Oscar “Junior” Benítez (31), preso desde enero y retirado de la práctica profesional del fútbol, sabrá este martes si es culpable o inocente de ejercer violencia, proferir amenazas y usar un arma sin permiso contra la familia de Anabelia Ayala, una chica con la que mantuvo una relación paralela a su matrimonio durante cinco años y que se quitó la vida el pasado Año Nuevo. Tenía 29 años.
De ser hallado responsable de los cuatro hechos violentos que se le acusan, ocurridos entre 2021 y 2023 y casi todos en la casa de los Ayala, el ex delantero de Lanús, Benfica de Portugal y Boca Juniors, entre otros equipos, podría recibir una condena de hasta ocho años y medio de prisión.
Eso es lo que solicitó Rodrigo Tripolone, abogado defensor de Juan Carlos Ayala, el padre de Anabelia, quien lo denunció no sólo por estos episodios: un año antes había hecho lo mismo por otros hechos que le valieron a Benítez la pena de seis meses de prisión en suspenso. La fiscal del juicio, Mariana Monti, pidió una pena de seis años de prisión para el futbolista y, desde luego, la defensa del jugador, la absolución.
La decisión será del juez el juez Antonio Miguel Balicki, del Tribunal Oral Correccional N°8 de Lomas de Zamora, y se conocerá desde las 10 de este martes. Normalmente, el fallo condenatorio se aproxima más a la pena pedida por el Ministerio Público Fiscal y la querella suele aspirar al máximo.
Al cierre de esta nota, se especulaba con que el magistrado comunicaría el veredicto mediante el sistema electrónico al que tienen acceso las partes. Durante las cuatro jornadas que tomó este debate, de hecho, el magistrado vetó el acceso de los periodistas con la excusa de que la sala es muy pequeña. Situaciones extrañas del mundo judicial.
Para la fiscal y para los querellantes, los delitos que se le imputan quedaron probados durante las cuatro audiencias del juicio oral, por las que pasaron más de 10 testigos y se presentaron pericias psicológicas y psiquiátricas de Benítez. Además de coacción (violencia) contra Juan Carlos Ayala y su esposa, María Cecilia Barrios; a Junior se lo acusa de daño, daño informático, amenazas, desobediencia y tenencia ilegal de arma de guerra.
“Mi hija estaba amenazada para continuar con la relación. Si ella lo dejaba, él nos mataba”, declaró el padre de Anabelia en el debate.
La fiscal remarcó que, si bien Benítez había sufrido la imposición de una restricción de acercamiento a Anabelia y a su familia -la primera, el 25 de enero de 2022 por 40 días, y la segunda, el 21 de marzo del 2022, ampliada por dos años- jamás la cumplió. “Esta orden fue sistemáticamente desobedecida por el imputado”, dijo.
El primero de los hechos que se debatieron en el juicio data de enero de 2021, cuando el padre y la madre de Anabelia encontraron una madrugada al jugador en la habitación de su hija con un arma de fuego apoyada sobre la mesa de luz y rompiéndole pertenencias a la joven, porque supuestamente eran regalos de su ex novio. Con esa misma pistola amenazó a Juan Carlos Ayala cuando él le pidió que se calmara, dado que estaba en su casa. Y horas más tarde el acusado prendió fuego esos objetos en la puerta de la casa.
La situación ya estaba tensa del día anterior, cuando los padres de Anabelia descubrieron que Benítez le había ordenado a la chica, por entonces de 25 años, que borrara todo el contenido del disco rígido de la única computadora familiar, que incluía fotos, documentación y recuerdos de los Ayala.
La acusadora del Ministerio Público Fiscal destacó que están probados los hechos de violencia cometidos por el futbolista contra los Ayalas, entre los que se cuentan haberle prendido fuego a ropa y objetos que pertenecían a Anabelia en la puerta de la casa de ella, además de la utilización de un arma de fuego y un cuchillo para intimidarlos. Monti también consideró que está probado que Benítez forzó a que Anabelia borrara toda la información de la única computadora de la familia.
A principios de 2022, Benítez volvió a amedrentar a Juan Carlos Ayala y a su hija, y le pinchó con un cuchillo los neumáticos al auto de la familia. Tanto el padre, la madre y el hermano de la joven recibieron amenazas de muerte de parte de Benítez y denunciaron que, además, el ex Boca portaba, de nuevo, una pistola.
Días más tarde, según los padres de Anabelia, el acusado los amenazó de muerte. “Vos me denunciaste, vos me hiciste meter en cana, te voy a matar, te la bancás”, fue la frase que Juan Carlos Ayala aseguró ante la Justicia que el ex de su hija le dijo. El altercado provocó la intervención de la Policía Bonaerense, tras un llamado al 911 de una vecina que también declaró como testigo.
“Las pruebas definieron que el señor Benítez cometió todos y cada uno de los hechos por los cuales se encuentran en este momento en el banquillo de los acusados. Todos los hechos cometidos, todo lo que fue cometiendo, lamentablemente logró dar fin a la vida de Anabelia Ayala, que su padre la representa en este momento”, destacó Tripolone y consideró que “estamos frente a un psicópata cuyos rasgos distintivos son la falta de empatía y de sentimientos de culpa, así como el egocentrismo, la impulsividad y la tendencia a la mentira y la manipulación”.
Durante el juicio, Benítez fue sometido a pericias psicológicas y psiquiátricas que determinaron que tiene una estructura de personalidad con “rasgos de estilo histérico y rasgos narcisistas” aunque, no obstante, comprende la criminalidad de sus actos.
“Todos estos rasgos lo hemos visto en las conductas desplegadas por Benítez, quien no asume las consecuencias de sus actos y que dijo durante su declaración no tener resentimientos hacia la familia Ayala por haberle arruinado la carrera”, agregó el abogado de la familia Ayala.
En su declaración durante el juicio, el ex delantero de Argentinos Juniors y Atlético Tucumán quiso desviar las responsabilidades en la personalidad posesiva y celosa de Anabelia -aunque ella ya no estaba para defenderse- y apuntó contra el padre de la chica.
“Recuerdo que cuando empecé con ella me contaba cosas de situaciones de la casa. Del maltrato que recibía del padre. Se notaba que era maltratada desde chica. El padre le metía la cabeza en el inodoro y apretaba la cadena. También me contaba de los golpes que recibía, de la discriminación que recibía. Ella era muy acomplejada con su físico. Me contó que sufría ataques y que siempre sufrió discriminación tanto de la familia, del padre, asimismo de la pareja que tenía anteriormente, que siempre la discriminaba”, declaró el imputado. Para Tripolone, según su alegato, lo que hizo Benítez fue “canallesco”.
Al reclamar su absolución, la abogada de Benítez, María Inés Salomone, detalló a Infobae que “son todos dichos de dichos y no hay pruebas” y destacó: “Tanto en los alegatos del jueves como las testimoniales se pudo comprobar dentro de la casa donde ocurrieron los hechos no había testigos, solo estaban los padres”.
“Benítez fue, es y será peligroso contra sus semejantes, y sobre todo contra quienes lo denunciaron”, le dijo Tripolone en su cierre al juez Balicki. Mañana comunicará la decisión. Si es declarado inocente, recuperará la libertad de inmediato. Aunque, pase lo que pase, Benítez seguirá bajo la lupa de la Justicia. En otra causa se lo investiga si fue el instigador del suicidio de Anabelia Ayala.