La Justicia santafesina condenó hoy martes al mediodía a los once acusados de la fuga ocurrida en la cárcel de Piñero el 27 de junio de 2021, cuando un grupo armado irrumpió a tiros con ametralladoras en el complejo penitenciario, cortó el tejido perimetral con una amoladora y logró la fuga de ocho presos que luego fueron recapturados. Un hampón terminó muerto en el hecho, al intercambiar disparos con los penitenciarios que defendían el lugar.
El fiscal Franco Carbone, a cargo de la imputación en el proceso, pidió penas que van desde los 11 años y tres meses hasta los 26 años de prisión. Los condenados recibieron penas de 18 a 9 años.
Elisa Álvarez recibió 12 años, Rodrigo Gramajo, 18 años, Franco Canteros: 16 años, Sergio Cañete fue condenado a 17 años, una sentencia que fue unificada con otras penas previas para acumular 36 años, Claudio “Morocho” Mansilla, el principal de los evadidos, recibió otros 9 años.
La cárcel de Piñero es de una significancia notable en el tejido provincial del hampa: allí se alojaron las segundas y terceras líneas de las grandes bandas narco de Rosario, así como varios jefes que fueron trasladados a penales federales tras la fuga. Con la llegada de Maximiliano Pullaro al poder, Piñero se convirtió en la zona cero del planteo de la seguridad provincial, con fuertes allanamientos y requisas.
La resolución fue leída a 12 en la sala 10 del Centro de Justicia Penal de Rosario. El Tribunal Penal de primera instancia, a cargo del proceso, estuvo integrado por los jueces Fernando Sosa, Silvana Lamas González e Ismael Manfrin, de acuerdo a la información publicada por la Oficina de Gestión Judicial.
El debate oral y público comenzó el pasado 29 de abril y culminó a principios de la semana pasada después de los alegatos de clausura del fiscal y de las defensas de los ocho reclusos –Claudio Javier “Morocho” Mansilla, Sergio Cañete, Joel Rojas, Ezequiel Romero, Antonio Schmittlein, Alejandro Andrés Candia, Daniel David Piscione y Martín Alejandro Cartelli– y de los tres hampones que facilitaron la huida: Franco Canteros, Rodrigo Gramajo y Elisa Álvarez.
De acuerdo a la hipótesis del caso, Cañete y Rojas fueron los cerebros del plan. Montaron, de acuerdo a los fiscales, un grupo armado para cortar los alambrados perimetrales y enfrentar a tiros a los guardias penitenciarios, que hasta entonces tenían un precario y rústico sistema de conexión entre los puntos de vigilancia.
Cañete, alias “Mono”, es conocido en el hampa rosarina por haber sido condenado por varios robos de bancos cometidos en 2015. En la fuga de esos robos, generalmente arrojaba clavos miguelitos para pinchar las cubiertas de los patrulleros que lo seguían. Casualmente, una situación similar ocurrió en la fuga de Piñero, cuando varios delincuentes que llevaban máscaras de monos y que al irse de la escena arrojaron n ese tipo de clavos, generando daños en móviles policiales.
Al irrumpir en el penal, los hampones avanzaron disparando con armas largas mientras Walter Ezequiel Soraire cortaba el alambrado: murió por las balas de los penitenciarios. “La evasión estuvo bien planificada. Fue el mayor golpe de la historia al Servicio Penitenciario. Hizo cambiar para siempre la lógica de los penales, los protocolos, la infraestructura”, destacó el fiscal Carbone.
Para el fiscal, Cañete montó el operativo de fuga a pedido de otro preso: el jefe narco Claudio “Morocho” Mansilla, que por entonces estaba por ser juzgado por instigar un doble crimen en Villa Banana, en la zona oeste de Rosario.
Mansilla fue el último en ser recapturado por las fuerzas de seguridades de la provincia. Estuvo casi un año prófugo –período en el que lo condenaron en ausencia a la penas de 25 años de cárcel por el doble homicidio–, hasta que lo encontraron en la Zona Cero con droga. Luego, afrontó una condena de 12 años por narcotráfico y otra a prisión perpetua de la Justicia santafesina por ordenar dos homicidios.
Estuvo, desde ya, en la lista de evadidos de la fuga de 2021. Su nombre generó alertas inmediatas. El fiscal Carbone pidió para él una pena unificada de 40 años, para sumar sus condenas anteriores. A los otros seis reclusos, Carbone los acusó por el delito de evasión agravada y portación ilegítima de arma de fuego agravada en carácter de coautores. Solicitó para cada uno una condena de 11 años y 3 meses de cárcel.
Finalmente, la pena unificada para Mansilla fue poco más de la mitad.