En la provincia de Corrientes, autoridades aduaneras acompañadas por personal de Gendarmería Nacional llevaron a cabo la interceptación de 43 envíos postales que se encontraban en violación de la Ley 22.415, conocida como “Código Aduanero”.
Durante esta operación, realizada bajo la autoridad de una orden del Juzgado Federal de Corrientes, efectivos del Escuadrón 47 “Ituzaingó” procedieron a la apertura de los paquetes, que habían sido retenidos en una empresa de paquetería, en presencia de testigos y personal de AFIP-Aduana de Corrientes.
Dentro de estos bultos, los efectivos de la fuerza federal descubrieron 19.937 paquetes de cigarrillos de procedencia extranjera, los cuales carecían del aval aduanero necesario para su legal entrada al país.
Según informó GNA, el valor estimado de la mercancía de contrabando ascendió a 17.345.190 pesos, y fue secuestrada por orden judicial.
Y en un evento relacionado con características similares, pero ocurrido en la provincia de Mendoza a principios de junio del año pasado, agentes especializados de la Dirección General de Aduanas lograron desarticular un intento de contrabando de más de mil paquetes de cigarrillos, que se encontraban ocultos en un camión de matrícula argentina.
Este vehículo, que transportaba cal y tenía como destino Chile, fue inspeccionado en el Centro de Frontera Cristo Redentor.
Es de destacar que inicialmente, la revisión se motivó por las respuestas dudosas del conductor durante un control de rutina, llevando a la utilización de un escáner no intrusivo, el cual reveló densidades sospechosas en varias partes del camión.
Finalmente, luego de una inspección física detallada, autorizada por el Juzgado Nº1 de la Ciudad de Mendoza, se encontraron cuatro cajas con un total de mil paquetes de cigarrillos, ocultas en la cabina y bajo la tolva del semirremolque.
El valor de la mercancía incautada se estimó en 650.000 pesos, y el conductor del camión fue citado para prestar declaración en la causa por contrabando.
Otro caso de contrabando se detectó en la frontera con Brasil, donde la Aduana encontró irregularidades en intentos de exportación ilegal de productos agrícolas. En Santo Tomé, Corrientes, agentes descubrieron que un exportador presentaba facturas de dudosa procedencia para vender 28 mil kg de cebollas a Brasil, sin poder justificar adecuadamente la trazabilidad de la mercadería.
La investigación reveló que las operaciones del exportador carecían de respaldo patrimonial, logístico, económico y financiero acorde a su volumen de exportaciones, conduciendo a la incautación de las 28 toneladas de cebollas, con un valor estimado en u$s 5.800.
Y de manera similar, en Puerto Iguazú, Misiones, fueron incautados por efectivos de la Gendarmería Nacional, 25 mil kilos de ajos frescos de origen mendocino, con un valor de u$s 27.500, debido a inconsistencias en su trazabilidad.
En este caso, el exportador intentaba justificar la adquisición de la mercadería con facturas emitidas por entidades sin la capacidad económica o financiera adecuada.
Este patrón de conducta resalta un problema recurrente en el comercio de productos primarios, donde operaciones simuladas y el uso de intermediarios para la exportación buscan eludir las disposiciones fiscales y aduaneras, perjudicando no solo a la economía sino también a la estructura regulatoria del país.
En ese marco, al igual que en el caso de las cebollas, se presumió que la mercadería fue adquirida de manera irregular, en incumplimiento de las correspondientes obligaciones fiscales. Incluso, había razones para creer que, una vez realizada la operación, las divisas luego no iban a ser ingresadas a la Argentina.
Y en efecto, la maniobra en cuestión responde a un ciclo problemático que la Aduana viene detectando con relación a los productos primarios: operadores simulan operaciones y utilizan intermediarios para exportar y no liquidar debidamente las divisas obtenidas.