Hoy por la mañana, María Elena Delgado, la madre de Sofía Herrera, desaparecida desde el 28 de septiembre de 2008, vista por última vez en un camping de Rio Grande, Ushuaia, se vio envuelta en una situación típica de los misterios irresueltos de la historia criminal argentina. Alguien en la red social X había lanzado la teoría conspirativa de un supuesto parecido entre Sofía y la hija adoptiva de Carlos Pérez y María Caillava, el militar retirado y la ex funcionaria municipal detenidos e imputados por la desaparición de Loan. María Elena, consultada en un programa de televisión, tuvo que desmentirlo.
Era esperable: el caso de Loan arrastraría el recuerdo de otras historias similares, chicos que se perdieron y jamás reaparecieron, nadie sabe por qué. El caso de Sofía es un emblema en este sentido. La Alerta Sofía, el sistema nacional para hallar chicos perdidos que se activó el viernes 14 de este mes por el chico de Corrientes, se debe a su nombre. Sofía lleva desaparecida más de 15 años. Allá afuera, en algún lugar, con una circular roja sobre su cabeza, está el posible responsable.
En septiembre de 2020, la Justicia de Tierra del Fuego pidió a Interpol la captura internacional de José Dagoberto Díaz Aguila, apodado “Espanta la Virgen”, un jornalero de nacionalidad chilena nacido en Castro, zona de Chiloé, con DNI argentino y de 51 años de edad en ese entonces.
La orden fue dictada el entonces titular del Juzgado de Instrucción N°1 de Río Grande, Daniel Césari Hernández, que llevaba adelante la investigación. Hoy, las pistas del caso están frías. En los últimos dos años, la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones Interpol PFA intentó reactivar la búsqueda de “Espanta La Virgen”, sin resultados, confirmaron fuentes del caso a este medio.
La pista de “Espanta la Virgen” es la que sigue el juez desde diciembre de 2018, cuando ordenó un megaoperativo por zonas rurales en busca del mismo sujeto, que, se creyó en un momento, vivía en las afueras de la ciudad chilena de Punta Arenas.
Díaz Aguila logró un DNI argentino y tuvo empleos en blanco en dos empresas de construcción fueguinas entre 2012 y 2016: su información que consta en la AFIP revela un domicilio fijado en Río Grande. Incluso registra una pequeña deuda de cinco mil pesos con una empresa de microcrédito.
La Justicia llegó a la imputación de Díaz Aguila por dos caminos distintos: el testimonio brindado por un suboficial de la policía de la provincia que participó de las primeras tareas de búsqueda de Sofía, en 2008, y por la descripción que brindó uno de los niños que estaba en el camping John Goodall (a 60 kilómetros al sur de Río Grande) donde desapareció la niña fueguina durante un día de campo junto a su familia.
El policía declaró haber mantenido contacto personal con el sospechoso, quien le aseguró “saber dónde está Sofía”, aunque el dato no fue tenido en cuenta por las autoridades, y recién cuando Césari Hernández se hizo cargo del expediente (en 2017) volvió a ser llamado y su testimonio fue valorado de otro modo.
En cuanto al niño de seis años, declaró haber visto en el lugar de la desaparición de Sofía a una persona que describió, y con ello se elaboró un identikit. El mismo testigo, ya mayor de edad, fue citado nuevamente por el juez en 2020 y ratificó la versión, explicaron fuentes judiciales.
Después de la desaparición de Sofía, “Espanta la Virgen” estuvo vinculado a varios hechos delictivos en Río Grande, incluyendo un intento de asesinato por el que nunca pudo ser indagado porque no volvió a saberse de él; se cree que se habría refugiado en zonas rurales, incluso pasando a Chile por pasos no habilitados. Su circular roja actual de Interpol mostró, precisamente, la búsqueda por esa tentativa de homicidio, en donde apuñaló a un hombre, un hecho que data de fines de 2016, ocho años después de la desaparición de Sofía: la víctima era un vecino de la pensión donde vivía.
La historia se pone peor. Años después, un juez ordenó que se lo interne en el área de salud mental del hospital de Río Grande, ya que se sospechaba que podría ser inimputable. Cómo eludió a la Justicia y se convirtió en un prófugo es una incógnita.
El dato que convenció a la justicia fueguina de solicitar la captura internacional es que el identikit realizado sobre la base del testimonio del chico (de 6 años y ratificado a los 18) tiene un “75% de coincidencias” con la imagen que obra en la causa en la que investigan por intento de homicidio a Díaz Aguila.
En esta hipótesis de lo sucedido, los investigadores creen que el sujeto podría haber matado a Sofía Herrera para encubrir su secuestro.
“Les pedí que sigan buscando al nómade que está desaparecido y que no lo pueden encontrar por ningún lado. Es una persona que no tiene nada, solamente vive en los campos, cruza caminando de Chile a la Argentina y no lo pueden encontrar”, sostuvo María Elena en 2022, porque en algún lugar de la Patagonia hay un trashumante que tal vez lo sepa todo.