Una misteriosa mancha blanca en el cuarto donde hallaron el cuerpo de Roberto Wolfensen, que apareció golpeado y ahorcado en su casa del country La Delfina de Pilar; un video de cómo estaba la escena del crimen y que fue filmado por uno de los guardias que descubrió el cadáver; y la aparición del médico de la ambulancia que constató la muerte, pero usó el sello de su hermano; son las últimas novedades de un caso que aún no logra descifrar quién y por qué asesinó al ingeniero de 71 años.
Según pudo saber Infobae, el fiscal Germán Camafreita, de la UFI N° 3 de Pilar del departamento judicial de San Isidro, recibió en las últimas horas un video que filmó uno de los hombres de seguridad del country el viernes del crimen. El guardia fue quien entró a la casa junto al profesor de piano y un vecino, no bien la viuda lo habilitó, ante la ausencia de respuesta de Wolfenson.
“El guardia tuvo la precaución de filmar con su celular todo el recorrido por la casa. Se ve el orden de la planta baja y de la escena del crimen, que tanto sorprende, porque todo estaba muy pulcro y prolijo. Es un elemento clave para el caso”, confiaron este medio fuentes del caso que tuvieron acceso a esas imágenes.
En ese contexto, contaron que este martes se presentó ante el fiscal Camafreita el médico de la ambulancia que constató la muerte del ingeniero y a quien se investiga en otra fiscalía por el delito de falsedad ideológica y falsificación de documento: había sido denunciado la semana pasada. La empresa de servicio de emergencias estudia presentarse como querellante en ese expediente que corre en paralelo.
Es que, durante la investigación y mientras intentaban dar con el profesional de apellido Mejía López, el fiscal del caso del crimen del country descubrió que el profesional había utilizado el sello de otro médico para rotular el certificado, pero que a su vez había ocupado el lugar de otro en la ambulancia. O sea, no era quien debía ir a la propiedad y tampoco quien decía ser.
“Dijo que había perdido su sello y por eso usó el de su hermano. Contó que la empresa que terceriza la prestación de médicos y ambulancias al servicio de emergencias pide cubrir los cargos por medio una bolsa de trabajo que funciona por WhatsApp, que le pagan por el día de labor”, destacaron y agregaron que se presentó acompañado de un abogado.
Y revelaron que recordó que “sólo tocó el cuerpo para ver si tenía pulso y lo sintió frío y que no vio las lesiones”, y que “habló con la viuda” y ella lo puso al tanto de la historia clínica del ingeniero.
Hay que recordar que en otra fiscalía del departamento judicial de San Isidro se investiga también al médico de la Policía Bonaerense que firmó el documento en el que dice que el ingeniero falleció de muerte natural. Se trata de Marcelo Rodrigué, quien cuenta con más de 30 años en la fuerza de la Provincia de Buenos Aires dedicándose, justamente, a revisar cuerpos en la escena. Según consta en el expediente, el profesional examinó a la víctima y aseguró bajo juramento de ley que el hombre “murió de un infarto”.
A la par de todo esto, el fiscal Camafreita recibió el ‘ok’ de la Procuración para enviar a los laboratorios que funcionan en la ciudad de Junín las muestras de pelos y del hisopado a las uñas de la víctima para analizar si contienen ADN del agresor. “Ante la pulcritud del homicida, la sospecha de que el cabello puso ser plantado no se ha dejado de lado”, explicaron.
También se analizará una misteriosa mancha blanca que reveló la Policía Científica y que estaba al lado de la cama en la habitación donde se halló el cuerpo de Wolfenson.
El caso
La muerte de Roberto fue descubierta el viernes 23 de febrero por la tarde en su casa del barrio cerrado La Delfina, en la localidad de Presidente Derqui, Pilar.
El ingeniero electrónico, ya jubilado y experto en baterías de litio que trabajaba como ejecutivo para una importante empresa; fue hallado sin vida por su profesor de piano, a quien tenía que recibir a las 17.
La última vez que lo vieron vivo fue el día anterior, a las 13.55, cuando salió a caminar por el barrio, luego de que se fuera la mucama. Así lo constataron los investigadores al inspeccionar su computadora personal. Luego, a las 14.13 regresó a su casa. Nada más se supo de él.
La autopsia determinó que Wolfenson falleció después de las 13 del 23 de febrero y que, a diferencia de la muerte natural que consignó el médico de la Policía, lo habían golpeado y ahorcado con una tanza o cable hasta matarlo. Su cara presentaba lesiones en pómulos, boca y un corte en la nuca que se produjo por la constricción del elemento que usaron para estrangularlo. Además, sus manos estaban todas cortadas producto de la defensa que opuso.