El Tribunal de Juicio de Santo Tomé, provincia de Corrientes, integrado por los jueces Rodrigo López Lecube, Alejandra Petruchi y Javier Ramos, condenó a Gustavo Enrique Escobar (46) a 12 años de prisión después de encontrarlo culpable de un delito aterrador: abusar de al menos ocho chicos de 1º y 2º de una escuela de la ciudad de Gobernador Virasoro, en la que trabajaba como docente de Educación Física, ocho hechos de abuso sexual simple, sin acceso carnal, agravados por la condición de educador de las víctimas.
De acuerdo con el fallo de elevación a juicio oral al que accedió Infobae, que lleva la firma de la jueza de Garantías Silvia Erika Benítez, hubo once casos denunciados y luego investigados por el el Ministerio Público Fiscal de Corrientes. El abogado querellante Eduardo Etchegaray Centeno - que representó a tres de las víctimas y solicitó que el docente sea condenado a 40 años de prisión, tal como el fiscal Julio Cazarre- aclaró en diálogo con este medio que en el debate se comprobaron ocho, aunque en el fallo los jueces no desestimaron los otros tres.
Escobar, que llegó al juicio oral con prisión domiciliaria desde 2022, fue condenado por el delito de abuso simple agravado por la condición de educador. Desde ahora deberá cumplir la pena en una cárcel común. El documento judicial al que accedió Infobae detalla la forma aberrante en la que el profesor se aprovechaba de la confianza de los chicos para manosearlos.
La investigación se inició a mediados de 2022, cuando una niña de segundo grado denunció ante su madre haber sido tocada indebidamente por el profesor, lo que pronto reveló un patrón de conducta abusiva por parte de Escobar hacia sus alumnos, en una escuela de la ciudad de Gobernador Virasoro. La mujer comentó el hecho en el grupo de WhatsApp de los padres y ahí comenzaron a aparecer los otros casos.
“El juego del lobo” en el patio de la escuela
Los relatos de las víctimas, obtenidos a través de declaraciones en cámara Gesell, detallaron cómo Escobar aprovechaba las clases de educación física para cometer los abusos, a menudo disfrazándolos de “juegos”, un truco común en docentes abusadores.
Uno de los relatos da cuenta del poder que ejerció el docente. A uno de los chicos -de cinco años- le preguntó de qué color era su ropa interior. El menor le respondió. Según el relato, Escobar procedió a abusarlo bajo amenaza “de que no contara nada ‘porque el lobo es muy malo’”, señala el documento.
Durante otro de los episodios, que ocurrieron a comienzos del ciclo lectivo de 2022, en el patio interno del establecimiento educativo el docente puso a los niños a jugar “al lobo” y a la “música de colores”. Cuando uno de los nenes, también de 5 años, “encontró los colores”, Escobar procedió a otro ataque.
A una nena, bajo el mismo “juego del lobo”, la manoseó en el patio, en presencia de otros menores. “Una de las particularidades de este caso es que no sólo los relatos y los informes psicológicos confirmaron lo que pasó. Acá hubo testigos oculares: los mismos chicos, quienes contaron cómo Escobar abusaba de sus compañeros”, dijo el abogado querellante.
A otra niña, Escobar la amenazó con pegarle con un cinturón si no participaba en uno de los juegos. “La niña comienza a llorar y es cuando toca con su mano la vagina de la menor por encima de la ropa. La niña expresó a su madre el miedo que sentía por el profesor escobar y su deseo de no asistir a clases de educación física”, señala el documento. Otra, representada por Etchegaray, le comentó a su mamá que “el profesor que se llama Gustavo” le había tocado “la parte más importante del cuerpo”.
Qué dijo Escobar y la actitud de los docentes
Al momento de la lectura del fallo, Escobar se descompuso y debió recibir atención médica durante un cuarto intermedio. Luego escuchó que los jueces lo condenaron a 12 años de prisión.
En la última audiencia, el acusado reiteró su inocencia ante los jueces y dijo que no podía explicar por qué tantos chicos lo habían acusado de manosearlo durante las clases de educación física que dictaba en preescolar, primer y segundo grado. “Once chicos no mienten”, contestó el abogado.
Muchos compañeros de Escobar -dijo el letrado- trataron de minimizar lo que hizo. Muchos declararon que no creían que ocurrieron los abusos porque nunca observaron nada extraño. “Eran 11 niños contra un bárbaro y la verdad salió a la luz”, agregó.
En ese sentido, el abogado cuestionó que desde las autoridades educativas tanto de la escuela como de la provincia no contuvieron a los chicos.
Los jueces, en cambio, no le creyeron y condenaron a Escobar, casado y con dos hijos, quien -si no hay ningún tipo de apelación a una instancia superior- saldrá libre en 10 años.
Con respecto a los tres casos por los que no fue condenado “el Tribunal dijo que esos tres casos no es que no ocurrieron. Explicaron que por cuestiones técnicas no se tomaron en cuenta y no los tuvo por probados”, explicó el letrado.
Por ejemplo, en uno el niño sufrió de un cuadro de angustia y no fue a cámara Gesell, por lo que no se tenía el testimonio. En otro, se hizo la declaración en la Cámara pero por una falla, la grabación de entrevista quedó silenciada y el niño no quiso entrar de vuelta. Es decir que su testimonio no pudo ser reproducido. En el tercero, el chico contó con cierta ambigüedad lo ocurrido y por eso los magistrados no lo consideraron probado.
“Los otros ocho sí se corroboraron. Los niños fueron claros y contundentes”, finalizó el abogado querellante.