Aunque la causa por el crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, cuyo cadáver fue hallado descuartizado en una valija en 2023 en un arroyo de Lomas de Zamora, fue elevada a juicio en mayo pasado, el expediente continúa en movimiento. En las últimas horas, fueron detenidos tres de los procesados que estaban en libertad: Fernando Gastón Martín Carrizo, Luis Alberto Contreras y Matías Ezequiel Gil.
Carrizo y Contreras fueron arrestados ayer por la Policía Bonaerense en Hurlingham e Ingeniero Budge, respectivamente. Los dos fueron trasladados a un calabozo de la DDI de Lomas de Zamora de la Policía Bonaerense. Este miércoles, el último del trío se entregó en la sede policial.
La orden judicial llegó tras un fallo de la Cámara de Casación, luego de la queja presentada por el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, ante una resolución de la Cámara de Apelaciones que les concedió la libertad a los imputados.
Para el titular de la UFI N°5, Marcelo Domínguez, los tres cumplieron roles específicos en la trama del crimen. Tanto Carrizo, como contreras y Gil están ligados al empresario inmobiliario Maximiliano Pilepich, quien resulta ser el principal sospechoso del homicidio junto a su socio Nahuel Vargas.
Contreras es señalado como la persona que se encargó de embalar el cuerpo desmembrado del trader. Es hermano de Nicole Chamarro, que fue detenida al inicio del caso por la valija en la cual se hallaron parte de los restos de la víctima. Con el avance de la causa, la defensa de la mujer demostró su inocencia y fue sobreseída.
En la localidad de Ingeniero Budge, a Contreras lo conocen como “Pepe Tiratiros” o “Pitón”. De acuerdo a las fuentes del caso consultadas, “es un pesado que opera en la zona de La Salada” y, como su alias lo indica, es contratado para realizar aprietes a punta de pistola.
El fiscal Domínguez encontró una llamativa coincidencia entre Contreras y Pilepich. Detectó que ambos fueron imputados en una causa por robo hurto automotor en el partido de Moreno que data de 2004.
El cuerpo de Pérez Algaba fue arrojado en el Arroyo del Rey, muy cerca de la casa del sindicado matón a sueldo, en la calle Euskadi. Además, el celular que usaba Pilepich para despistar impactó durante la madrugada del 19 de julio pasado en ese sector de Ingeniero Budge. También se registraron llamados entre ambos.
Luego de que la policía encontrara su documentación en la valija roja en la que ocultaron el cuerpo seccionado y embalado en bolsas, Contreras señaló a su hermana Nicole, algo que le valió la cárcel a la mujer. Un testigo del caso reveló, además, haber visto a “Cooper”, el perro del comerciante descuartizado en la casa del ahora nuevo detenido.
Por su lado, Gil trabajaba para Pilepich y era su principal colaborador, aunque en su registro laboral aparezca como empleado de un socio del dueño del predio “Renacer”, el barrio cerrado de General Rodríguez, al que fue la víctima para cobrar una deuda poco antes de ser asesinado.
De acuerdo a la investigación, Gil también registra varias llamadas con los presuntos autores del homicidio e, incluso, se encontró con el empresario buscado y con Vargas en cercanías de puente Gnecco, en el partido de Moreno, cerca de las 19:30 del 18 de julio pasado, es decir, cuando -según la hipótesis fiscal- ya habrían matado Pérez Algaba.
Esos movimientos fueron probados por las cámaras de seguridad municipales que muestran su VW Polo junto a la camioneta Land Rover blanca de Pilepich. En ese instante impactaron en las antenas el celular de Pilepich y la víctima. Luego, partieron hacia la localidad de Ingeniero Budge. Gil también le debía dinero a Pérez Algaba.
Respecto a “Tonga” Carrizo, los detectives pudieron asentar que existieron varias comunicaciones entre él y Pilepich en el momento en el que pudieron haber cometido el crimen, prestando asistencia y colaboración a los homicidas. Usaba, para ello, una línea a nombre de su madre.
Oriundo de Hurlingham, Carrizo es amigo de Pilepich y fue su empleado. Sería la persona encargada de la seguridad en otro de sus emprendimientos sin finalizar en la calle Londres, donde podrían haber descuartizado al comerciante. Carrizo habría sido parte de la comitiva que descartó el cuerpo.
Los ahora detenidos deberán cumplir prisión preventiva por los delitos de “homicidio triplemente agravado por ser cometido con alevosía, por codicia y por ser cometido por el concurso premeditado de varias personas, ello con el uso de arma de fuego”.