Un hombre mató a su cuñado con más de 100 puñaladas el pasado domingo en una vivienda del barrio 290 Viviendas de Trelew, en la provincia de Chubut, según informaron las autoridades locales.
Los primeros en llegar a la escena fueron agentes de la Comisaría 2ª, alertados por un llamado de auxilio. La llamada reportaba una violenta pelea en el departamento “F” de la escalera 29. Los agentes subieron rápidamente los escalones y notaron gotas de sangre que se extendían desde el interior del departamento.
Al entrar en el primer dormitorio, los agentes encontraron a Santiago González, quien sostenía un cuchillo de cocina de grandes dimensiones y debajo de él yacía Brian Martínez, la víctima.
Según fuentes de la investigación, González recibió a los policías con un grito: “¡Acá lo termino!”. Inmediatamente después, González asestó un cuchillazo en el cuello de Martínez, cortando la carótida. González, que llevaba un guante de látex en su mano derecha, fue detenido en un estado de evidente alteración.
La reconstrucción de los hechos según informó el portal Jornada, reveló que en el departamento se encontraban la víctima, su esposa, la madre de ella, el victimario y un amigo. Una discusión estalló y se tornó tan violenta que las dos mujeres y el amigo huyeron del lugar. Según testigos, González gritó: “¡De acá no sale nadie más!” y trabó la puerta antes de atacar a Martínez.
Las mujeres lograron refugiarse en un departamento vecino. La esposa de Martínez fue hallada casi desvanecida dentro de un armario, donde se había escondido, mientras que el amigo fue quien llamó a la policía.
La autopsia reveló que Martínez recibió más de 100 puñaladas. La fiscalía calificó el incidente como homicidio simple.
El fiscal Gustavo Núñez solicitó la prisión preventiva del acusado, argumentando la gravedad del hecho y el riesgo de fuga o de influencia sobre los testigos, muchos de los cuales son familiares del imputado. González tiene antecedentes penales, incluyendo dos condenas previas de 4 y 6 meses por otros delitos, además de una declaración de rebeldía.
La defensora pública, Romina Rowlands, argumentó que González podría haber actuado en legítima defensa, en defensa excesiva de un tercero, o bajo emoción violenta. Según la defensa, la hermana de González, pareja de la víctima, presentaba heridas que habrían sido causadas por Martínez antes de que González entrara al departamento.
Finalmente, el juez Marcelo Nieto Di Biase ordenó la prisión preventiva de González por un periodo de seis meses, atendiendo a la solicitud del fiscal y a los riesgos señalados.
Cabe recordar que a principios del mes de abril en otro hecho trágico, la Policía Bonaerense acudió a un domicilio de la ciudad de Merlo tras llamados al 911 por parte de vecinos que habían escuchado una fuerte discusión, gritos y pedidos de auxilio provenientes desde el interior de una casa ubicada sobre José Martí al 500.
Al llegar, los oficiales tocaron la puerta, pero nadie los atendió. Entonces, decidieron asomarse por una ventana que da a una habitación: fue entonces que vieron a un hombre y a una mujer envueltos en sangre. Era la escena de un femicidio, que quedó registrada en un estremecedor video.
En las imágenes se observa que el femicida, identificado como Matías Alejandro Guiñazú (43), estaba sentado y tenía un cuchillo en sus manos. A su lado yacía la víctima, Soledad Ibáñez (42), tirada boca abajo, sin moverse. El hombre tenía el cuchillo contra su cuello y amenazaba con quitarse la vida. Los policías trataron de disuadirlo. “No te quieras levantar, quedate quieto”, le pedía uno de los efectivos desde afuera, mientras otros trataban de ingresar a la propiedad.
“Ahí vienen a buscarme. Matame, es lo que yo quiero”, le respondió Guiñazú. Inmediatamente después, el uniformado le solicitó varias veces a los gritos: “¡Largá el cuchillo! ¡Dale!”. Pero el detenido se rehusó. “No lo voy a largar (...) No voy a tirar nada, dije. Mátenme”, decía y también pedía que “filmen todo”.
Frente a la negativa, los policías comenzaron a disparar contra el suelo y el techo. El autor del femicidio, sin embargo, se mantuvo inflexible, reiterando su deseo de que le disparen: “Mátenme. Un tiro en la cabeza, por favor. Con un buen tiro en la cabeza”. Finalmente, lograron reducirlo.
Personal médico constató luego el fallecimiento de la víctima, que presentaba al menos 25 puñaladas en su cuerpo. Mientras, Guiñazú fue trasladado al Hospital Héroes de Malvinas, donde quedó internado a causa de varias heridas de arma blanca que se autoprodujo.
Los oficiales secuestraron el cuchillo y agentes de la Policía Científica realizaron las pericias de rigor en el marco de una causa en la que interviene la Unidad Funcional de Instrucción N°12 de Morón, a cargo de la fiscal María Bonini.