El 10 de junio de 2013, Ángeles Rawson fue asesinada por el portero de su edificio, Jorge Mangeri, femicidio por el que fue condenado a prisión perpetua.
Hoy lunes, once años después, su madre, Jimena Adúriz, compartió un dramático mensaje en su muro de Facebook:
“11 años... Duele el número, carajo. Y duele más, porque cada aniversario confirma que no te voy a ver crecer; ese imperturbable ‘y si’ que acompaña cada una de los escenarios en los que te imagino, sabiendo que no va a pasar... Sé que te voy a volver a ver, lo sé. Tengo que seguir honrando tu legado tan grande en este tiempo de espera, aunque me quede enorme la tarea de hacerlo. Pero soy y seré siempre tu mamá, acá y allá. Te amo, te extraño tanto mí amor, le pido a Dios que me ayude a sobrellevar este dolor... Hasta que te vea otra vez, Mumi de mami... Te amo”, escribió.
Adúriz ilustró el mensaje con dos fotos: una que la muestra junto a Ángeles en su cumpleaños de 15 y otra donde la madre de la víctima misma se fotografió sobre la tumba de Ángeles en el cementerio Jardín de Paz.
El 29 de noviembre de 2017, tras un extenso juicio, el portero Mangeri fue condenado a prisión perpetua como autor del abuso sexual y el femicidio criminis causae de la menor en el Tribunal Oral N°9. La condena fue ratificada años después por la Corte Suprema de Justicia.
“Vuelvo a declarar mi inocencia. Soy inocente. No tuve ni tengo nada que ver con la muerte de ‘Mumi’. Nada más. Que se haga justicia. Nada más”, fueron las últimas palabras de Mangeri ante el Tribunal. La prueba lo condenaba: las pericias al cuerpo de Ángeles, hallado entre la basura en el CEAMSE de José León Suárez tras ser descartado en un contenedor en Palermo, revelaron la presencia de piel del portero bajo las uñas, en un claro intento de defensa.
Hoy, en 2024, Mangeri busca volver al penal de Ezeiza donde pasó la última década encerrado, tras ser enviado, irónicamente, al penal federal de Rawson en Chubut, tal como reveló este medio hace una semana.
Fue trasladado allí en diciembre último, según confirmaron fuentes al tanto de su encierro. La medida lo separa de su esposa, Diana Saettone, que vive en el Conurbano bonaerense, a 1500 kilómetros de distancia, con quien continúa en pareja hasta hoy; Saettone -que hasta hoy sostiene la inocencia de su marido, a pesar de la doble ratificación de la condena- siempre tuvo una parte activa en la defensa de Mangeri y lo visitó regularmente en Ezeiza.
La medida del traslado sorprende a los habitués del caso Ángeles. El ex portero había sido durante la última década un trabajador dedicado en la cárcel de Ezeiza, rara vez conflictivo, en un intento de replicar en la jaula su vida antes del crimen. Había, incluso, iniciado sus estudios en el CUE, el centro universitario de la cárcel, donde cursaba la carrera de sociología, con buenas notas. Sin embargo, algo se habría desgastado en el pabellón, entre otras situaciones que llevaron a una fuerte baja en la nota de concepto del femicida.
Su nueva abogada, la reconocida penalista Patricia Croitoru -defensora de acusados como el ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez y Eduardo “Patán” Nacusse, una célebre figura del hampa bonaerense, preso por una trama narco- protesta la medida con fuertes recursos ante el Juzgado de Ejecución Penal N°1 a cargo de Axel López, que supervisa el cumplimiento de la condena.