Alejandro Muszak, CEO de la fintech Wenance, acusado de ser la cabeza de una de las mayores estafas de la historia reciente, espera sentado en una jaula de la Unidad N°28 del complejo de Magdalena. Tal vez tenga que esperar por mucho tiempo más. Luego de lograr la prisión preventiva de Muszak, el fiscal Alejandro Guevara, titular de la UFI Vicente López Este, que ordenó el arresto del empresario a fines de abril, pidió su elevación a juicio junto a seis de sus cómplices, Rodolfo Cleto Garcia, Juan Arnaldo Silvero, Paola Adriana Vallone, Pedro Luis Viggian, y Anahi Claudia Cristina Mazalán.
La medida fue planteada el 29 de abril pasado ante la jueza Andrea Mentasty, que semanas atrás determinó un planteo de la magistrada porteña Paula González, que también investiga a Muszak y Wenance. González pidió recibir el expediente del fiscal Guevara, algo que Mentasty denegó, una decisión hoy sometida a varias apelaciones. Todavía se espera la firma de la magistrada para autorizar la elevación a proceso.
En esta causa, Muszak es acusado de ser el jefe de una asociación ilícita dedicada a cometer una serie de 23 estafas, con promesas de intereses típicos de un esquema Ponzi que ascendían hasta un 12 a 14 por ciento anual, con inversores que aportaron montos de hasta más de 70 mil dólares, desde agosto de 2022 hasta mayo de 2023, cuando el escándalo provocado por las acusaciones en su contra ya había tomado estado público.
La última estafa, el hecho número 23 en la causa, data del día 4 de ese mes, con un monto de 14200 dólares aportados por una pareja en las oficinas de la Avenida del Libertador. Quien tomó el dinero fue Rodolfo Cleto García, uno de los principales acusados, a través de BE Capital, una de las firmas colectoras de Wenance, según imputó el fiscal Guevara.
En este caso, Muszak y sus cómplices “se valieron del ardid y engaño constitutivo en que la víctima firmara un contrato de mutuo mediante el cual acordaron que los damnificados debían entregar la suma de USD 14.200 al mutuario BE Capital Inversora S.A., en el que además de los nombrados, en el particular, firmara Rodolfo Cleto García, en su carácter de Presidente y a cambio de ello percibiría el capital invertido e intereses compensatorios a una tasa del 12%”. La pareja, desde ya, nunca vio un dólar de vuelta. Hoy, García se encuentra encarcelado en una prisión, tal como el resto de los imputados.
Dos meses después de tomar ese dinero, cuando el escándalo ya era público, un juzgado civil porteño embargaba a Muszak en $450 millones por tomar dinero de un fondo holandés y no devolver. Con el tiempo, acumularía más de $250 millones en cheques sin fondo, la obvia gimnasia de desvestir a un santo para vestir a otro.
Semanas atrás, la PFA reconoció que se habían extraviado dos teléfonos incautados en un allanamiento al departamento de Muszak en Avenida del Libertador realizado en 2023. La noticia llegó al fiscal Guevara. “Aquí no pasó, nos los perdimos ni dejamos que se pierdan”, asegura. Muszak, sin embargo, se negó a aportar los patrones de apertura de dos dispositivos Apple incautados en su arresto en abril.
En cambio, varios aparatos de los otros detenidos pudieron ser peritados: se encontraron contratos de mutuos, pagarés, fotos, conversaciones y hasta instructivos de cómo actuar un allanamiento. “Estos indicios permiten demostrar que toda la red de empresas que se investigan estaban relacionadas”, sigue un investigador clave en el expediente. Los aparatos también desmienten los roles que reconocieron en sus indagatorias, como abrir la puerta y servir café.
Por otra parte, Guevara cuenta con denuncias, testimonios, registros bancarios, de movimientos de dinero y un rastro de papeles plasmado en el pedido de elevación a juicio de 322 páginas a la que accedió este medio.