La Justicia de Morón procesó con prisión preventiva a Carlos Alberto Robledo, el pastor detenido por abusar de 13 mujeres en Hurlingham, dentro de un templo ubicado en la calle Malarredo. Según la causa, el religioso atacó a las mujeres “aprovechándose de su condición como ministro de la religión evangélica cristiana”.
El Juzgado de Garantías Nº 1 de Morón, a cargo de Laura Mariel Pinto, dispuso la medida ante las evidencias presentadas en la causa a cargo de la fiscal Marisa Monti, de la UFI Nº 5 de ese distrito.
Lo acusan de abuso sexual simple reiterado, en 23 hechos, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal reiterado en 140 casos, todos ellos agravados por haberse cometido por un ministro de un culto religioso, en concurso real entre sí.
Según la acusación, el pastor cometió los ataques por casi 24 meses, entre los años 2020 y 2024, hasta que una de las víctimas decidió denunciarlo. Robledo fue detenido a principios de mayo. Además, las fuentes precisaron que entre las mujeres abusadas hay tres menores de edad.
En el procesamiento, al que tuvo acceso Infobae, se detallan los engaños que habría utilizado el pastor para abordar a las víctimas. A una de ellas, le dijo que, “a raíz de una maldición, no podía tener una erección, solicitándole su ayuda e insistiéndole para que le practicara sexo oral, ante lo cual y debido al temor reverencial y fuerte dominio psicológico que el nombrado ejercía sobre ella, la sometió sexualmente”.
En otra ocasión, le hizo un pedido sexual a una mujer, que no logró acceder al deseo del pastor. En ese momento, “le refirió que no lo había logrado debido a que estaba con otros hombres, que estaba endemoniada, y que si no se confesaba, no iba a ser libre nunca”.
A otra víctima “la manipuló emocionalmente, diciéndole que era mala y que no lo quería ni lo amaba como Pastor”. Logró quebrar su voluntad “debido al temor reverencial y fuerte dominio psicológico que ejercía sobre ella”. Luego, “cuando ella se negaba, la obligaba, diciéndole entre otras cosas, que era su castigo, que ella tenía otra vida fuera de la Iglesia y que la trataría como a una puta, y la amenazaba diciéndole que iba a arruinar a su familia, todo por ser una hija de Dios que no quería dejar sus pecados, y que si se iba de la Iglesia se iba a alejar completamente de Dios, y si hablaba con alguien respecto a lo que él le hacía, la iban a tratar de loca y la llevarían a un hospital psiquiátrico”.
Otra de las denunciantes contó que la obligó a beber “una infusión que la debilitó”. La engaño, diciéndole que “se sentía mal debido a su espíritu, que a pesar de que le habían extraído el útero en una intervención médica, tenía fe de que si estaba con él, Dios le daría un hijo, y que Dios la había apartado para él”.
“Se acercó hasta el sillón en donde se encontraba la víctima, quien aún se hallaba debilitada y adormecida por la infusión que el agresor le había ofrecido, le sacó la parte de abajo de la ropa, se bajó su pantalón y la accedió carnalmente”, detallaron cómo fue la violación.
Roobledo, una y otra vez, apelaba a la religiosidad para cometer los abusos, de acuerdo al expediente. A otra mujer le aseguró que “si no cambiaba y no seguía a Dios, iba a terminar siendo lesbiana y prostituta a los 23 años, debido a que así se lo había revelado Dios, que todo lo que hacía con ella y con otras chicas era por amor, y que él estaba para dar amor”. “Él solo hacía lo que le decía Dios”, se escudaba.
A una chica de 13 años de edad, que le arrojó una computadora en la cabeza para evitar ser abusada, la amenazó: “Nadie te va a creer porque estás endemoniada”. Y le aseguró que “podía matarla”.
Durante los ataques, según las denuncias, el pastor no utilizaba ningún tipo de protección. La UFI N° 5 habilitó canales para presentar denuncias, en forma presencial, en Cristóbal Colon 237 de Morón; o por correo electrónico a ufij5.mo@mpba.gov.ar.