La sospecha de parte de la familia Ayala recaerá y perseguirá a Oscar “Junior” Benítez (31) como un fantasma durante mucho tiempo. No sólo porque el futbolista acaba de ser condenado a cinco años de prisión efectiva, tras ser considerado culpable de violencia y amenazas contra Juan Carlos Ayala, el padre de Anabelia, su ex novia, con la que salió durante seis años. Sino porque la familia de ella, además, lo considera responsable del suicidio de la chica y pide Justicia.
Ocurrió la noche de Año Nuevo pasada en el dormitorio de Anabelia, y la hipótesis de Ayala es que su hija, que vivía con ellos en Almirante Brown, se quitó la vida mientras Benítez la observaba desde una tablet, a través de una app en la que ambos pasaban conectados todo el día.
“Era una persona que ya no pensaba por sí sola, estaba siendo psicopateada, no tenía poder sobre su vida. Por eso me cabe ninguna duda que fue una inducción al suicidio. Hay audios de la familia de él que dicen que no pudieron brindar porque veían cómo la piba se colgaba. Mi hija no tomaba sus propias decisiones. Si la hubieran querido salvar, hubiesen llamado al 911, ni siquiera a un vecino”, contó Ayala a Infobae.
Por la muerte de Anabelia hay un expediente judicial abierto en la fiscalía de Juan Manuel Baloira, de la UFI N°3 descentralizada de Almirante Brown. De momento, se investiga como “suicidio”.
Junior Benítez no está imputado y, según adelantaron fuentes judiciales a este medio, no será notificado con una imputación por instigación al suicidio, como pretenden Ayala y su abogado Rodrigo Tripolone, al menos hasta que no haya algún indicio material de la responsabilidad del ex delantero de Boca Juniors y Lanús, entre otros equipos.
La instigación al suicidio es un delito difícil de probar. Las causas de un suicidio son complejas y resultan de diversos factores siempre. Tiene una pena en expectativa de entre uno y cuatro años de prisión si se logra comprobar que alguien persuadió a la víctima para que ella misma llegue al convencimiento de que debía quitarse la vida.
El fiscal Baloira investiga si efectivamente Junior Benítez tuvo algo que ver, pero ya le avisó a los padres de Anabelia que no será sencillo. “Yo respondo a la sociedad”, comentaron que les dijo al tomarles declaración y advertirles que podría ser frustrante la causa.
Baloira, que antes de ser fiscal, trabajó en oficinas de asistencia a la víctima, intentó que la causa fuera tomada por una fiscalía especializada en violencia de género, ya que entendía que el suicidio podría haberse dado en ese contexto de relación entre Ayala y Benítez. Sin embargo, la idea no prosperó.
“Vamos a tratar de avanzar, es un rompecabezas, pero enrostrarle a Benítez la culpa del suicidio por ahora es mucho. Una instigación tiene que ser un hecho objetivo. Necesitamos pruebas y por ahora no hay muchos elementos”, explicó una fuente de la investigación.
La clave del futuro de la causa estará en los resultados de las pericias a los aparatos electrónicos secuestrados en la casa de Anabelia y en la de Junior. Hay algunos teléfonos, incluido uno que la joven había escondido en un baño, descubierto tras su muerte, la tablet.
El último miércoles el fiscal le pidió al juez Antonio Balicki, que condenó a Benítez en la causa de violencia, que le envíe un nuevo teléfono del deportista, que el funcionario desconocía que existía.
Los aparatos serán revisados a mediados de mayo, seguramente por un equipo de peritos tecnológicos que tienen los tribunales de Lomas de Zamora. También podrían ir a La Plata. En la Alcaidía judicial de la capital bonaerense justamente está detenido el ex Benfica. En cualquier caso, los resultados de las pericias no estarán antes de junio y difícilmente haya un cambio de carátula antes.
Para los investigadores, el audio que la familia Ayala atribuye a la familia Benítez y en el que una mujer le comenta a otra persona que Junior vio por la tablet cómo Anabelia se quitaba la vida y no avisó, en principio no prueba una instigación. Además, antes hay que comprobar que sea un mensaje real y no uno fake.
No ven, en principio, un delito de omisión, ni de abandono de persona, como también planteó Tripolone. Es un debate de teoría del delito. Por ejemplo, abandono de persona sería cuando se deja alguien moribundo en el desierto. Pero Anabelia se quitó la vida mientras en la misma casa estaban sus padres y su hermano. “No estaba abandonada”, aclararon fuentes judiciales. “El trabajo del fiscal es describir una conducta; en este caso cómo el sospechoso instigó al suicidio de la víctima. Y lo tiene que hacer con un soporte probatorio”, repitieron las fuentes.
Ante situaciones de crisis y urgencias relacionadas a temas de suicidio o salud mental, se puede llamar al 0800 999 0091 las 24 horas