Crimen del country de Pilar: el abogado de la familia cree que la empleada doméstica tuvo al menos un cómplice

El letrado mencionó una serie de hechos que lo hacen dudar del móvil del crimen y que indicarían que existió una premeditación previa

Guardar
Roberto Eduardo Wolfenson tenía 71
Roberto Eduardo Wolfenson tenía 71 años

Luego de que se conocieran las cámaras de seguridad que comprometen a la empleada doméstica por el crimen del country de Pilar, el abogado de los hijos de Roberto Wolfenson planteó que la mujer no actuó sola; por el contrario, cree que tuvo al menos un cómplice. Por esto mismo, indicó que pidió nuevas pericias para poder esclarecer cómo sucedió todo.

La acusada, identificada como Rosalía Soledad Paniagua, fue detenida en su casa por la DDI de Pilar durante las últimas horas del viernes. En el domicilio, hallaron el parlante de Wolferson, elemento que será utilizado en su contra. Sin embargo, no se trata del único indicio que tiene el fiscal Germán Camafreitas para aputnaar contra ella.

Horas después de su arresto, Infobae tuvo acceso a las cámaras de seguridad en las que se puede observar todo el recorrido que realizó la sospechosa. Además, confirmaron que salió del barrio privado La Delfina sin que nadie le revisara la mochila. Posteriormente, se la ve manipulando un celular que, según se cree, pertenecería a la víctima.

Al respecto, el letrado Tomás Farini Duggan señaló que “cuando llega a la estación se ve que ella manejando dos celulares distintos”. “Todos estos datos claramente la incriminaron”, aseguró durante una entrevista con TN.

El homicidio habría sido cometido
El homicidio habría sido cometido el jueves 22 de febrero

Al ser consultado sobre si creen que la sospechosa actuó sola en el crimen, el abogado de los hijos de la víctima descartó esta posibilidad y explicó que “por la posición en la que está la soga en el cuello, aparentemente es una persona de la misma altura de Wolfenson o un poco más alto”. En ese sentido, sumó que “necesitó una fuerza muy importante para matarlo con una tanza” y mencionó que el cuerpo presentaba signos de haber sido golpeado.

“Esto hace pensar no que necesariamente hubo una pelea antes, pero podría ser que una persona lo estuviera golpeando mientras otro lo estrangulaba. Todo esto hace pensar que hace falta una persona con mucha fuerza, probablemente un hombre, y que tenga la misma altura de Wolfenson”, señaló.

Por esto mismo, informó que solicitó al fiscal una serie de pericias para determinar la mecánica del hecho: qué ocurrió, en dónde y las características del autor del homicidio.

En este contexto, indicó que “falta también determinar completamente el móvil” al alegar que “quizás se llevó el celular porque hay algo en el celular que incrimina al autor”. “Es difícil pensar que alguien mate por un parlante, daría la impresión que algo más pasó. Quizás, estaban robando y Wolfenson los vio y los conocía y por eso lo mataron”, puntualizó.

El parlante secuestrado durante el
El parlante secuestrado durante el allanamiento

Farini Duggan continuó profundizando sobre el caso al referirse a otras inconsistencias en el hecho que serían indicios de que existió una premeditación previa. De esta manera, habló sobre el médico de la ambulancia que constató la muerte del hombre en un primer momento, pero que usó el sello de su hermano.

“El primer médico llega llamado por la guardia del country y no era un médico contratado por la ambulancia de Vital. Usa el sello de su hermano. Aparentemente, es médico porque tiene un título de Bolivia. Es todo muy raro. Y da la cantidad de antecedentes médicos de Wolfenson que él utiliza para justificar el infarto y no tiene nada que ver con la medicación”, estableció.

Luego de eso, llegó al lugar la Policía Científica, que confirmó que se trató de un asesinato y, según el relato del letrado, encuentran en el lugar cuatro pelos de mujer que están siendo peritados. Sin embargo, minutos después, “llega el médico legista que lo que dice es que se murió por un infarto”, pero tenía un corte en la cabeza y muchísima sangre debajo.

Además, mencionó que la mujer agregó un dato extra en su última declaración. “En la cuarta declaración que ella prestó dijo algo que llamó mucho la atención. Dijo que esa noche iba a comer alguien a la casa, es decir que Wolfenson le había dicho que esperaba a alguien para comer la noche del jueves. Esto no lo había dicho en las tres declaraciones anteriores, en ellas había dicho que Wolfenson le había dicho que arregle el cuarto de visita porque esperaba a alguien para el sábado, pero nunca había dicho que el jueves a la noche iba a comer algo”, planteó y consideró que “es un dato muy importante como para que recordara tres declaraciones después”.

“Lo que hay que probar ahora es qué otra persona estaba con esta empleada en esa escena del crimen, si es que esta empleada fue efectivamente la autora. Esto es absolutamente determinante porque esto no lo pudo haber hecho ella sola. De ninguna manera”, concluyó.

Guardar