De Guzmán y sus pares de la Protex, Marcelo Colombo y Alejandra Mangano, recogen prueba para citarla a indagatoria, también evalúan que no sería necesario llevarla presa: tiene a la PFA en la puerta de la casa y, así, el riesgo de fuga y entorpecimiento de la causa no sería un punto fuerte para ella.
Lo explica una fuente consultada por este medio: “Laudelina ya no tiene no vida en 9 de Julio. Sea como sea, se va a tener que ir del allí con todo lo que ha sucedido y, más allá de su responsabilidad en el caso. Ella ya está marcada. No hay forma de que pueda seguir ahí sin que esté el patrullero en la puerta”.
Y agregó: “Lamentablemente, tampoco tiene los recursos para irse”. Su situación es tan precaria como vulnerable.
Lo concreto es que, según pudo saber este medio, no se tomó ninguna decisión sobre el futuro de Laudelina, pese a que hay quienes dentro de la investigación consideraban que era mejor llamarla como testigo: estaba obligada a decir verdad. De la vereda de enfrente, insisten en que lo mejor es indagarla, aunque para ello quieren tener un plexo probatorio fuerte, que resista cualquier embate y cuestionamiento. Lo que se dice un acusado correcto de papeles.