Yago Nahuel Escobar, el trader que fue capturado en San Luis por la Policía Federal, acusado de ser parte del esquema piramidal de Money Shelter, fue procesado con prisión preventiva por decisión del juez de Garantías de Moreno, Gabriel Castro, quien, además, negó su excarcelación, según indicaron fuentes del caso a Infobae.
Así, Escobar cambió su departamento en un exclusivo edificio de Puerto Madero por una catre en un calabozo de una comisaría ubicada en el oeste del conurbano bonaerense. Ahora, espera un cupo para ser trasladado a un penal del Servicio Penitenciario provincial.
La medida había sido solicitada por la fiscal María Gabriela Urrutia y el secretario Sebastián Tacchini, de la UFI N°10 de General Rodríguez, a cargo de la investigación de la estructura que habría sido montada por Escobar junto a Ivo Bertolone, su hermana Camila Bertolone y Agostina Biagioni. Fuentes del caso indicaron que estudian el rol que tuvo S.B., hermano de ésta última, en el presunto esquema de estafas millonarias.
Camila fue la primera en ser detenida e indagada, aunque enfrenta el proceso en libertad, ya que fue excarcelada. En tanto, Ivo y Agostina continúan prófugos. Por otro lado, S.B. fue también denunciado en la Justicia nacional, en CABA y en San Martín.
El trader fue capturado el 17 de mayo por la PFA en San Luis, tras permanecer siete meses prófugo, en inmediaciones de la casa su novia, identificada como K.F., una famosa empresaria del rubro en esa provincia, que se promocionaba por redes sociales, al igual que su pareja.
Para el juez, ese detalle pesó en su decisión, debido a que el 17 de octubre de 2023, los agentes federales que allanaron su departamento en el complejo Terrazas del Yacht, en Puerto Madero, fueron recibidos por la misma mujer, quien habría convivido con él hasta ser detenido.
“Luego por la conducta desplegada hasta ser habido, el tiempo que estuvo prófugo, sumado a que existen otras personas aún en búsqueda por la Justicia, considero en suma la evidente actitud de desprecio y desinterés para con el ordenamiento jurídico en su conjunto”, escribió el juez Castro en el dictamen al que tuvo acceso este medio.
“Así es que el hecho de ocultar mediante un manto de legalidad un acto defraudatorio, el cual además se habría repetido en varias ocasiones presuntamente con el objetivo de enriquecerse, son elementos demostrativos de que ninguna caución propuesta, al menos por el momento, pueda garantizar la sujeción del imputado al proceso”, siguió.
“Si analizamos tal accionar, desprendiéndome de las escalas penales previstas para las figuras típicas imputadas, se demuestra objetivamente una actitud fuertemente irrespetuosa para con las instituciones, con un riesgo y posibilidad concreta de que el nombrado pueda abstraerse y procurar su impunidad”, cerró el magistrado que lo procesó como coautor del delito de estafas reiteradas en concurso real con asociación ilícita.
Los integrantes de Money Shelter, con oficinas en Belgrano, aseguraban tener vínculos con Leonardo Cositorto, el líder preso de Generación Zoe. Una foto que fue publicada por este medio, que los muestra en pleno almuerzo en una conocida parrilla de Palermo, así lo confirma. Max Batista, número dos de Zoe, hoy preso junto a Cositorto, también fue parte del encuentro. Además, en su declaración, Escobar señaló a sus consortes por las presuntas estafas y aseguró que todo el dinero fue invertido en Adhemar Capital, de Catamarca. Su dueño, Edgar Bachiani, también fue apresado en otra causa en su contra, a la espera de un juicio en Córdoba.
La acusación
Según las pruebas conseguidas por Urrutia, los hermanos Bertolone, Biagioni y Escobar “formaron parte de una organización criminal que funcionó hasta al menos el mes de noviembre de 2022, movidos por un ánimo de lucro ilegítimo, se dispusieron a cometer delito contra la propiedad”.
Los imputados, en ese sentido, “diseñaron una maniobra consistente en captar fondos de particulares y, bajo la promesa de invertir dichas colocaciones en la Bolsa de Acciones de los Estados Unidos y fondos de inversión, ofrecían retornos con rentabilidad extraordinaria, a sabiendas de que en función de la naturaleza y la volatilidad de dichas operaciones no podrían satisfacer los compromisos pactados tanto con relación a la restitución del capital como al pago de sus respectivos intereses”.
De acuerdo a las denuncias, los miembros de Money Shelter aseguraban a sus clientes “que los valores que recibían para invertir se encontraban asegurados en una compañía de seguros con sede en Londres, Gran Bretaña”. Para promocionarse, los miembros de Money Shelter realizaban fiestas VIP donde regalaban dólares a sus posibles víctimas.