Pablo Damián Grottini, el chofer de cortejos fúnebres acusado de ser el primer asesino serial de la historia criminal reciente en la Argentina, conocerá este martes, el veredicto del Tribunal en lo Criminal Nº 1 de San Nicolás en el juicio en su contra. A Grottini se lo acusó de matar a su madre, a su hija adoptiva y a su hermano. La fiscal María Belén Baños pidió la pena de prisión perpetua.
En sus últimas palabras, el acusado dijo: “No tengo nada que ver, soy inocente”.
La imputación en contra de Grottini es la de homicidio calificado por alevosía y por el medio empleado. por la muerte de su hermano Germán, ocurrida en 2019 y por el homicidio calificado por el vínculo, por la alevosía y por el medio empleado por los fallecimiento de Ailén, su hija adoptiva y su madre, Teresita Di Martino, ocurridos en 2021 y 2022. Ailén tenía diez años.
La mecánica de los presuntos crímenes fue macabra: Grottini habría envenenado el suero de sus tres víctimas luego de que fueran internados por un fuerte malestar. La fiscal Baños -que también se encargó de la investigación preparatoria- aseguró que “se ha comprobado el dolo y la intención de Grottini” de matar a sus familiares.
“A partir de la evidencia científica obtenida tras la muerte de su madre, pudimos revelar de qué manera mató a su madre y que usó el mismo modo en los tres casos: inyectó sustancias letales en los tres sueros”, señaló la fiscal en la audiencia de alegatos que fue transmitida por el canal de YouTube de la Suprema Corte bonaerense.
La defensa, por su parte, solicitó a los jueces que decreten la absolución del imputado.
La investigación
La investigación contra Grottini comenzó luego de la muerte de su madre en el Hospital San Felipe de San Nicolás. La mujer, de 61 años, había sido llevada por su hijo tras sentir un mareo. Mientras estaba internada, el acusado alertó al personal médico que la sonda de suero “perdía”.
Una enfermera de turno constató que el tubo estaba pinchado, atravesado de lado a lado, y observó algo que le llamó la atención: según dijo, el hombre tenía sus prendas de vestir mojadas.
Una hora y media después, Grottini volvió a llamar a los enfermeros: su madre ya había fallecido.
Luego, otra enfermera halló una ampolla de Diazepam junto al cuerpo de la mujer. Se trata de un poderoso psicofármaco que no había sido prescripto para ningún paciente ese día. La sonda de suero, además, tenía signos de haber sido manipulada.
Mientras se investigaba este episodio, diferentes testimonios de allegados revelaron que un hermano de Grottini había fallecido en circunstancias similares, al igual que su hija de 10 años, quien vivía con un retraso madurativo.
Las sospechas se acrecentaron porque ninguno de los familiares tenía una patología previa. Germán, por ejemplo, era un deportista y guardavidas. Su madre, según dichos de sus amigos, días antes de ser internada estaba en perfecto estado de salud. Lo mismo Ailén.
Con el correr de los días, la fiscal Baños sumó pruebas al expediente. El análisis de la computadora del imputado reveló que Grottini preguntó en una búsqueda de Google “¿qué pasa si inyecto aire en las venas?” o “cuánto después de introducir aire se produce el infarto”. En su historial online también figuraban otras averiguaciones como “los 10 venenos más letales” y “cómo provocar un infarto”.
En junio del año pasado, Grottini habló por primera vez desde prisión.
“Soy Pablo Damián Grottini, estoy acusado por haber matado a mi familia cuando no tengo nada que ver”, comenzó.
“Soy inocente, pero la señora fiscal, a partir del 28 de abril de 2022, me culpa de ser un asesino serial. Ella dijo que no tenía dudas, cuando las cuatro pericias de mi madre salieron bien. Nadie me escucha, a mí ni a mis defensores, sino que la señora dijo que yo había cremado a mi hija y había tirado las cenizas de mi hermano al río”, siguió.
“Son todas mentiras. Soy inocente, soy inocente”, concluyó. Lo mismo repitió en el juicio.