En la madrugada de hoy miércoles, la Policía Bonaerense arrestó a cuatro nuevos sospechosos por el crimen de Jorge Enrique De Marco, el empresario y proteccionista animal que fue golpeado y torturado hasta la muerte la semana pasada en un intento de robo.
Las capturas fueron realizadas por la DDI de San Isidro y el personal de Seguridad de la Policía del municipio con la Superintendencia de Seguridad AMBA Norte I, bajo las directivas de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari. Los arrestos, por otra parte, ocurren a horas de la convocatoria para una marcha en reclamo de seguridad en la zona y justicia por el hecho, realizada por la abogada Susana Dascalaky, especializada en derechos animales, la última pareja de la víctima.
Sharon Lucero Silva, de 19 años, la primera de las detenidas, señalada como partícipe secundaria. Se la vincula al primer detenido del caso, un remisero de 70 años, arrestado el fin de semana último, al que habría contratado para “ir a rescatar”, afirma un investigador del expediente, a su novio, el principal imputado en la causa, que se encontraba en la escena del crimen. La joven es vecina de la villa La Cava en la zona de Beccar, de donde proviene la banda que cometió el hecho, identificada como “La Banda del Millón” por las autoridades.
Según confirmaron fuentes del caso, Silva optó por declarar y aportó información de valor para la causa.
Francisco Miguel Gaitano, también vecino de La Cava, es otro de los imputados arrestados en la nueva redada. Se cree que podría haber sido el entregador de De Marco: trabajaba como jardinero a pocos metros de la casa de la víctima, ubicada sobre la calle Obispo Terrero. Gaitano, de 22 años, tiene antecedentes por robo. Cumplió una condena en 2019, en la que fue beneficiado con liberrad condicional.
El tercer detenido es Kevin Leite Acuña, de 18 años, otro vecino de La Cava. Se encontraba con otro sospechoso del caso cuando el GAD irrumpió en su puerta. El otro joven logró fugarse por los techos. Kevin quedó atrás y fue detenido.
El dueño de la casa donde se refugiaban Leite y su cómplice fue también detenido por encubrimiento agravado.
Así, quedan, al menos, dos prófugos del hecho por capturar.
El crimen y la investigación para resolverlo
El asesinato de De Marco fue descubierto el jueves pasado a la tarde con un llamado al 911. Del otro lado de la línea, un amigo y vecino de la víctima denunció que encontró el cuerpo del hombre en la planta alta de su domicilio. Como no contestaba los mensajes de WhatsApp ni las llamadas, decidió ingresar a la vivienda con una copia de la llave y encontró así el cadáver del empresario, atado de pies y manos, con varios golpes.
Los forenses, al ingresar a la casa, descubrieron un disparo en una ventana, de adentro hacia afuera. De Marco, instructor de tiro, tomó una de sus armas y disparó: la bala impactó en una ventana. Luego, lo ataron de pies y manos, lo quemaron con cigarrillos y lo golpearon hasta su último aliento, según reveló la autopsia posterior.
Los ladrones ingresaron por una de las habitaciones. Se cree que, al menos, conocían el sistema de seguridad de la casa, que contaba con alarmas. Todavía se desconoce qué le robaron.
La tarea para identificar a los sospechosos, a cargo de la Policía Bonaerense, comenzó el mismo día del hecho, cuando los fiscales detectaron que los delincuentes se habían llevado del celular de la víctima. Comenzaron a rastrear el movimiento del aparato. Encontraron dos detalles sumamente llamativos: el teléfono estaba encendido e, insólitamente, alguien lo estaba usando. Es más, detectaron una comunicación clave. Uno de los delincuentes llamó a su novia, Sharon Lucero Silva, para pedirle ayuda: “Vení a rescatarnos”, le dijo. Entonces, tomó un remise en La Cava y se dirigió a la casa.