Un grupo de ladrones llevó a cabo un golpe comando a una joyería de Rosario. Ingresaron en el local vestidos como policías en pleno horario de atención al público y, en cuestión de segundos, robaron una gran cantidad de dinero. Una persona resultó herida.
El hecho ocurrió cerca de las 19 horas del miércoles en la joyería Fernández, ubicada en la galería Libertad, en Sarmiento al 800. Todo parecía transcurrir de forma normal, era otra jornada de trabajo, pero de repente tres hombres —dos de ellos vestidos con ropa similar a la de las fuerzas de seguridad— ingresaron al local. Todos tenían el rostro cubierto.
Como se observa en el video que encabeza esta nota, de inmediato, los ladrones amenazaron con sus armas a las cinco personas que se encontraban dentro del local: el dueño de la joyería, identificado como Eduardo Fernández; dos de sus empleadas; y dos mujeres que se encontraban comprando.
Uno de los criminales redujo al hombre, quien se defendió a los golpes e intentó evitar el robo. Pese a que recibió un culatazo, Fernández no se rindió y trató de atrapar a uno de los ladrones antes de su huida, pero no lo consiguió.
Por otro lado, los otros dos delincuentes se apuraron para llenar sus bolsos y llevarse la mayor cantidad de mercadería posible, mientras amenazaban con el arma a los demás presentes. El robo duró cerca de un minuto y medio.
El grupo comando huyó del lugar en el vehículo Toyota Coral gris, con el que habían llegado. Tiempo después, se montó un gran operativo policial en la zona.
En un diálogo con Telefé Noticias Rosario, Fernández relató: “Me golpearon y me robaron, entre tres o cuatro delincuentes, porque vi que había otro afuera”. En ese sentido, sumó que “los sujetos que entraron lo hicieron violentamente, sin decir nada, y con pistola en mano fueron hacia la caja”.
Modalidad similar, pero en el Conurbano bonaerense
Un golpe similar tuvo lugar en septiembre del año pasado, pero en San Justo, provincia de Buenos Aires. El robo sucedió el 21 de septiembre cerca de las 7 de la mañana, cuando dos hombres vestidos como agentes de la Policía Federal Argentina (PFA) se presentaron en una joyería, ubicada en la peatonal de la calle Ignacio Arieta, a tres cuadras del Palacio Municipal y de la Comisaría Primera.
Los ladrones tenían un papel en sus manos, que simulaba ser una orden de allanamiento. Sin embargo, todo era mentira. Al momento del robo, en el comercio, que recién estaba abriendo sus puertas, había tres empleadas que rápidamente fueron reducidas. Los delincuentes llevaron a las víctimas a un cuarto situado en el fondo del negocio y las obligaron a darles todas las pertenencias. Uno las retuvo en esa oficina, mientras su cómplice intentó retirar la CPU de una computadora y envió mensajes a través de su celular. Tras poco más de dos minutos, finalmente huyeron del local con objetos cuyo valor asciende a varios millones, señaló Pablo, dueño del lugar.
“Toda la parte de arriba (de la vidriera) era de gargantillas pesadas. Se llevaron todas las alianzas y otro montón de cosas. Es imposible calcular el valor exacto de lo robado. Hablamos de varios millones de pesos. Como en todo negocio, siempre hay un lado oscuro. Normalmente esas cosas no se vuelven a vender, es raro. O se funden, se hacen lingotes y se van para afuera”, comentó y agregó con resignación: “Somos noticia porque somos una joyería, pero acá es todo el tiempo así. Uno no puede echarle la culpa a la Policía, pero evidentemente no les alcanza la cantidad de personal que tienen”.