Tras el operativo de rastrillaje para encontrar a Benjamín Gutiérrez, el niño de tres años desaparecido desde hace meses y cuyos restos habrían sido hallados este último miércoles a 1,5 kilómetros de su vivienda familiar, ubicada en la localidad de Atahona, la Justicia de Tucumán pidió la prisión preventiva de sus padres: Jorge Luis Lucero (43) y Romina Vanesa Gutiérrez (30), acusados de los delitos de homicidio y lesiones leves, agravados por el vínculo, en perjuicio del menor y de sus dos hermanos de 4 y 8 años.
La solicitud fue realizada este jueves por el fiscal Miguel Ángel Varela, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios y Atentados contra las Personas del Centro Judicial Concepción, durante una audiencia que se extendió por una hora y media. Allí, la auxiliar del fiscal, María Emilia López Delgado, procedió a relatar los dos hechos que se les atribuyen a los imputados: Lucero en calidad de autor y Gutiérrez como partícipe secundario.
Según pudo saber Infobae de fuentes judiciales, con respecto al primer hecho, las víctimas son sus tres hijos menores de edad contra los cuales habrían ejercido maltratos físicos desde que nacieron; mientras que en el segundo hecho la víctima es el propio Benjamín, a quien habrían asesinado el año pasado y ocultado su cuerpo.
En la audiencia, la Fiscalía repasó las numerosas evidencias recolectadas hasta este tramo de la investigación, la cual inició con la denuncia de la abuela paterna, Mercedes Luna (67), quien se preguntaba en reiteradas ocasiones por el paradero de Benjamín y nunca recibía respuestas certeras de sus progenitores.
A eso se sumaron los testimonios de los hermanitos: según consta en el legajo, la niña le manifestó a la abuela materna, Mónica Gargiulo (48), que Benjamín “era un angelito y que ya no iba a estar con ellos”; y, en otra oportunidad, expresó que su hermano había sido enterrado por su padre y que no quería hablar mucho porque “le causaba lágrimas”.
Los informes médicos de los hermanos de Benjamín también funcionaron como prueba contundente contra los padres, ya que refieren a distintas lesiones sufridas en distintas etapas de su vida. En cuanto al informe preliminar de los restos óseos obtenidos tras el rastrillaje, el mismo arrojó que se trata de “restos humanos esqueletizados con pérdida prácticamente total de las partes blandas y demás estructuras”.
A su vez, el estudio sostiene que “estamos en condiciones de afirmar que estamos ante restos de un infante, con una edad probable que oscila entre los dos y cuatro años”; al tiempo que, con respecto a las posibles causas de muerte, precisa que “hay alteraciones menores de la estructura del cráneo, que podrían corresponderse por lesiones sospechadas de traumatismo de cráneo”.
Al allanar la vivienda de la familia se secuestró un machete, un látigo, un colchón, prendas de vestir con manchas pardo roijzas y el teléfono celular de la madre.
Al concluir su exposición, la auxiliar de fiscal López Delgado solicitó que se ordene la prisión preventiva de ambos acusados por seis meses, plazo que dura la investigación penal preparatoria. Para ello, se basó en la existencia de los peligros procesales de fuga y entorpecimiento.
La funcionaria judicial hizo alusión a las características del hecho y a la pena en expectativa. “Estamos hablando de tres víctimas vulnerables y que necesitan una protección específica, ya que son niños que fueron sometidos a lo largo de sus vidas a distintos maltratos físicos e, incluso, en el caso de Benjamín le causaron la muerte”, sostuvo.
La defensa técnica del padre no se opuso al requerimiento fiscal; mientras que la de la madre sí lo hizo y demandó el arresto domiciliario por tres meses.
En su resolución, la jueza interviniente decidió hacer lugar a las prisiones preventivas solicitadas por el Ministerio Fiscal, aceptando el plazo de seis meses para el hombre, pero de tres meses para la mujer. Por último, dispuso que él sea alojado en la Unidad N° 3 de Concepción y ella en la Unidad Carcelaria de Mujeres N°4 ubicada en Banda del Río Salí.
El detalle de las acusaciones
Acerca de la imputación por lesiones leves agravadas por el vínculo, el Ministerio Público Fiscal tucumano estableció que, durante los nueve años que mantuvieron de convivencia, Jorge Luis Lucero y Romina Vanesa Gutiérrez tuvieron tres hijos: un niño de 8 años, una niña de 4 y Benjamín de 3. Durante ese período, los imputados de manera habitual proporcionaron malos tratos físicos a sus hijos, golpeándolos en distintas partes del cuerpo, utilizando hierros, botellas, machetes, látigos y también mediante golpes de puño, provocándoles lesiones.
Con respecto a Benjamín, le provocaron una fractura en costal izquierdo y en fémur izquierdo, las cuales fueron curando con el paso del tiempo sin recibir atención médica. En cuanto a sus hermanos, las secuelas de estas lesiones son objeto de investigación.
Sobre el homicidio, establecieron que sucedió un día, hasta el momento no identificado, entre julio y diciembre del año 2023, cuando estaban arreglando el techo de la vivienda, para cuya tarea usaban a sus hijos. En ese contexto, el padre se enojó con Benjamín y, con claras intenciones de provocarle la muerte, le pegó en la cabeza con un bloque de cemento que estaba utilizando para arreglar el techo, provocando que el niño se desvaneciera en el piso y falleciera.
En ese momento, la madre, a los fines de ayudar a su pareja a ocultar el cuerpo sin vida, procedió a envolverlo en un toallón, luego en dos sábanas, colocarlo envuelto en una funda de almohada y finalmente poner el cuerpo en una bolsa. Después lo entregó a Lucero para que lo llevara hacia el monte autóctono que se ubica al fondo de la propiedad, a una distancia aproximada de 1,5 kilómetros al sudeste, donde el hombre lo dejó semienterrado y tapado con una sábana.