El único deseo de Valeria es que su hijo pueda vivir en paz. Anhela el día en que finalmente pueda decir: “Tu papá va a estar preso y no te va a molestar más”. Algo que necesita, según le confió a Infobae, para poner fin a este calvario que empezó en 2021, cuando el menor de 9 años por entonces, y que padece TEA (trastorno del espectro autista), le reveló que su padre lo violaba. Hoy, el abusador está preso, la causa ya tiene un tribunal sorteado en el departamento judicial de Zárate-Campana para que se haga el juicio.
G.M.R., el padre del menor, está imputado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal agravado por el vínculo, en una causa que inicialmente se instruyó en el departamento judicial de Lomas de Zamora y que, elevada a juicio en septiembre de 2023, pasó a Zárate-Campana.
El abogado que representa al acusado, actualmente, es Hugo Tomei: el mismo que defendió a los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa.
“Cuando nació el nene, mi ex negaba que tuviera autismo. Empezó a acusarme de que era una madre de mierda. No quería que lo atendieran. Con el diario del lunes, ahora entiendo por qué no quería”, relató Valeria en diálogo con este medio mientras espera el inicio del tan ansiado juicio.
Así comenzaron los conflictos entre la mujer oriunda de Lomas de Zamora y su antigua pareja, que es de Zárate. Con él se enfrenta desde 2021, cuando inició la denuncia penal, después de que su hijo comenzara a relatar los hechos que vivía en la casa de su padre. Al año, lo detuvieron.
“Me decía que mi trabajo era una mierda, que no podía salir, por qué iba a viajar con el nene a Lomas, para qué necesitaba ver a mi familia. Yo quise aprender a manejar en Zárate y me respondía: ‘No te voy a prestar mi auto, vos te vas a ir a la casa de tu mamá y te vas a llevar al nene’”, recordó Valeria.
Según reveló la mujer, después del nacimiento de su hijo, los problemas escalaron y, en simultáneo, la relación se tornó tóxica. Finalmente, se separaron en 2018. Tras la ruptura, tanto ella como el niño regresaron a la zona Sur del conurbano bonaerense y comenzaron a rehacer su vida. Al principio, el menor visitaba a su padre durante una semana y después, volvía a la casa de su madre. Pero, de pronto, empezó a evitarlo.
Poco tiempo después, el chico sorprendió a su terapeuta y a su madre con un relato aberrante: “Papá me tocó otra vez. Papá me hace dormir desnudo. Papá me tocó a mí y a su novia”. Así, comenzó a narrar la primera parte de su historia de terror: todo habría sucedido cuando tenía 9 años, según su madre. “El padre decía que me iba a matar a mí, entonces tardó mucho en hablar”, agregó Valeria.
“No sabía qué hacer”, se sinceró la mamá de la víctima sobre aquel día, con una desesperación que se percibe en su voz. “Fui a Red Viva (asociación que asiste a víctimas de violencia y abuso infantil), a hacer la denuncia penal y también a un hospital público. Allí se constató que mi hijo tenía lesiones: borramiento de pliegues y fisuras”, describió con dolor.
“Ese informe médico indicó que él tenía lesiones compatibles con un abuso sexual”, añadió su abogada, Camila Meling, en diálogo con Infobae.
Pero había más. El acusado le practicaba sexo oral a su hijo y ejercía violencia física, de acuerdo a la elevación a juicio a la que accedió este medio, donde se detallan hechos monstruosos: el menor era sometido a ver cómo su padre y la novia tenían relaciones sexuales. Según el expediente, el niño “lloraba en silencio” y “apretaba fuerte los peluches”.
También lo obligaban a ver material pornográfico.
“Cuando a mi hijo lo llamaron para hacerle la pericia psicológica, contó todo”, blanqueó Valeria sobre los primeros pasos de la etapa judicial que instruyó la fiscal Marcela Juan, de la UFI N°16 de Lomas de Zamora. Según explicaron fuentes del caso, esta decisión de realizar la investigación en el distrito donde vivía la madre y no donde ocurrían los abusos obedeció a no agregarle aún más malestar al niño: le generaba temor viajar a Zárate, donde lo violaban.
“Los hechos que describía eran textuales. Los nenes no suelen hablar tanto, les cuesta expresar y van contando de a poco. Pero él contó todo con detalles”, refirió la abogada.
“En 2021, mi ex marido tuvo varias perimetrales porque venía desde Zárate, entraba al colegio y se llevaba a mi hijo. De repente, un viernes, yo lo dejé al mediodía, pero a la una y media o dos, me llamaron de la escuela: ‘No lo vengas a buscar porque el padre se lo llevó’”. Así, su ex pareja tuvo prohibido acercarse al menor y, luego, en 2022, fue detenido.
“Al principio, en las presentaciones que realizaba a través de su abogado, el padre siempre iba en contra de la madre. Su modus operandi es así, los abusadores siempre acusan a la pareja, el abuelo o la familia: siempre quieren delegar la responsabilidad”, subrayó Meling.
Con la causa elevada a juicio, el Tribunal Oral Criminal N°5 de Lomas de Zamora se declaró incompetente y ordenó que el debate pase a Zárate, donde ocurrieron los hechos. Aún falta realizar la cámara Gesell al menor, que se llevará a cabo próximamente. Pero, una vez que se haga, Valeria y su hijo deberán viajar a la ciudad que tanto miedo les provoca para enfrentar a su padre ante la Justicia.
Será juzgado por el Tribunal Oral Criminal N°1 de Zárate, y el fiscal será Pablo Bueri.
“Él no quiere saber nada con todo lo que implique ir por la avenida General Paz y la Panamericana mano al norte. Enseguida empieza a preguntar ‘¿A dónde vamos, a dónde me llevás?’”, detalló sobre uno de los traumas que padece su hijo desde que comenzó a hablar de los abusos.
“Tiene pánico a escuchar el nombre del padre. A veces sueña y tiene pesadillas”, mencionó la abogada sobre otra de las consecuencias que padece la víctima. “Siente mucha vergüenza”, agregó su mamá y remarcó: “Su padre y la novia lo hacían ver cosas y participar”.
Pasaron tres años desde que Valeria escuchó pronunciar a su hijo esos relatos atroces por primera vez. Todavía, sin poder creerlo, confesó: “Necesito cerrar esto, que me digan cuántos años va a estar en la cárcel. Mi hijo ha tenido muchísimo miedo de salir a la calle porque, tanto él como su familia, se nos aparecían en el colegio diciendo que se lo querían llevar. Está aterrado”.
Como corolario, para hallar Justicia, cada paso en la investigación ha sido un padecimiento para la víctima: “Siempre que mejora un poco, tenemos que declarar otra vez. Hay novedades y otra vez. Entonces, mi hijo retrocede”.
“Es el padre, se supone que lo tenía que cuidar”, lamentó Valeria sin poder concebir lo sucedido. Y concluyó: “Estamos cansados. Quiero que se termine y que el nene viva en paz”.