Los reclamos en la cárcel de Jorge Mangeri, el asesino de Ángeles Rawson, preso a 1500 kilómetros de su esposa

El ex portero de la calle Ravignani -que continúa en pareja con su histórica mujer- fue trasladado al pabellón de ofensores sexuales del penal federal de Rawson en Chubut tras más de diez años de encierro en Ezeiza. Su nueva abogada, la penalista Patricia Croitoru, plantea recursos para lograr su regreso

Guardar
Jorge Mangeri en el juicio en su contra, foto de 2015 (NA)
Jorge Mangeri en el juicio en su contra, foto de 2015 (NA)

Jorge Néstor Mangeri, el ex portero del edificio de la calle Ravignani al 2360, el asesino de Ángeles Rawson, todavía viste el buzo polar que lo convirtió en un símbolo del crimen argentino. Sin embargo, en los últimos meses, otras cosas cambiaron en su vida.

En diciembre último, Mangeri -condenado a prisión perpetua por el femicidio y abuso de la joven de 14 años cometido en junio de 2013, una pena que fue confirmada por la Corte Suprema cinco años después del hecho- fue trasladado desde el módulo 1 del penal de Ezeiza, donde pasó la última década preso, al nuevo pabellón de ofensores sexuales del penal de Rawson, en Chubut, confirmaron fuentes tanto oficiales como cercanas al femicida a Infobae.

La medida lo separa de su esposa, Diana Saettone, que vive en el Conurbano bonaerense, a 1500 kilómetros de distancia, con quien continúa en pareja hasta hoy; Saettone -que hasta hoy sostiene la inocencia de su marido, a pesar de la doble ratificación de la condena- siempre tuvo una parte activa en la defensa de Mangeri y lo visitó regularmente en Ezeiza.

El costo económico es evidente: un pasaje de ida desde Retiro en un micro semicama, con casi 24 horas de viaje, supera los cien mil pesos. Saettone, sin un trabajo en blanco, percibe una pensión. El ex portero, por su parte, trabaja en la cárcel patagónica por el sueldo tumbero por tareas menores, con aportes en blanco, que le envía a su mujer.

Ángeles Rawson, víctima del portero
Ángeles Rawson, víctima del portero

La medida del traslado sorprende a los habitués del caso Ángeles. El ex portero había sido durante la última década un trabajador dedicado en la cárcel de Ezeiza, rara vez conflictivo, en un intento de replicar en la jaula su vida antes del crimen. Había, incluso, iniciado sus estudios en el CUE, el centro universitario de la cárcel, donde cursaba la carrera de sociología, con buenas notas. Sin embargo, algo se habría desgastado en el pabellón, entre otras situaciones que llevaron a una fuerte baja en la nota de concepto del femicida.

Una fuente oficial al tanto de los pormenores de su encierro desliza: “No tenía más lugar. Había rotado por donde tenía que rotar. No tenían dónde ponerlo, primero por la relación con sus compañeros. Segundo, por su condena”. Así, fue enviado al pabellón de delincuentes sexuales de Rawson. “A veces se cree que está por encima del sistema”, dice otra fuente que conoce la actual vida de Mangeri en prisión.

Su nueva abogada, la reconocida penalista Patricia Croitoru -defensora de acusados como el ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez y Eduardo “Patán” Nacusse, una célebre figura del hampa bonaerense, acusado en una trama narco- protesta la medida con fuertes recursos.

Diana Saettone y Mangeri, en una foto tomada el verano antes del femicidio
Diana Saettone y Mangeri, en una foto tomada el verano antes del femicidio

Que un detenido sea enviado al otro lado del país no suele ser un buen signo en los códigos internos del Servicio Penitenciario Federal, una medida que se reserva para presos conflictivos que generan disturbios o que son capaces de corromper a penitenciarios o a los detenidos a su alrededor. En el penal de Rawson, por ejemplo, se encuentra detenido “Mameluco” Villalba, capo narco de San Martín, así como varios jugadores de las segundas líneas del negocio de la droga en Rosario, o Martín Espiasse, alias “Banana”, ladrón de bancos, condenado a perpetua por el asesinato de dos policías en el asalto al Ministerio de Economía de Rawson en 2007, que ya se escapó de la cárcel en dos ocasiones, al que también defiende Croitoru.

Mangeri, desde ya, se encuentra separado de estos pesados del hampa al ser parte del sector de delincuentes sexuales, encerrado en la celda número 2 del pabellón número 16.

Croitoru comenzó a defender a Mangeri cuando ya había sido trasladado a Rawson, luego de un encuentro con Saettone, con quien logró buena sintonía. El portero femicida pidió dos prontos despachos escritos con birome en marzo último para renunciar a su entonces abogado, un defensor oficial. La abogada, rápidamente, pidió por el reintegro de Mangeri a Ezeiza.

Así, a fines de mayo, Croitoru insistió ante el Juzgado de Ejecución Penal N°1 -que supervisa el cumplimiento de la condena de Mangeri- para que el SPF informe qué hará con el planteo de regreso. El 24 de mayo último, el juez Axel López envió un oficio al Servicio de cárceles hoy a cargo del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich. La respuesta al mismo se espera en los próximos días.

Guardar