En medio de la escalada violencia narco en Rosario, este jueves por la tarde dos hombres a bordo de una moto balearon una farmacia efectuando al menos diez disparos en el frente del comercio y dejaron una nota que decía “pagá”. El hecho ocurrió en Ayacucho al 6100, en la zona sur de la localidad santafesina.
Se trata de otro episodio de violencia y amedrentamiento que tiene lugar en la ciudad, una de las zonas más calientes y afectadas por el narcotráfico. En horas de la tarde, alrededor de las 17.30, un vecino advirtió a una patrulla que circulaba por la calle Ayacucho, en el sentido de norte a sur, que en el lugar se habían producido detonaciones, según indicaron fuentes policiales.
Los efectivos arribaron a la ubicación y se encontraron con otra vecina que aportó información. La mujer aseguró haber visto una moto blanca de la que bajó un hombre con una gorra del mismo color, y de baja estatura, que tendría aproximadamente unos 20 años. De acuerdo a su relato, el joven ingresó a la farmacia “Guarino”, situada en Ayacucho 6147, y comenzó a efectuar las detonaciones. Una vez que terminó con los disparos, dejó una nota con el siguiente mensaje: “Pagá”.
Los impactos de bala fueron registrados en el interior del comercio como también en la fachada: solo en el frente, contabilizaron diez tiros. Después de efectuar los disparos, el hombre se habría retirado escapando por la misma calle hacia el norte, de acuerdo a la información brindada por Noticias Argentinas. En medio del operativo, el personal policial encontró 14 vainas en el lugar.
Antecedentes
También en la zona sur y tan solo un día antes, se produjo un ataque mafioso en Rosario. Se trató del Sindicato de la Carne, situado sobre calle Fausta al 5300. El sospechoso es un hombre que prendió fuego una puerta y dejó una nota amenazante.
Una hora más tarde, ocurrió un episodio similar. El hecho tuvo lugar en el galpón bicicletero del frigorífico Paladini, situado en la ciudad lindera de Villa Gobernador Gálvez. También se encontró una nota. Además, se produjo un incendio que habría sido intencional y que causó daños en dos motos.
Ambos casos están siendo investigados por Lisandro Artacho de la unidad de Flagrancia del Ministerio Público de la Acusación. El fiscal, que estaba de turno cuando ocurrieron los hechos, ordenó la toma de testimonios, el secuestro de las notas que dejaron los atacantes, el levantamiento de rastros y el relevamiento de las cámaras públicas a la Policía de Investigaciones.
Según las investigaciones judiciales, aunque el contenido textual de los mensajes que dejaron los sospechosos en los lugares de los ataques no se difundió, se descartó que fueran dirigidos a las autoridades políticas, como ocurrió en casos anteriores. Tras los asesinatos de los taxistas Héctor Raúl Figueroa y Diego Alejandro Celentano, el colectivero Marcos Iván Daloia y el playero Bruno Bussanich, se hallaron mensajes intimidatorios contra el gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni.
“Esta guerra no es por el territorio, es contra Pullaro y Cococcioni. Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar a más inocentes por año. Nosotros no queremos celulares, queremos nuestros derechos, ver a nuestros hijos y familia y que se respeten. No queremos negociar nada. Queremos nuestros derechos. Esto para todos los presos, pabellones y cárcel. Basta de seguir humillando con la familia. Pullaro y Cococcioni carguen con muertes inocentes”, indicaba el mensaje que dejó el asesino de Bussanich después de quitarle la vida de un disparo en la cabeza, y que tenía la siguiente firma: “Atte: zona norte, zona sur, zona oeste unidos”.