Dos menores de edad fueron detenidos en las últimas horas como sospechosos del crimen de Juan Caliani, el periodista de Neuquén asesinado el pasado lunes durante un intento de robo en su casa. Se trata de un adolescente de 16 y otro de 17 años, quienes fueron apuntados como autor y coautor del hecho, respectivamente, y quedaron a disposición de la Justicia.
Los arrestos se dieron en el marco de una serie de operativos llevados adelante entre el jueves y este sábado. El primero de los capturados fue el más joven de ellos, quien fue hallado durante la tarde del pasado 4 de abril durante uno de los despliegues realizados por la policía local. Este está señalado como el responsable de ejecutar las puñaladas que acabaron con la vida del también productor radial.
No obstante, se había detectado que en la escena del homicidio habían participado, por lo menos, dos personas, quienes ingresaron al domicilio ubicado en el barrio La Sirena cuando la víctima y su familia se encontraban en el interior.
Por este motivo, los agentes se encontraban enfocados en identificar al otro sospechoso, quien finalmente fue localizado en horas de la tarde de este sábado. El menor, de 17 años, se encontraba en una zona conocida como “Bouquet Roldán”. Es el mismo lugar donde se encontraba su compañero. En este caso, el sospechoso fue arrestado y señalado como coautor del suceso.
Según indicaron medios locales, ambos quedarán detenidos en un hogar de menores, al tiempo que avanza la investigación a cargo de la fiscal Lucrecia Sola para esclarecer el episodio. La ubicación tanto del autor del crimen como de su cómplice fue hallada a partir de un análisis de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad ubicadas en las cercanías de la vivienda donde se produjo el ilícito.
Quién era Juan Caliani y qué determinó la autopsia sobre su fallecimiento
La víctima tenía 34 años y su fallecimiento causó conmoción en los medios de comunicación de la región, donde lo conocían por su extensa trayectoria periodística, sus diversas coberturas y sus programas. Actualmente, trabajaba en la radio AM Cumbre 1400: integraba la mesa informativa de una de las transmisiones de la mañana y, en el horario de la tarde, estaba al frente de su propio espacio deportivo.
Si bien su presente estaba enmarcado por la radio, “Cali” -como le decían sus allegados- también realizaba tareas de producción, había sido redactor del diario Río Negro y, cada vez que tenía la oportunidad, ocupaba un lugar en las cabinas de transmisión para relatar diferentes encuentros deportivos.
Según contaron desde su entorno, el periodista había regresado pocos meses atrás a su ciudad natal. Más precisamente a la casa de su mamá y su papá, ubicada en la intersección de las calles Luis Beltrán y Purrán, en la capital neuquina, donde ocurrió el hecho. Antes se encontraba instalado en General Roca, Río Negro, donde estudiaba y trabajaba. “Volvió por motivos laborales. Desde el 2022 que iba y venía”, contó a este medio uno de sus compañeros de la facultad.
Fuentes policiales confirmaron que dicho hogar fue el escenario del ataque en el que falleció Caliani, el cual se desencadenó cerca de la medianoche cuando él habría escuchado ruidos sospechosos provenientes del patio que lo hicieron salir para ver qué sucedía.
Su intención era resguardar a su familia de cualquier hecho de inseguridad. Sin embargo, en el momento en el que se asomó, el productor periodístico fue atacado por al menos dos personas que habían ingresado a la propiedad para cometer un asalto. En ese contexto recibió tres heridas de arma blanca que resultaron fatales. Producto de la gravedad de sus lesiones, el periodista falleció poco después del suceso.
La autopsia luego confirmó que el relator y productor radial sufrió dos lesiones cortantes y punzantes a la altura del tórax. Murió a causa de una de estas, la cual le provocó una lesión en los órganos intratorácicos causándole la muerte poco después del ataque.
Además, el informe forense también mencionó que durante la examinación del cuerpo se detectó que Caliani contaba con otras marcas de tipo “defensivas”. Estas estaban presentes tanto en sus manos como en su antebrazo, lo que demuestra que el joven intentó defenderse del ataque de los asesinos.