El viernes pasado, Ángel Leguizamón, de 35 años, alias “Loquillo”, fue detenido por la División Homicidios de la Policía Federal mientras cortaba el pasto del colegio Saint Luke’s en Escobar, donde trabajaba como personal de maestranza. No era la primera vez que trabajaba para una institución educativa privada; ya lo había hecho para otras tres según sus registros previsionales.
Además de una historia de trabajo, Leguizamón también tenía una historia de violencia. Había registrado causas en su pasado por lesiones en riña y violencia de género. Esta vez, se lo llevaban por intento de asesinato.
Según confirmaron fuentes del caso a Infobae, “Loquillo” era buscado por la UFI N°20 de Malvinas Argentinas a cargo de la doctora Roxana Tornett por apuñalar varias veces en el pecho a su amigo Fabián en su casa de la calle Cuzco en Malvinas Argentinas.
El hecho ocurrió el 28 de enero pasado. Ambos se juntaron a beber. “Loquillo”, ebrio en una noche de 30 grados con mosquitos en el aire, recordó que Fabián le debía dinero por una vieja apuesta, una mano de truco en la que había perdido, según información de la causa. Así, tomó un cuchillo de cocina, tipo Tramontina, y lo apuñaló varias veces en el pecho. Sin embargo, no mató a su amigo.
“Loquillo” huyó de la escena. Fabián logró pedir auxilio a su familia; lo llevaron a un hospital cercano, donde le salvaron la vida y finalmente pudo declarar. Cuando envió la orden de arresto, la fiscalía del caso advirtió a la PFA sobre la naturaleza “violenta e impredecible del acusado”.
Así, despacharon una fuerza de ocho detectives. No fue difícil encontrarlo: lejos de escapar, estaba en su lugar de trabajo, donde estaba registrado en blanco.
El triángulo amoroso de Lomas de Zamora que terminó con otro intento de homicidio
Valenzuela no fue el único prófugo arrestado por la División Homicidios de la PFA la semana pasada. El jueves pasado, un grupo de policías de la Federal llegó a la Alcaidía Departamental de La Matanza, ubicada en González Catán, para llevarse a Erika Belén Aguilar Valinotti, efectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense, que trabajaba como guardia en el lugar.
La imputación en contra de Erika Belén, a cargo de la UFI N°7 de Lomas de Zamora, también era la de ser la partícipe necesaria de una tentativa de homicidio. La víctima se llama Luis, paraguayo, de 26 años, un albañil que trabaja en una empresa tercerizadora, vecino de Ingeniero Budge. El hecho ocurrió el 6 de agosto del año pasado en la esquina de Quiroga y Magaldi, también en Budge.
El albañil fue sorprendido por un hombre, que le disparó varias veces. Sin embargo, Luis también sobrevivió. Logró identificar a su agresor como Fabián Nicolás Sosa, “El Meca”, otro lomense de 21 años, mecánico, Dijo, sin tapujos, que Sosa era la pareja de su amante, Erika, la penitenciaria.
La investigación posterior descubrió que la penitenciaria había citado a Luis en el lugar donde casi fue baleado hasta la muerte para entregarlo a su novio, tal vez tan celoso, lo suficiente como para matar.