El miércoles pasado por la noche, el coiffeur Germán Guzmán asesinó de un tiro en el cráneo al colorista Germán Medina, su compañero de trabajo en la exclusiva peluquería Verdini en Recoleta, frecuentada por clientas famosas. La premeditación para cometer el crimen fue obvia: con su cabeza recién rapada, tras bajar las persianas, Guzmán comenzó una tenso monólogo en el lugar, pistola en mano, mientras Facundo Verdini, dueño del lugar, se ocultaba debajo de su escritorio por miedo a que lo ejecutaran.
Medina se mantuvo en su silla. De un momento a otro, Guzmán le disparó. Tras matarlo, con su mochila preparada, huyó por una ventana. El crimen fue filmado desde cada ángulo, en cada momento. Un video lo muestra al trote por la calle Beruti, donde se ubica la peluquería. No fue visto otra vez. Ayer por la tarde, los familiares y amigos de Medina se manifestaron en Morón para reclamar justicia.
“Todo es secreto de sumario, pero espero puedan localizarlo, porque no sabemos por dónde se fue. Salvo que haya cambiado su aspecto, se nota. En algún lado tiene que estar”, afirmó la madre de la víctima a América Noticias.
Más de una semana después, la búsqueda sigue a cargo de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, en una causa a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, que trabajan en varias medidas, como la reconstrucción de la ruta de cámaras de seguridad al momento de la salida de la peluquería.
Los familiares de Guzmán también son un punto de interés. Varios de ellos declararon en la causa. Hoy, los investigadores se dedican a analizar los impactos de sus celulares en diversas antenas, para saber si las rutas de sus teléfonos coinciden con sus testimonios.
La casa del hermano de Guzmán en Balvanera fue allanada. Allí se encontró un colchón con un boleto de compra reciente. Ante los investigadores, el hermano de Guzmán aseguró su hermano no visitaba el lugar. La Policía de la Ciudad descree de la versión. “En un principio, el hermano dijo que ahí no iba. En las primeras entrevistas que hizo con gente de Brigada que hacia como 15 días que visitaba al departamento”, asegura una fuente policial. Ese colchón es vinculado directamente a Guzmán.
No es el primer procedimiento que se hizo en el marco de la causa: ya habían requisado el domicilio de la calle Agrelo de la localidad bonaerense de Merlo, donde vivía el sospechoso que desde hacía al menos siete años trabajaba en la peluquería de Recoleta.
El juez Sánchez Sarmiento también encomendó tareas a la División Búsqueda de Prófugos de la fuerza porteña y la UFECRI, el área de captura de evadidos de la Procuración que encabeza el fiscal José Campagnoli.