Arturo “Antoñito” Villalba, quien era buscado por los brutales femicidios de las hermanas Isondú Marisel Fernández, de 22 años, y Aitana, de 9, fue capturado en las últimas horas tras una intensa búsqueda de la Policía de Corrientes, indicaron fuentes del caso a Infobae. Las víctimas fueron halladas asesinas el 4 de junio pasado, en una casa de Parada Acuña de Colonia Libertad, donde vívían.
Durante los rastrillajes en zonas rurales, los efectivos del G.T.O. capital, a cargo del titular y personal del GRIM de Paso de Los Libres, localizaron una casilla abandonada. En ese lugar, se ocultaba el prófugo. Villalba, que presentaba un visible desmejoramiento en su estado de salud, fue esposado y trasladado al Hospital de Curuzú Cuatiá, donde fue internado con un cuadro de deshidratación, detallaron las fuentes.
El presunto doble femicida quedó detenido a disposición del fiscal subrogante de la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas (UFIC) de Monte Caseros, Federico Gutiérrez, quien interviene en la causa.
Los voceros destacaron que la Policía, desde el día del hecho, “desplegó distintas tareas de búsquedas y rastrillajes por la zona para dar con esta persona, principalmente en zonas rurales”. Creían que podía estar escondido en los montes de los alrededores. De acuerdo a la información oficial, participaron del operativo “más de 200 efectivos de distintas áreas que tienen su asiento en esa parte sur de la provincia como ser; distintas dependencias de la Unidad Regional 3 de Curuzú Cuatia y de la Unidad Regional 5 de Libres y de la Policía Rural e Islas”.
El hecho fue descubierto pasadas las 18 del martes por la pareja de la mayor de las víctimas, un joven de 24 años identificado como Miguel Andrés Zárate -peón rural-, cuando volvió a su casa del trabajo. De acuerdo con lo que le dijo a la Policía, vio a Villalba salir a toda velocidad del lugar y al entrar al domicilio observó la escena de horror en su casa. Zárate fue demorado las primeras horas, pero luego fue liberado.
Fuentes del caso consultadas por este medio indicaron que la coartada de la pareja de Isondú Marisel es sólida. “Dijo que volvió del trabajo a las 18, testimonio que fue respaldado por su empleado”, dijo. Hay otro dato que fortalece aún más el testimonio del peón rural. De acuerdo con los detalles preliminares observados por la médica forense, la data de muerte “por mucho sería las 16 horas”. La pareja de Marisel, no obstante, permanece demorada mientras se intensifican la búsqueda de Villalba.
A unos 15 metros de la casa, en una zona de vegetación densa, la Policía descubrió un trozo de cable, una silla y un buzo, por lo que tienen la firme sospecha de que quiso ahorcarse. También secuestraron un machete, un cuchillo, tres teléfonos celulares y unas zapatillas con manchas de sangre que estaban debajo de la cama donde se encontró el cuerpo de la niña de nueve años.
El examen forense dijo que el cuerpo de Isondú Marisel presentaba signos de violencia. Además de dos puñaladas, presentaba golpes compatibles con machetazos en los antebrazos. “Indicio claro de que intentó defenderse”, agregó la fuente. Por el momento, se descartó un ataque sexual.
En cuanto a la niña, suponen que pudo haber sido estrangulada con el cinto de tela de su propio guardapolvo. Los investigadores sospechan también que fue la primera víctima, ya que esa prenda no tenía mancha de sangre alguna, como sí el resto de la casa. Es decir, el asesino habría ahorcado a la menor y luego atacó a cuchillazos y con un machete a la joven de 22 años.
Respecto a las víctimas y a Zárate, también eran oriundos de la misma localidad que el sospechoso y recientemente se habían mudado debido al trabajo del joven de 24 años.
Testimonios recopilados por la Fiscalía revelaron que Villalba era visto con frecuencia junto a Aitana e incluso ella lo acompañaba a hacer comprar en un almacén cercano. Ese detalle -a priori- le muestra a los investigadores que el acusado no presentaba algún tipo de alteración mental.