El 16 de marzo pasado, Ubaldo Matildo Fillol, “El Pato”, arquero de la Selección victoriosa del Mundial de 1978 y un ícono del fútbol argentino, denunció un artero robo que sufrió en su casa de Belgrano, uno de varios que vivió en su historia reciente. En repetidas apariciones mediáticas, aseguró que en este último asalto los hampones le robaron, precisamente, su medalla de campeón mundial. “Viví un estado de dolor tremendo”, aseguró. Incluso, ofreció una recompensa para recuperarla. “Representan mi vida”, dijo sobre los premios de 46 años atrás.
A mediados del mes pasado, Fillol aseguró que supuestamente había recuperado el trofeo en un breve video en sus redes sociales. “Quiero comunicarles que hubo allanamientos en el día de hoy, que hay detenidos y que se han recuperado los objetos perdidos, esa cosa maravillosa que tanto daño me hizo y que hoy la pude recuperar”, dijo, brevemente.
“Mucho no puedo hablar. Le agradezco a amigos y al arco político tanto a nivel nacional como provincial que se preocuparon, que me llamaron. Tuve el apoyo de todos, no solo de la gente del fútbol. Estoy feliz. Esperemos con mi familia no volver a repetir esta fea experiencia, que ya es la séptima vez que la padecimos”, aseveró luego.
Pero, según afirman fuentes del caso a Infobae, la medalla nunca fue robada: Fillol, simplemente, olvidó dónde la tenía guardada. En su declaración inicial en la causa, aseguró que se la habían quitado. Luego, en otra constancia, afirmó que el trofeo estaba en otra caja de seguridad.
Efectivamente, hay un detenido por el hecho, con un cómplice todavía prófugo. El detenido, arrestado por la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad en un expediente en el que participó el fiscal Marcelo Roma, fue identificado como Mario Daniel Falconi, de 28 años, oriundo de la Villa Zavaleta. Fue procesado con prisión preventiva la semana pasada por el juez del caso, Darío Bonanno, que lo acusó del delito de hurto agravado por el uso de llave sustraída. El procesamiento de Falconi, al que accedió este medio, que incluye la lista de pruebas -en la que se encuentra la declaración del “Pato”. no menciona la medalla mundialista en el botín.
En cambio, le robaron otras pertenencias futbolísticas de su departamento, “varias remeras de color verde, réplicas de la clásica con mangas largas y dorsal “5″, con la que atajaba en la Selección nacional de fútbol”, según el procesamiento al que accedió Infobae.
El procesamiento también detalla la mecánica del robo, un truco relativamente común en el hampa porteña, pero al menos hábil.
El ataque comenzó en la esquina de Cervantes y Bahía Blanca, cuando Fillol llegaba allí para cenar en el buffet de Vélez Sarsfield en su Peugeot modelo 2008. Detrás de él, dos hampones maniobraban a bordo de un Volkswagen Fox. Cuando el arquero intentó cerrar su auto mediante su control remoto, los delincuentes aplicaron un inhibidor de señal que impidió que el auto se trabara. Los ladrones ingresaron al Peugeot veinte minutos después.
Fillol no solo había dejado las llaves de su casa allí dentro, tanto la magnética del portón de ingreso como la de su puerta. También, robaron la billetera de Fillol que estaba dentro del vehículo, con su documento, sus tarjetas bancarias y las cédulas de su auto.
Una hora después, según la acusación, Falconi y su cómplice ingresaban al departamento del campeón, ubicado en un tercer piso. La Justicia cree que el segundo ladrón fue quien entró a la casa. Falconi habría operado como campana, de acuerdo a las cámaras de seguridad relevadas. Se negó a declarar capturado luego de la investigación de la Policía de la Ciudad. El seguimiento de cámaras y autos fue, precisamente, lo que llevó a su captura.
En su decisión, Bonanno ponderó “el testimonio de la propia víctima -respecto del cual no existe indicio alguno de mendacidad-, quien declaró que al regresar a su vehículo advirtió que le habían sustraído sus efectos personales; y que luego, al ingresar a su vivienda, observó que le habían sustraído las remeras mencionadas”.