El 26 de octubre de 2023, un joven de 22 años vinculado al negocio del deporte fue secuestrado por dos hombres armados cuando salía de su casa en Caseros. Sobre un Citröen en movimiento, en un típico secuestro express, llamaron a su novia y le exigieron 300 mil dólares para liberarlo.
El secuestro terminó sin el pago de un rescate. La víctima fue liberada en Pilar, ilesa.
Así, comenzó una investigación a cargo del fiscal Paul Starc y el Juzgado Federal N°2 de San Martín, que terminó esta semana con cinco detenidos, la incautación de seis armas, el Citröen usado en el secuestro y 679 gramos de cocaína. Los operativos estuvieron a cargo de la DDI de San Martín de la Policía Bonaerense.
El principal detenido en esta causa es Gustavo I., de 27 años, señalado como barra brava de Platense por fuentes policiales. Cuando la DDI de San Martín lo allanó en el Barrio Mitre de Saavedra, enclave principal de los violentos del club de la zona, intentó escapar de los efectivos. Al intentar huir, arrojó por el balcón interno de la casa donde lo encontraron una pistola Glock calibre 40, cargadores y la cocaína.
La investigación para encontrar a la banda incluyó el uso de drones y la triangulación de antenas de teléfonos celulares. Se detuvo a otros cuatro sospechosos, a los que se le incautaron cuatro escopetas y carabinas, otra pistola Glock, 165 mil pesos y mil dólares y 13 teléfonos que podrán ser peritados, así como las consolas PlayStation de los acusados. También, curiosamente, se encontró una credencial policial.
Si es que Gustavo I. es culpable, no sería la primera vez que un miembro de la barra del Calamar se ve involucrado en un secuestro. En abril de 2018, Kevin Torres, hijo de “El Raba”, uno de los jefes de la hinchada, hombre fuerte del Barrio Mitre, fue acusado por los fiscales Carlos Rívolo y Santiago Marquevich de ser parte de la captura de la hija de “El Gordo Papa”, un dealer del Bajo Flores.
La joven fue capturada con 18 años de edad. Volvía a su casa en Flores a bordo de una camioneta Ford Ecosport roja. Al menos tres hombres la golpearon y la obligaron a subir a punta de pistola a un Volkswagen Golf gris, mientras la secuencia completa era tomada por una cámara de seguridad en la cuadra. Minutos después, Luis Alberto, “El Gordo Papa”, escucharía la voz de un hombre en su teléfono de línea: “Dos millones o la droga”, dijo la voz. “Quieren dos millones de pesos, ¡juntala!”, le imploró la joven a su madre en una segunda llamada.
R. sería liberada a la mañana siguiente a pocas cuadras del Unicenter. Luis Alberto no pagaría dos millones de pesos o droga, pero pagaría, 297 mil pesos empacados en una mochila infantil que su mujer entregó en un callejón oscuro del barrio Santa Rita de Boulogne.