Luego de cuatro crímenes en menos de una semana y del desembarco de las Fuerzas Federales en la provincia de Santa Fe, Rosario tuvo un inicio de semana atípico por la suspensión de algunas actividades, como consecuencia del miedo por la violencia narco y de los paros de distintos servicios afectados por los atentados que ocurrieron desde el 2 de marzo pasado. La postal del centro tuvo las calles casi vacías, como en la pandemia; mientras los vecinos y comerciantes, conmocionados, se cuidan al extremo, sobre todo de noche. La ciudad parece paralizada.
En ese marco, la visita de las autoridades nacionales y el desembarco de las fuerzas federales, más la convocatoria de policías retirados para actuar como custodias de escuelas y hospitales, no ha cambiado aún la escena: todavía no se nota el incremento de seguridad.
Rosario amaneció sin transporte urbano e interurbano, con pocos taxis en la calle, sin clases en escuelas públicas y algunos colegios privados ni recolección de residuos, sin turno nocturno en la carga de combustible, salvo para ambulancias y patrulleros; y con una alta afectación en la atención de centros de salud, hospitales, jardines, universidades y centros municipales de distrito.
Algunos comercios minoristas no abrieron y otros directamente cerraron a primera hora de la tarde, como supermercados barriales. En tanto, cadetes de una aplicación de delivery anunciaron que dejarán de realizar envíos desde las 22. Y que trabajan con demoras porque “nadie quiere salir a la calle”.
Las calles de la ciudad, sobre todo las que suelen tener un alto tráfico producto de actividad comercial y bancaria, como en el centro, estaban más parecidas a cuando regía la cuarentena por la pandemia del coronavirus. Las medidas de fuerza de los servicios de transporte colaboraron ampliamente en la imagen.
Hubo una denuncia de dos trabajadores que salieron a recolectar basura. Según radicaron en la comisaría, dos hombres pasaron en moto y los amenazaron con un arma. Si bien no hubo un atentado ni se afectó el servicio de recolección, la presentación policial se realizó.
Los taxis comenzaron a circular en Rosario desde las 6, pero no todas las unidades trabajaron. Se trata de una actividad muy afectada por los atentados: el martes y miércoles de la semana pasada asesinaron a los taxistas Héctor Raúl Figueroa (43) y Diego Alejandro Celentano (38) por sicarios que utilizaron balas de la policía, según las vainas servidas que fueron incautadas en las escenas de los homicidios.
Por su parte, la medida de fuerza de la UTA Rosario, de duelo por el crimen del chofer Marcos Iván Daloia (39), atacado el jueves pasado, continuará hasta este martes al mediodía, cuando se realice el sepelio. Por ese motivo, Amsafe Rosario informó que al estar vigente el paro de colectivos hasta las 11 sostendrá el cese de actividades sin asistencia a los establecimientos educativos.
Las escuelas privadas estarán abiertas y, de a poco, normalizarán el dictado de clases, según expresó el secretario general de Sadop local Martín Lucero. En estos colegios se eximirá de ir a aquellos docentes que tengan domicilio a más de 20 cuadras del lugar, salvo que la institución se encargue del transporte. Los alumnos también tendrán la ausencia justificada.
Además, los remiseros adelantaron que, por temor a que ellos sean un objetivo posible ante la falta de taxis y colectivos, no saldrán a la calle en el servicio nocturno, desde las 22 de este lunes hasta las 6 de este martes.
Por la balacera al colectivo que trasladaba a agentes penitenciarios el 2 de marzo pasado, los crímenes de los dos taxistas, el colectivero y el playero Bruno Nicolás Bussanich, más los ataques a tiros una comisaría y la bomba molotov a un taxi estacionado, los fiscales Luis Schiappa Pietra, Franco Carbone, Fernando Dalmau, Marisol Fabbro y Patricio Saldutti impulsaron allanamientos el viernes de la semana pasada, donde fueron aprehendidas 20 personas que serán llevadas a audiencia imputativa el próximo viernes en el Centro de Justicia Penal.
Se cree que algunos de los demorados están involucrados con los homicidios de Figueroa y Celentano.
También la Policía de Investigaciones allanó en la noche de este domingo a una parte de Los Monos que opera en la zona Sur de la ciudad, y un sospechoso –que había sido condenado por atentados al Poder Judicial de Rosario– cayó con una moto robada que será sometida a pericias.
En ese contexto, sigue vigente la recompensa por $10 millones de pesos para quien aporte datos que permitan detener al sicario que mató al playero.