“Cuidanos desde donde quieras que estés ahora mi amor. Acá te vamos a extrañar mucho con Valu, pero vamos a recordarte siempre con mucho amor. Algún día nos volveremos a reencontrar, por ahora es un hasta luego mi vida. Te voy amar el resto de mi vida, fuiste el hombre de mis sueños”, así fue el desgarrador mensaje de despedida que publicó la novia de Bruno Bussanich, el playero que murió tras ser baleado por un sicario en Rosario durante la noche del sábado.
“Ver cómo hablaban de Bruno me llena el alma, sin dudas él era un ser maravilloso, excelente persona, súper compañero, siempre con esa hermosa sonrisa a pesar de todo. Él era demasiado para este mundo, por eso le tocó irse a un lugar mejor”, así lo describió su pareja, quien acudió a las redes sociales para descargar el dolor y la impotencia que transita, horas después de conocerse la muerte de su novio.
“¿Cómo hago para que mi bebé entienda que él ya no va a volver a casa con nosotros nunca más? Que ya no vamos a dormir los 3 juntitos abrazados. No puedo más”, se preguntó la mujer totalmente destrozada.
“No puedo dejar de ver las noticias, no puedo creer que sea mi novio, no quiero existir más en este mundo de mierda, donde nadie puede ir ni siquiera a laburar, no podés salir de tu casa porque corrés riesgo de que estos hijos de puta te maten. HAGAN ALGO POR FAVOR DE UNA VEZ”, suplicó pocas horas después de enterarse de la triste noticia. “Me duele tanto el corazón, destruyeron mi familia”, escribió en la misma red social.
La víctima tenía tan solo 25 años. Trabajaba atendiendo al público en la estación de servicio Puma, ubicada sobre calle Mendoza. Sin embargo, este sábado en el que se produjo el asesinato, estaba de turno en los surtidores.
En el momento exacto de la tragedia, Bussanich se encontraba dentro de una cabina del establecimiento frente a una computadora, cuando el sicario le disparó tres veces en la cabeza. De forma inmediata, después de ser impactado por las balas, cayó desvanecido al piso.
En las imágenes captadas a través de las cámaras de seguridad, se puede ver con claridad cómo llega el atacante al lugar y dispara a sangre fría contra la víctima: caminando, silbando, encapuchado y con chancletas. Así, sin demorar más de doce segundos para concretar su objetivo, sacó el arma de un bolsillo de su campera, gatilló tres veces y se fue corriendo del lugar.
Los investigadores que trabajan en la causa, sospechan que este crimen podría estar vinculado a los ataques previos que se sucedieron en Rosario, la zona más caliente del país y tomada por el narcotráfico. En este sentido, el caso de Bussanich se suma al asesinato de los taxistas, Diego Alejandro Celentano y Héctor Raúl Figueroa, y al del chófer de trolebús, Marcos Iván Daloia.
Bruno estaba de novio y criaba al hijo pequeño de su pareja. Llevaba una vida junto a ellos y era hincha de Rosario Central.
Aunque trabajaba en la estación de servicio, de acuerdo a su perfil de Linkedin, estaba buscando empleo como técnico de mantenimiento, técnico electromecánico, oficial técnico o analista de calidad. Había asistido a la EETP Nº 466 (Ex Escuela Técnica N° 4) y en la red social destinada al mundo laboral, se presentaba de la siguiente manera: “Estoy preparado para realizar todo tipo de tareas del área técnica, esto abarca desde interpretar y/o realizar planos, hasta utilizar un torno o una fresadora (computarizados o no). Me gusta el trabajo en equipo, mi objetivo es adquirir experiencia para formarme como profesional”.