Un salón de fiestas infantiles fue clausurado en el barrio de Flores debido a una actividad poco frecuente para la que, al mismo tiempo, no estaban habilitados: allí realizaban escaneo de iris con el objetivo de obtener datos biométricos para la empresa Wolrdcoin.
Además de la clausura, se secuestraron todas las máquinas utilizadas para el escaneo durante una inspección integral de la Policía de la Ciudad y organismos de control del Gobierno porteño, indicaron fuentes del caso a Infobae.
De acuerdo a la información, el procedimiento se realizó en un pelotero ubicado en la calle Gavilán, a metros de la avenida Rivadavia, donde se formó una larga fila de personas convocadas por una empresa, que estaban a la espera de que les escaneen el iris con el objetivo de obtener datos biométricos.
La División Delitos Contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad acudió al lugar para brindar colaboración durante la inspección que llevaron a cabo funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), la Unidad Operativa de Fiscalización Integral (UOFI) y la Dirección General, Fiscalización y Control del Gobierno de la Ciudad (DGFYC).
Al momento del operativo, el local estaba por abrir y preparado para funcionar.
En ese momento, los agentes advirtieron que en la entrada del salón había tres mesas sobre las cuales se ubicaban tres aparatos circulares plateados, denominados “ORB”, usados para escanear el iris de las personas.
Finalmente, agentes de la DGFYC secuestraron las máquinas y personal de la AGC clausuró el local, labrando actas de funcionamiento y seguridad por estar desvinculado el rubro para el cual está habilitado y por otras faltas administrativas, detallaron los voceros de la fuerza de seguridad porteña.
Un fenómeno que crece
Desde el año pasado se ven filas de argentinos en Palermo, en Ramos Mejía, en Bariloche o en Córdoba para someterse a una esfera de aspecto retrofuturista que escanea el iris a cambio de una criptomoneda.
La empresa, llamada Worldcoin, lleva meses buscando jóvenes. Inclusive, llegaron a pararse en la puerta de la Universidad Católica en Puerto Madero a comienzos de la primavera de 2023 para buscar estudiantes a cambio de 50 dólares.
A fines del año pasado la convocatoria se hizo más masiva, pero el pago fue más bajo. “A mí me regalaron 10 monedas por verificarme con mi iris y tres monedas por bajarme la aplicación. Cada Word vale un dólar”, explicaba por entonces Patricia Estévez que había viajado desde Quilmes hasta la avenida Cabildo.
El sistema es piramidal, una vez verificados con el escaneo del iris, la empresa da un código de invitación y otorgan cinco monedas por cada persona que se trae. El tope son cinco personas, por eso hay varios de la fila que estuvieron solos el primer día y al siguiente volvieron con familiares, amigos o vecinos.
El proyecto, impulsado por el célebre Sam Altman, creador de ChatGPT, despertó en la Argentina el interés de más de medio millón de personas que se prestaron a la lectura de sus datos biométricos a cambio de, instalación de una app mediante, recibir las criptomonedas.
Y también los temores respecto a qué hace esta empresa y su aparato de ciencia ficción bautizado “orb” comprando datos biométricos de personas que, probablemente, no estén dando un consentimiento informado sobre lo que hacen.