Roberto José Carmona, conocido como “La Hiena Humana”, uno de los criminales más notorios de la historia argentina reciente, comenzó a ser juzgado este lunes en Córdoba capital por matar a Javier Bocalón, un taxista asesinado en diciembre de 2022, durante una salida transitoria. En esta oportunidad, el acusado, que ya tiene dos condenas a prisión perpetua y otra a 16 años, presencia el debate encerrado en una cabina de vidrio, debido a su alta peligrosidad.
Lo curioso de este debate oral es que se construyó una cabina de vidrio especial para que el acusado esté durante el juicio y no realice ningún movimiento que genere peligrosidad para los presentes en la sala, indicó la agencia de noticias N/A. El tribunal está compuesto por el camarista Marcelo Nicolás Jaime e integrado por Juan Manuel Ugarte y Eugenio Pérez Moreno, junto con jurados populares.
Carmona es acusado por los delitos de evasión y robo calificado por el uso de arma, y homicidio criminis causa. En este caso podría también recibir la pena máxima. La querella de los familiares de Bocalón está a cargo del abogado Carlos Nayi, mientras que la acusación será llevada adelante por el fiscal Hugo Antolín Almirón. La defensa estará a cargo del letrado Aníbal Zapata.
El taxista fue asesinado el 13 de diciembre de 2022 cuando Carmona se fugó en medio de una salida transitoria durante el partido de la semifinal entre Argentina y Croacia en el Mundial de Qatar, cuando logró burlar la custodia del Complejo Penitenciario de Sáenz Peña de Chaco. Carmona había logrado el beneficio para tener un encuentro íntimo con su esposa.
Según se extrae de la causa, el hombre evadió a cinco guardias y a un enfermero que lo vigilaban y secuestró el taxi que conducía Bocalón. En medio de la huida, “La Hiena Humana” acuchilló al chofer, con el fin de apoderarse del vehículo, quien murió en el acto. Por el ataque chocaron contra un árbol.
Los otros hechos por los que se lo acusa se refieren al robo de dos autos para continuar la fuga. En ambos casos, también utilizó un arma blanca para amenazar a sus víctimas, según indicó Puntal. Fue capturado dos horas más tarde.
La confesión: “Eligió el auto por sobre su vida”
En la primera jornada del juicio, que se desarrolla en Sala de Audiencias de la Cámara Octava del Crimen, “La Hiena Humana” decidió hablar por primera vez sobre el homicidio. En un frío testimonio, según lo describió Cadena 3, afirmó: “El taxista eligió el auto por sobre su vida. El auto era más valioso para él que su vida”. Según su declaración, el incidente ocurrió cuando intentaba tomar el control del vehículo. “Soy un depredador, un lobo solitario”, dijo sin remordimiento.
Además de confesar el homicidio de Bocalón, Carmona se refirió a los crímenes previos por los que fue condenado. Al fiscal Hugo Almirón le refutó: “Cuando usted dijo que yo había violado y asesinado a Gabriela Ceppi en 1986, yo no la violé”.
Los violentos antecedentes de Carmona
Carmona ya tenía una condena a 10 años por robo calificado, privación de la libertad y drogas, cuando asesinó a Gabriela Ceppi, una adolescente de 16 años, indicó La Voz. El múltiple asesino, con 23 años, había recibido el beneficio de la libertad anticipada cuando secuestró, violó y fusiló a la víctima, el 15 de enero de 1986. Luego, arrojó el cuerpo en un campo de sorgo en la ruta 9, donde fue hallado un mes más tarde. Dos años más tarde, recibió reclusión perpetua.
Más tarde, le tiró caramelo caliente en la cara a uno de los internos del penal de Córdoba en el que había sido encerrado, debido a que el hombre le había impedido violar a su esposa. Al mismo tiempo, apuñaló a otro hombre, a quien también le tiró agua hirviendo mientras dormía. En 1994, mató a Héctor Vicente Bolea, otro preso condenado a perpetua por el control del pabellón. En ese momento, lo trasladaron a la prisión de chaqueña.
Tres años después, asesino a Demetrio Pérez Araujo.
Pese a estos violentos antecedentes, en 2014, el ahora ex juez de Chaco Juan José Cima, le concedió salidas transitorias. En 2016, comenzó a viajar a Córdoba, cada cuatro meses, para visitar a su mujer, Ángela Elizabeth Etudie, acompañado por seis custodios con la autorización de otra jueza, Ligia Duca.