El 18 de marzo, un hombre oriundo de Perú con domicilio en Villa Celina, fue secuestrado en la zona de Morón mientras circulaba en su camioneta Chevrolet Tracker. Sus captores lo liberaron tras cinco días de encierro, en medio de agónicas negociaciones con su hermano. Pidieron 200 mil dólares de rescate. Al final, no cobraron nada.
Sin embargo, no lo soltaron ileso: le dispararon en una pierna tras darle una golpiza poco antes. “Lo hicieron mierda”, dice, indignado, un investigador del caso a Infobae: “Le rompieron la nariz. Lo quemaron con cigarrillos por todos lados”.
Hoy viernes, la DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense capturó tras una serie de escuchas telefónicas a cinco sospechosos por el hecho, en una causa a cargo del fiscal Sebastián Basso y el Juzgado Federal N°3 de Morón, que firmó once órdenes de allanamiento para objetivos en zonas como Quilmes, Lomas de Zamora y La Matanza, entre los que se encuentra el lugar donde el hombre fue retenido, una casaquinta en ruinas en la zona de Arturo Seguí, en la jurisdicción de La Plata.
Las cámaras de seguridad en el seguimiento realizado por la DDI matancera fueron otra clave para identificar a los sospechosos. Las escuchas, que ilustran esta nota, son intensas: en una conversación, uno de los delincuentes le dice al hermano del secuestrado que si no cobraba le cortaría los dedos al hombre de Villa Celina. Luego, mataría a sus hijos.
En los allanamientos se encontraron varias armas como una pistola calibre .40 con la numeración limada, así como un Ford Fiesta y una camioneta Ford Ranger, ambos vehículos con pedido de secuestro.
Francisco Fernández, alias “El Verdugo”, el principal acusado, cayó con 17 celulares y otros tres de los sospechosos. Las cámaras relevadas lo muestran particularmente.
Oscar Descous, uno de los sospechosos arrestados, el supuesto chofer de la fuga cuando los hampones capturaron a la víctima, fue encontrado por la Bonaerense en una fábrica tomada en Isidro Casanova. Viajaba en un Peugeot con varias piezas adulteradas. La patente le correspondía a un auto robado en territorio porteño.
Todavía se intenta establecer la trama que llevó al secuestro, por qué el hombre de Villa Celina se convirtió en un blanco. Los delincuentes creyeron que su víctima era un prominente dealer con liquidez suficiente para un rescate rápido.
Sin embargo, la DDI de La Matanza no llegó a corroborar esta pista.