El jueves pasado, el empresario Jorge De Marco fue asesinado en su casa de San Isidro por un grupo de delincuentes que buscaban robarle. Los hampones no eran improvisados, tenían datos de la seguridad de la vivienda. Ingresaron por una ventana lateral de la habitación principal, a sabiendas de que en el resto de los ambientes había sensores conectados a una alarma que reportaba a un centro de monitoreo. De Marco , instructor de tiro, tomó una de sus armas y disparó, una bala que impactó en una ventana. Luego, lo ataron de pies y manos, lo quemaron con cigarrillos y lo golpearon hasta su último aliento.
En las últimas horas se identificó a todos los delincuentes que participaron en el asalto y se realizaron allanamientos. Así, se detuvo a un sospechoso, el presunto chofer del ataque, gracias a tareas realizadas en conjunto por personal de seguridad de la Policía Bonaerense en San Isidro y de la DDI de la zona.
La investigación, a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal adjunto Patricio Ferrari, quienes conformaron un equipo por orden del fiscal general John Broyad, descubrió, que detrás del robo y asesinato, supuestamente se encontraba un misterioso grupo criminal de Villa La Cava llamada “La banda del millón”.
“Por el momento hay una persona detenida, que sería una especie de chofer de la banda, mientras que los restantes están identificados. Son todos menores de 25 años, hay hombres y mujeres”, dice a Infobae una fuente de la investigación.
La tarea para identificarlos, a cargo de la Policía Bonaerense, comenzó el mismo día del hecho, cuando los fiscales detectaron que los delincuentes se habían llevado del celular de la víctima. Comenzaron a rastrear el movimiento del aparato. Encontraron dos detalles sumamente llamativos: el teléfono estaba encendido e, insólitamente, alguien lo estaba usando. Es más, detectaron una comunicación clave. Uno de los delincuentes llamó a su novia para pedirle ayuda: “Vení a rescatarnos”, le dijo.
La novia del delincuente, que estaba en La Cava, fue hasta una remisería de la zona, pidió un auto y salió, a bordo de un Renault 19, junto a un chofer. Minutos más tarde pasó a buscar a toda la banda que se subió a ese auto.
“Existen cámaras donde se observa como se suben 4 delincuentes al auto, que en su poder tenían elementos de valor robados y alrededor de 15 armas que le habían sacado a la víctima, que era instructor de tiro. Inclusive uno de ellos tenía un fusil FAL en la mano”, explica uno de los investigadores.
Con estos datos, más otro recolectados en un extenso trabajo de campo realizado por la Superintendencia de Seguridad Región Amba Norte I, se logró identificar al chofer, a los cuatro delincuentes que ingresaron para robar y asesinaron a De Marco y a la novia de uno de ellos que los ayudó.
En las últimas horas se realizaron 8 allanamientos en La Cava para atraparlos. Ninguno se encontraba en su casa. Por eso, ya se emitieron órdenes de captura para un joven llamado Thiago, apodado “Pocho”, otro identificado como Hugo Isaías San Martín, Sharon Lucero Silva de 19 años y otras dos personas más cuyos nombres se desconocen.
El que sí estaba en su domicilio, era el chofer del Renault 19, que quedó inmediatamente detenido, acusado, por lo pronto, de encubrimiento agravado. Se trata de Rubén Armando López de 70 años. En el allanamiento a su casa se le secuestró el auto en cuestión. Además, se sospecha que puede no haber sido el primer hecho en el que participó como apoyo a la banda.
“La sospecha es que los prófugos están todos juntos, escapando. Si se cuenta a la novia que los ayudó, son 5 prófugos los que estamos buscando”, explican fuentes policiales.
Otra clave para identificarlos fueron las redes sociales. Tanto en Facebook como en Instagram, los integrantes de “La Banda del Millón” realizaba una ostentación alevosa de armas que utilizaban y dólares y relojes de oro que robaban.
El mote le causaba orgullo a los delincuentes. Inclusive, en algunos de los allanamientos, se encontraron cartas escritas por los ahora prófugos para sus familiares, con instrucciones de qué hacer ante su ausencia y en todas firmaban como “La Banda del millón”.
“En esas cartas expresaban el miedo que tenían de ser encontrados por el asesinato”, cuenta alguien que estuvo en los allanamientos.
Ahora resta encontrar a los prófugos e indagar al único detenido, el chofer. Esto último se realizará, probablemente, entre el domingo y lunes.}