El jueves 16 de mayo, un jurado popular declaró culpable a Pablo Parra de haber cometido el femicidio de María Agustina Fernández, la estudiante de medicina que fue asesinada en Cipolletti, Río Negro, a mediados de 2022. El fallo que presentó la Justicia condenó al principal y único acusado por el crimen a cumplir cadena perpetua; sin embargo, su abogado defensor, Juan Manuel Coto, adelantó que impugnará la sentencia.
“La presión existe, siempre. Entiendo que siempre opera contra el acusado. En este caso había una presión particular”, denunció el letrado al sostener que su cliente es inocente, pero que se vio afectado por varias irregularidades que se habrían dado durante el proceso judicial, además mencionó que existieron presiones por parte de la política.
El abogado ratificó que respeta “la decisión que tomó el jurado, entiendo que este tampoco se esclareció”, y agregó: “Sigo convencido de que el culpable camina libre”. Según explicó durante una conversación con LM Neuquén, el fallo habría sido condicionado porque a lo largo del proceso hubo “pruebas contaminadas y testigos que debieron declarar”.
Acerca de la existencia de pruebas contaminadas, el defensor recordó que se había detectado el rastro genético de un policía en uno de los sobres donde se había almacenado un trozo de tela azul, una de las muestras claves tomadas en la escena del crimen. Durante el juicio, una genetista del Laboratorio Forense explicó que la presencia del ADN de Parra en la prueba era “fuerte” y descartó que hubiera sido manipulada, aunque reconoció la contaminación.
En otra de sus críticas apuntó contra la Fiscalía, ya que el letrado sentenció que la acusación y la querella se enfocaron en fundamentar que Parra era culpable del crimen, pese a que no se había encontrado su rastro genético en el cuerpo de la víctima. Incluso, denunció que “en la puerta habría una huella y no se peritó”, por lo que no pudo determinarse el perfil genético de la persona.
Durante la presentación de los alegatos, la defensa de Parra sostuvo que hubo una “obsesión” para condenarlo como culpable. “Era Parra, era Parra o era Parra. Y a los culpables no se los fabrica, se los encuentra”, señaló al criticar la reconstrucción de los hechos que se realizó por medio de los registros de las cámaras de seguridad.
Por último, Coto cuestionó que el juez Guillermo Baquero Lazcano no diera lugar a que declarara el perito de la querella Eduardo Prueger, quien había presentado errores metodológicos en las pruebas analizadas. “En una medición el sospechoso le da 1,72 metros de alto y en otra imagen, 1,78 metros”, indicó al argumentar que la medida no sería compatible con los 1,71 metros que mide Parra. Bajo su punto de vista, la incongruencia reforzaría su hipótesis de que el culpable se habría tratado de un hombre encapuchado que fue filmado en el lugar.
Según el relato del acusado, el día del femicidio había invitado a Agustina a cenar a su departamento, pero tuvo que dejarla sola porque tenía que hacer unas compras. En ese lapso de tiempo que no estuvo presente, se supone que ocurrió la salvaje golpiza que terminó con la vida de la estudiante, ya que cuando regresó la joven yacía en suelo, inconsciente y rodeada de sangre.
En simultáneo, el trabajador petrolero denunció un robo al asegurar que le faltaba efectivo, ropa y un bolso deportivo. “Se llevaron mil dólares, un rosario de plata grande y después ropa y los celulares”, en referencia a su teléfono personal y el de la víctima. No obstante, desde la Fiscalía sostuvieron que el hombre había planeado el crimen al plantear que habría fingido irse del departamento, para después ingresar por la puerta trasera y atacarla.
La investigación apuntó que el disparador del crimen fue un encuentro que la joven había tenido con un joven en su departamento horas antes de que fuera engañada por el acusado a asistir a una presunta cena. “Parra creía que tenía una relación con Agustina, que era de su propiedad”, señalaron al agregar que la escena del robo habría sido fingida para desviar a las autoridades y cubrir su accionar en el ataque. Por esto mismo, fue condenado.