Así operaba el empresario de La Plata que cayó por vender material pedófilo en la Dark Web

El sospechoso, de 37 años, fue capturado por tras una investigación del Cuerpo de Investigaciones Judiciales porteño y Homeland Security

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Personal del CIJ porteño, Homeland Security y Gendarmería en el allanamiento
Personal del CIJ porteño, Homeland Security y Gendarmería en el allanamiento

El hombre platense de 37 años se sentía, más o menos, como un mesías. “Llevando a la humanidad al siguiente nivel”, decía, tal vez, sin ironía, en su perfil de LinkedIN. En verdad, no hacía nada distinto a los demás, un típico comerciante de la época.

Financista según sus registros de la AFIP, trader de criptomonedas en una de las más principales plataformas del mercado, socio de una empresa dedicada al negocio de la computación que conformó en 2023,, se quejaba semanas atrás en su perfil online de cómo organismos como la Unidad de Información Financiera vigilan a quienes comercian con criptoactivos en vez de, supuestamente, perseguir a los que lavan plata narco.

Ahora, el hombre platense podrá quejarse desde una celda, donde está preso con prisión preventiva por un un delito aberrante: vender material pedófilo en la dark web, con un ingenioso sistema.

El material incautado
El material incautado

Esta semana, el acusado recibió la prisión preventiva en su contra, luego de una investigación a cargo de la Fiscalía Penal y Contravencional N°17, especializada en delitos y contravenciones informáticas, a cargo del fiscal Tomás Vaccarezza, con la colaboración del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, cuya cabeza es Juan Bautista Mahiques. La alerta del caso llegó a través del área estadounidense de Homeland Security, que envió una notificación a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, recibida por el MPF porteño.

El empresario fue detectado tras las primeras tareas investigativas, que revelaron una intensa actividad online que incluía perfiles en redes como Twitch. Entonces, el fiscal Vaccarezza resolvió la estrategia para capturarlo: los investigadores le plantaron un agente encubierto que simuló una compra. Descubrieron que el acusado ofrecía el material a cambio de moneda virtual. Luego, entregaba créditos para la descarga de imágenes.

Así, se requirió un exhorto al Juzgado N°3 de La Plata, que autorizó allanarlo. Le encontraron una escopeta, una bolsa cargada de cogollos de porro, cinco teléfonos, dos computadoras y 16 memorias RAM, que podrán ser peritadas, además de 27 tarjetas bancarias.

La escopeta del sospechoso
La escopeta del sospechoso

La actividad online de los distribuidores y vendedores de material de abuso sexual infantil en la Argentina actual puede tener ribetes particularmente macabros. A fines de abril pasado, un técnico electrónico de 37 años, vecino de Ituzaingó, fue arrestado bajo la acusación de compartir cerca de 110 mil imágenes de abuso de menores a través de diversas redes desde su PC visiblemente sucia de polvo y migas, con una causa en su contra a cargo de la UFI N°5 de Morón. Había sido detectado a través del sistema Child Protection System, basado en una ONG estadounidense, que había dado la alerta a las autoridades argentinas.

Decir que el acusado es el mayor pedófilo argentino en internet no es un eufemismo o una fórmula de venta: el sistema del CPS, que registra volúmenes de envíos de usuarios en sus direcciones IP, lo ubicaba en la cima del ranking nacional. Entre las imágenes que el hombre -que trabajaba para una empresa de Moreno que se dedica al diagnóstico por imágenes- descargaba y compartía se encontraron escenas de violaciones a niñas y niños cometidos por adultos: las víctimas, en esas fotos y videos, tienen de dos a diez años de edad.

Dentro de un placard, encontraron seis muñecos altamente realistas creados con una impresora 3D que hallaron en su casa, tanto de bebés como de niños de dos años, completamente vestidos, incluso con abrigos de invierno. Luego, los investigadores hallaron otro muñeco incompleto, separado por partes, con un cuerpo que asemeja al de un niño de ocho años, vestido con ropa colorida, con un complejo cableado interno.

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