“Jorge Macri fue muy claro. En esta gestión, no va a pasar que dejemos de detener delincuentes, si tienen que dormir en un patrullero no nos importa”. La frase pertenece el secretario de Seguridad porteño y Jefe de la Policía de la Ciudad, Diego Kravetz, y la entona ante Infobae para hablar de la crisis en las comisarías de CABA luego de que este domingo se fugaran 9 detenidos que eran custodiados por tres policías en una comisaría del barrio porteño de San Telmo.
La Ciudad de Buenos Aires tiene 70 comisarías y 34 alcaidías, de las cuales 13 son anexos. Allí, en base a cifras oficiales, hay alojados 2005 presos, entre condenados, procesados y recientemente aprehendidos; cuando el sistema tiene capacidad para 1041 plazas. O sea, una superpoblación del doble que se comenzó a gestar en 2020, cuando la por entonces interventora del Servicio Penitenciario Federal (SPF) María Laura Garrigós dejó de recibir en las cárceles detenidos del ámbito de CABA.
“Cuando Garrigós no aceptó más presos, la Ciudad tuvo que reinventar un servicio penitenciario sui generis con policías para cuidar a los detenidos. La mayoría están con condenas o procesados, sin la posibilidad de estar en un pabellón ya instalados, con un régimen de visitas, posibilidades de estudios y un plan de alimentación”, describió Kravetz a este medio.
Y siguió: “Ahora viven en un espacio que debería albergarlos, al menos, 72 horas para luego ser trasladados al Servicio Penitenciario Federal y donde los guardias son policías que deberían estar en las calles, cuidando a los vecinos”.
Y contó el funcionario que destinan unos mil policías para la custodia de los detenidos y que alimentar a los más de dos mil presos le cuesta a la Ciudad unos “1000 millones de pesos”.
Es cierto, desde que asumió la gestión de Javier Milei, la Ciudad y la Nación han armado un plan para desagotar las comisarías porteñas. Es un cupo semanal el que se acordó entre el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, con su par Patricia Bullrich de pase al SPF, pero no alcanza.
Según describió Kravetz, se transfieren unos 120 presos promedio por semana -con cupos fijos por embarazadas y de la comunidad LGBTIQ+-, pero a su vez en la Ciudad se arrestan 82 sospechosos diariamente. O sea, cada siete días, con éxito salen 120, pero ingresan 574.
“Empezamos un trabajo con Patricia (Bullrich) con un esquema para que se vayan llevando los presos, pero que no tiene la velocidad que quisiéramos”, enfatizó Kravetz.
El secretario de Seguridad porteño planteó, además, que ante el doble de presos que deberían tener, se les suscita una dicotomía: “O dejo de ingresar o me van sacando. La posición de Jorge (Macri) y de Waldo (Wolff) es continuar con los arrestos de los delincuentes. Entonces, hay que buscar un mecanismo más rápido para descomprimir”.
Así, las alternativas que ven como posibles es que se amplíe ese cupo de presos que se lleva el SPF por semana: “Ayudaría a descomprimir”, aseguró el funcionario. Mientras tanto, se sinceró: “En esta gestión, no vamos a dejar de detener delincuentes, si tienen que dormir en un patrullero no nos importa”.
Lo concreto es que la Ciudad vive una situación peculiar. “El cambio de estatus jurídico fue haciendo que distintas cosas vayan pasando: la Policía y parte de la Justicia ya está bajo la órbita porteña. Quedó en el tiempo la transferencia de los delitos penales de más de 3 años de prisión, con la justicia respectiva, y el Servicio Penitenciario Federal, que tiene alojados mayormente los presos de los juzgados de instrucción de la Capital”, detalló Kravetz, quien recordó que la Ciudad también aporta para la construcción del pabellón del penal de Marcos Paz al que irán los presos de la cárcel de Devoto.
Y cerró: “Sería una solución tener una cárcel y servicio penitenciario propio, con la correspondiente partida presupuestaria”.
Comisaría porteñas
Este domingo por la noche se fugaron nueve detenidos del edificio anexo de la Comisaría Vecinal 1 B de la Policía de la Ciudad de San Telmo. Fuentes policiales informaron que, en realidad, fueron 15 los que se quisieron escapar, pero rápidamente se logró atrapar a seis y, luego, recapturar a dos de los evadidos, en tanto que los otros siete son intensamente buscados. Había apenas tres policías como custodios y terminaron heridos.
En cuanto a la situación procesal de los evadidos, las fuentes le precisaron a este medio que tres de ellos se encontraban detenidos con prisión preventiva por el delito de “robo” y otro por “tentativa de robo”. De los restantes, uno estaba aprehendido sin medida judicial dispuesta por el delito de “hurto”, otro por “robo” y el restante, por “averiguación de ilícito”.
El pasado 21 de marzo, la Comisaría Vecinal 1D, ubicada en la calle Lavalle al 400, en el microcentro porteño y a 800 metros de la Casa Rosada, fue escenario de una situación que generó tensión: 25 detenidos se amotinaron en el patio interno y se negaban a regresar a sus celdas.
El conflicto se había iniciado por uno de los reos que estaba en el sector de esparcimiento: con una faca en su poder, se negaba regresar a su celda, quedando en el pasillo anterior al mismo. Este comportamiento habría sido imitado por el resto de los alojados en el lugar. Con apoyo de la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaldías (DUTIA), los reclusos depusieron su actitud.