El estadio Mario Alberto Kempes reunió, por primera vez en seis años, a las dos hinchadas más importantes del fútbol argentino, con una rivalidad histórica. River Plate y Boca Juniors se enfrentaron por el pase a semifinales de la Copa de la Liga en Córdoba, pasaje que finalmente consiguieron los Xeneizes. Más allá del resultado, el espectáculo deportivo implicó un desafío para las fuerzas de seguridad, en un encuentro que fue calificado de “alto riesgo”.
El megaoperativo, que fue coordinado por el Ministerio de Seguridad cordobés, Juan Pablo Quinteros, desplegó a 2.300 efectivos en distintos puntos de la provincia. Aunque fueron varias las fuerzas que colaboran con procedimientos preventivos en rutas, la policía local también se concentró en las inmediaciones y en el interior del estadio que acaparó la atención del país.
El objetivo era evitar incidentes que empañen la fiesta. En ese sentido, los organizadores de la seguridad miraron, con especial énfasis, los movimientos de los Borrachos del Tablón y de La Doce. Incluso, para evitar cruces, se preparó un dispositivo especial para la llegada de ambas barras por diferentes rutas.
En ese contexto de tensión, cientos de uniformados se reunieron en la previa en una arenga que fue registrada por algunos segundos en video y dejó en evidencia el gran despliegue policial que habrá dentro y fuera de la cancha. “Que sea (el operativo) totalmente exitoso”, vociferó a su tropa el comisario inspector Carlos Hernández, Jefe de la Guardia de Infantería. “El trabajo de unidades especiales va a ser, como estamos acostumbrados, de excelencia”, agregaba frente a la tropa.
Hernández, además de su trayectoria, es conocido por haber recibido un tiro por la espalda en septiembre de 2023, en medio de una lluvia de piedras durante un violento disturbio en Villa Los Galpones. La bala, sin embargo, fue absorbido por el chaleco antibalas. “Pensé que me había impactado una piedra en mi espalda”, explicó en ese entonces a Canal 10. El policía descubrió el proyectil luego de dejar la zona de conflicto. Al sacarse su chaleco pudo palpar el plomo incrustado. “Es un calibre alto, tal vez 9 milímetros”, indicó en ese momento.
Otra secuencia en video, en tanto, muestra a los policías ante las puertas del Kempes, listos para ingresar. Fuentes del Ministerio seguridad local indicaron a Infobae que Quinteros supervisó el operativo en el lugar, mientras que un centro de monitoreo del 911, con domos y cámaras de seguridad, vigilaron lo que ocurrió en diferentes puntos de la Ciudad.
En tanto, las rutas e ingresos a Córdoba fueron otro punto neurálgico para la seguridad, no solo para esa provincia, sino también para Santa Fe y Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, cuyas policías desplegaron procedimientos de control para evitar disturbios. Al operativo se sumó Gendarmería y Policía Federal. En los accesos al estadio, el Programa Tribuna Segura estuvo a cargo de los controles para asegurar el derecho de admisión.
Como resultado de las tareas realizadas, desde el ministerio de Seguridad de la Nación informaron que se inspeccionaron 83 micros de larga distancia, alrededor de 5.000 simpatizantes y se registraron 25 personas con derecho de admisión y uno con pedido de captura vigente. Asimismo, se secuestró gran cantidad de bebidas alcohólicas, elementos punzocortantes (cuchillos, tijeras y sevillanas) y estupefacientes.
“Las hinchadas entran por rutas y lugares distintos. Nos preocupa lo que va a pasar en la cancha y en los anillos perimetrales, pero también en el ingreso de Santa Fe o Córdoba hasta que lleguen al estadio. Es un plan integral”, mencionaba Quinteros en diálogo con Radio La Red, en la previa.
Cada club dispuso de 25 mil localidades. Los fanáticos millonarios entraron a Córdoba por la Ruta 9 (autopista Rosario-Córdoba), mientras que los Xeneizes lo hicieron por la Ruta 8 transitando el tramo Buenos Aires, Pergamino, Venado Tuerto y Río Cuarto. De la misma manera se fueron.