Gustavo Daniel Fernández, un abogado de 54 años, fue asesinado por motochorros frente a su hijo de 7 años, en la puerta de su casa de Monte Grande. Por el crimen, la Policía detuvo a dos menores de 16 y 17 años. El caso tiene un tercer apresado de 24 años.
“Mis hijos se quedaron sin papá de un día para el otro. El menor fue el que vio todo porque estaba llegando de fútbol con Gustavo. En casa no había nadie porque yo estaba con el nene de 9 años regresando del club de rugby”, relató Karina Coluccia, sobre el asesinato de su esposo, en diálogo con Infobae.
“El comisario me prometió que los iba a encontrar y los encontró. Ahora lo único que me resta es luchar con esta Justicia de mierda que tenemos, porque hay dos menores con antecedentes. Voy a pelear para que estos malandras estén adentro, porque arruinaron una familia. A mí me quitaron mi marido, mi socio, el padre de mis hijos, mi amigo”, aseguró la mujer.
Este lunes, cerca de las 19:30, Gustavo fue interceptado por los ladrones cuando ingresaba a su casa, ubicada en la calle Origone al 1000. En ese momento, “cerró los postigos de madera del garage y estaba por cerrar la segunda hoja cuando vio que se habían metido, porque estaban las rejas abiertas”, relató la mujer.
El niño de 7 años se escondió en el living tras ver la situación, mientras que el abogado salió a “pelear” con los delincuentes. Al ver que no iban a lograr ingresar al hogar, le pegaron un tiro: el hijo menor presenció toda la escena desde la ventana.
Cuando Gustavo cayó al suelo, le robaron la alianza y se llevaron las llaves de la camioneta -pero no el vehículo-. Aún consciente, pidió ayuda a los gritos y minutos más tarde fue trasladado al Hospital Santamarina por los mismos vecinos, ya que la ambulancia no llegaba.
Karina llegó alrededor de media hora después y encontró a los oficiales de la policía trabajando en el lugar.
“Estuvo más o menos tres horas en quirófano. La bala entró por la ingle y le rompió la femoral. El hospital no tenía los medios para unirla, así que le pusieron un catéter buscando que se estabilice para hacer trasladado a otro lugar”, cuenta.
El impacto destrozó la vejiga y el recto del abogado. Según relata la mujer, a pesar de que le pasaron sangre en terapia intensiva, “así como entraba, salía”.
En cuanto a la imputabilidad de los menores edad, criticó: “El mayor, en teoría, va a quedar detenido, pero de los menores no se sabe; va a depender del Juez de Menores. Yo voy a pedir hablar con Su Señoría y que les explique a mis hijos por qué los va a largar, si es que no los largó o los estará por largar”.
Dedicado al Derecho desde hace 30 años, Gustavo siempre ejerció en la localidad de Monte Grande. Su esposa asegura que “lo ponía muy mal” la injusticia, por lo que colaboraba como abogado con muchas organizaciones sociales.
Coluccia denuncia que, a pesar de ser la primera vez que sufre un hecho delictivo, los robos son moneda corriente en el barrio: recientemente al vecino de enfrente le robaron el auto, mientras que a otra mujer intentaron ingresar a su vivienda trepando por la reja y en la cuadra contigua “todas las noches” roban ruedas y vehículos.
“Mi hijo más chiquito entendió todo y se siente culpable de no haber salido en busca de ayuda. El más grande está enojado con el papá porque tomó la decisión de no dejarlo entrar y por culpa de él quedó sin papá”, concluye.