Detuvieron al sospechoso de haber asesinado a un fotógrafo en Quilmes, a metros de una comisaría

Detuvieron al sospechoso de haber asesinado a puñaladas a Gabriel García, el hombre de 57 años que estaba tomando fotos en la Ribera de Quilmes y que falleció pasadas las 22 de este martes en el Hospital Iriarte del partido bonaerense.

Después de que se produjera el ataque a pocos metros de una garita policial, se puso en marcha una búsqueda para dar con el autor del hecho. Así lo informó la fiscal del caso, Ximena Santoro, titular de la UFI 07 de Quilmes, tras ser consultada por Infobae a pocas horas del hecho.

Finalmente, un día después, se logró dar con el paradero del presunto delincuente. Se trata de Matías Ezequiel Monzón. La Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes desplegó diversas tareas para encontrarlo y, tras un allanamiento, pudieron capturarlo.

En primer lugar, la DDI de Quilmes logró identificar al sospechoso cuyo domicilio está en Villá Luján III, sobre avenida Prof. Doroteo Yoldi al 1100. Pero, al no poder hallarlo en el lugar, comenzó una búsqueda de testigos que pudieran arrojar información para ubicarlo.

Una vez que los efectivos lograron detener a Monzón, se pusieron en marcha cuatro allanamientos más en el partido de Quilmes, cuyo fin es encontrar el arma con el que habría herido al fotógrafo, y que implican al entorno más cercano del aprehendido: su madre, su novia y dos amigos.

El hecho ocurrió pasado el mediodía de este martes. García, quien residía en San Telmo, se encontraba tomando fotos con su cámara en el playón de la Ribera de Quilmes, a pocos metros de una cabina policial.

En ese momento, fue atacado por el ladrón, quien le sustrajo una mochila con elementos personales y también intentó robarle su cámara. Pero después de que la víctima se resistiera al robo, el delincuente lo apuñaló en el tórax y se dio a la fuga.

Según contó la fiscal, en el lugar del suceso quedaron la moto y otras pertenencias de la víctima. Los agentes policiales que estaban a pocos metros lo asistieron, pero, de acuerdo a las imágenes que logró retratar una vecina de la zona, el fotógrafo estaba desplomado en el piso y sin reacción.

Pocos minutos después, cinco agentes del SAME subieron al hombre a la camilla y lo llevaron en ambulancia para trasladarlo al hospital Isidoro Iriarte de Quilmes, situado a siete minutos de la Ribera. Allí permaneció internado en estado crítico, luchando por su vida, hasta que murió pasadas las diez de la noche, según informó el medio local Hecho en Quilmes.

El caso de Gabriel García, el hombre de 57 años, se suma a otro asesinato por robo ocurrido el mismo día. Es que este martes también se conoció la noticia del crimen de una jubilada de 72 años, quien recibió cuatro puñaladas en su cuello.

“Es muy triste”, dijo la vecina de Quilmes tras enterarse del fallecimiento del hombre apuñalado. La mujer, que estuvo en el lugar del hecho desde que la víctima yacía en el suelo totalmente descompensada, registró las imágenes de la policía intentando reanimarlo y, posteriormente, subiéndolo a la ambulancia para efectuar el traslado.

A su vez, logró evidenciar la corta distancia que existe entre la cancha ubicada en la Ribera, punto exacto donde ocurrió el ataque, y la comisaría. En este sentido, denunció que la policía no actúa como debería.

“Esto es una vergüenza ya, no se entiende cómo siguen pasando estas cosas. Está dibujada la Policía. Todos compartan para ver si se puede hacer algo, porque esto ya no da para más”, escribió en la red social totalmente indignada después de que se llevaran a García al hospital Iriarte de Quilmes. “La policía es ciega, sorda y muda en todos estos casos”, enfatizó en diálogo con Infobae.

Con mucha bronca, aseguró a este medio que en el barrio se sienten desprotegidos y que hechos como este suceden todo el tiempo. “Yo vivo a un par de cuadras y estas cosas pasan muy seguido. Siempre te roban”, señaló. Y mientras detallaba la situación de extrema violencia e inseguridad que padecen los vecinos de Quilmes, recordó: “Sin ir más lejos, hace dos días vinieron unos chicos a bailar y no solo les rompieron el vidrio del auto sino también la boca. Pasa todo el tiempo”.